
Se enfrentan el mejor ataque de la liga contra la peor defensa, siendo el taronja uno de los mejores equipos a nivel estadístico hasta la fecha en muchas facetas del juego. Un Valencia líder en anotación por partido, con 97,09 puntos, siendo el combinado que más triples anota por encuentro (13,87), donde todos salvo Brimah pueden hacer uso de la línea.
Es el mejor equipo en eficacia ofensiva, metiendo 122,5 puntos por cada 100 posesiones, y el mejor en porcentaje de rebotes por partido con un 55% del total, lo que nos habla a las claras de la exigencia física a la que va a estar sometido el Leyma. A nivel individual, son muchos los jugadores a destacar, con un Chris Jones que ya en el partido de ida fue el desatascador, o un Badio que, bajo las órdenes de Pedro Martínez, da su mejor versión. Pero, sobre todo, Jean Montero, que viene de hacer en su último encuentro 32 puntos, ocho asistencias y cinco rebotes para un 44 de valoración.
Son una tripleta de manejadores que se apoya muchísimo en el trabajo de interiores con Costello, Pradilla, Reuvers o Sestina, que hacen grande el campo con su amenaza desde 6,75. Pero quizá una de las mejores cosas del equipo es el trabajo en ambos aros que hace sobre el rebote, que le da más posesiones, y, por lo tanto, más opciones de victoria.
Plantear el partido desde la lucha por cada balón, la victoria en cada uno los emparejamientos, será fundamental. Vamos a ver si el posible Badio-Taylor, que se conocen de muchas horas de entrenamiento juntos, sea esta vez favorable al herculino, y así cada par.
Una vez más, la defensa del bloqueo directo central será clave. Veremos si la aportación de Lima ya es mayor, y si los destellos que nos mostró Silins en el partido pasado se van confirmando en este sentido. A priori, con los datos encima de la mesa, se antoja harto complicada la victoria, pero el deporte depara muchas sorpresas y las estadísticas sirven para obtener tendencias, pero no resultados. Quizá la situación límite puede que haga liberar presión a los jugadores. Cabe esperar ver al equipo con la dureza de los 15 últimos minutos del pasado domingo, y que por fin salgan las trampas tácticas del cuerpo técnico para compensar las carencias defensivas de las que adolece este Leyma.