El análisis de Manuel Piñero: Sheffler, Rahm y la ambición del golf

La Voz

DEPORTES

Mike Segar | REUTERS

Dos de los dominadores actuales llegan al Masters entre dudas, pero este deporte premia al que conserva el hambre en los momentos de flaqueza

14 abr 2025 . Actualizado a las 20:38 h.

El golf es un deporte maravilloso por muchos motivos, también por la cantidad de factores que influyen en el rendimiento en un juego solitario y mental. A los jugadores de élite les afectan las molestias físicas y los parones, la parte psicológica, la vida familiar, los entornos... Por eso resulta tan complicado que una estrella encadene títulos semana tras semana como pasa en otras modalidades. En la época reciente, Tiger Woods fue, quizá, el que más lo hizo. Pero el fenómeno de Cypress, lesionado, no jugará el Masters de Augusta, que empieza mañana, y de nuevo tan emocionante al reunir a las estrellas de todos los circuitos, sin excepción (en Golf en Movistar+ Plus, desde las 15.15, y en Golf 2 desde las 21.00).

LOS FAVORITOS

El número 1 mundial volverá a ganar pronto

Scheffler completó un 2024 soberbio, y ahora le cuesta reencontrarse con las victorias. Pero el defensor del título del Masters de Augusta es un competidor que mantiene toda su ambición por volver a ganar campeonatos, y eso hará que lo vuelva a hacer más pronto que tarde. Como Jon Rahm. Me viene a la mente algún caso contrario. Como el de Dustin Johnson. Llegó a número 1 mundial, pero no tuvo esa ambición por marcar una época, por mantenerse en la cima durante un tiempo. Un amor por el deporte que sí mostraron gente como Seve Ballesteros en su momento, o el mismo Mickelson, que sigue en la brecha a los 54 años.

NOMBRES A SEGUIR

Rory McIlroy y el peso de las oportunidades perdidas

Tradicionalmente el Masters exige una cierta experiencia. Por eso entre los favoritos solemos mirar hacia nombres reconocibles. Entre ellos, se le resiste el título en Augusta a Rory McIlroy, y ha pasado ya tanto tiempo desde aquellas oportunidades perdidas, en las que dejó escapar ventajas en el domingo decisivo, que ese recuerdo actúa ahora como una losa para él. Jugadores como Morikawa, Cameron Smith y Shane Lowry, con esa forma suya de andar tan natural por el campo, son otros de los que conviene no perder de vista. Me refería antes a los factores que influyen en este deporte. Y el tiempo es otro de los determinantes. Se anuncian condiciones inestables, y con los diferentes horarios, sobre todo en las dos primeras jornadas, no será lo mismo jugar en un campo pesado o con viento que hacerlo en una situación más amable.

ESPAÑOLES

La paz de Sergio García, el juego de Jon Rahm

Entre los españoles, Chema Olazábal cumple con el ritual de volver a jugar como exganador, mientras que no estará David Puig, un jugador que lo está haciendo fenomenal en el LIV Tour y al que tuve la oportunidad de ver en Valderrama. Nos dará muchas alegrías. A sus 45 años Sergio García vive un momento espectacular. ¿Por qué ahora? Porque durante gran parte de su carrera estuvo sometido a una presión muy grande. Para mí, de hecho, en los últimos 20 o 25 años, solo Tiger ha tenido más recursos sobre el campo.

De tee a green, al margen de Woods, no hubo otro tan consistente como Sergio, que celebró el Masters en el 2017 y ahora, en plena madurez y pese a competir en un circuito menos fuerte como el LIV, está mostrando todo su talento. Disfruta del golf, se manifiesta relajado y feliz, y por eso es capaz de todo. Jon Rahm volverá a ganar grandes, pero atraviesa ahora un momento en el que le cuesta encadenar varias rondas a un alto nivel. Eso es lo que le está lastrando en el LIV, y la falta de competitividad en el circuito de capital saudí quizá también le pueda restar opciones en el Masters. Pero jamás descartaría a Rahm para una victoria. Llegará en cualquier momento.

Rahm: «Me gustan los pulsos con Scottie»

«La gran inspiración para todos es simplemente un hombre, Seve [Ballesteros], lo que hizo aquí con 23 años, siendo el primer europeo en ganar aquí, y hacerlo más veces. Todo empezó con Seve». Jon Rahm regresa al Masters, donde ganó el título hace dos temporadas, honrando a la tradición. A la de las victorias españolas, primero con el genio de Pedreña (1980 y 1983), luego con Chema Olazabal (1994 y 1999) y más tarde con Sergio García (2017).

«Al mismo tiempo, los jugadores españoles se sabe que son creativos y es una receta que a menudo funciona», añadió Rahm, sin el peso de la responsabilidad de defender el título, como la pasada primavera.

«Mi estado mental, un 99 % viene de cómo está mi familia. Tres hijos, todos sanos, no tengo razón para no levantarme y sonreír», razonó Rahm. «Si vengo más relajado es más por la vida familiar. Por el hecho de que estén aquí estoy tan alegre que hace que el resto importe mucho menos. Puso muchas cosas en cierta perspectiva. Los problemas del golf son casi secundarios», añadió.

Rahm restó importancia a las críticas que ha recibido desde que, a finales del 2023, dejó el PGA Tour para fichar por el LIV Golf de capital saudí con un contrato de 550 millones. «Puedes escuchar comentarios negativos, preguntas que te ponen en una situación complicada, pero no es nada distinto a lo que otros deportistas viven a diario. Mira a LeBron James, no le envidio para nada», aseguró Rahm sobre otro tipo de presión y de críticas.

Ya no juega tanto contra Scottie Scheffler, pero ayer le recordaron que un triunfo del español emparentaría con el reparto de chaquetas verdes entre Arnold Palmer (en los años pares) y Jack Nicklaus (en los impares) entre 1962 y 1965.

Rahm ganador en el 2023, debe dar el relevo a Scheffler, vencedor en el 2022 y el 2024. «Ojalá pase eso, pero no es un extra. Me gustan los pulsos con él porque damos lo mejor de nosotros».