El discurso de Crys Díaz que emocionó a Ana Peleteiro: «Te dije que saltarías más y mejor tras ser madre, y lo mantengo»

P. V. LA VOZ

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Su amiga y entrenadora personal durante el embarazo le dio una sorpresa a la atleta en los Premios del Deporte de La Voz: «Si algo tenías claro era volver a Galicia para que tu hija creciera en el mejor lugar del mundo»

11 abr 2025 . Actualizado a las 16:10 h.

A Ana Peleteiro le gusta tener el control de todas las situaciones. «Es muy difícil hacerme una sorpresa», dijo tras recibir el merecido reconocimiento a la mejor deportista del año en los Premios del Deporte de La Voz. Pero había en la gala celebrada este jueves algo inesperado para la atleta ribeirense que la dejó al borde de las lágrimas: la visita de su amiga Crys Díaz, quien fue su entrenadora personal durante el embarazo y el posparto de su hija Lúa.

Su marido, Benjamin Compaoré, fue el cómplice necesario para este bonito encuentro. «Por eso me decía que hoy nos íbamos de cita, y que había que disfrutar de los momentos en pareja», recordó la deportista entre risas y visiblemente emocionada. Y eso que todavía no había llegado el momento que la ablandaría por completo: el conmovedor discurso de su amiga y compañera de negocio, que destacó las cualidades de Peleteiro: su fortaleza, su carisma y su lealtad.

Crys Díaz recordó el momento en el que Ana, embarazada entonces de cinco semanas, la llamó para que la acompañase como entrenadora en su camino previo y posterior al parto «de lo más bonito», de su pequeña Lúa. «Me pediste que te ayudase a saltar de nuevo», rememoró Díaz, «y mi respuesta fue clara: "sí a todo"». 

Eran entonces dos desconocidas. Pero pese a ello, la fisioterapeuta, especialista en la salud femenina y en el entrenamiento durante el embarazo y el posparto, apostó completamente por ella. «Con la convicción que nos caracteriza te dije que saltarías más y mejor tras ser madre, y lo mantengo», se reafirmó. Los hechos le dan la razón. Apenas dos años después de dar a luz a su pequeña, la ribeirense se ha colgado el oro europeo y acaba de traerse el bronce en el Mundial de pista cubierta de Nanjing.

La entrenadora personal lo tenía claro. Había muchas cosas en Ana Peleteiro que le hacían creer en ella y confiar en que superaría un obstáculo tras otro. «Y es que eres magia», le dijo a su amiga, «por donde pasas, se nota; lo que tocas, cambia, y lo que deseas, se cumple». Todo gracias a un ángel y un carácter únicos. «¿Verdad, Benjamin? —le dijo en broma a su marido, presente en el patio de butacas— ese carácter que solo tienen las personas que deseas tener cerca siempre».

«Eres leal a morir y crees y creas con seguridad, y si fallamos, lloramos, pero ¿y si no?», reflexionó la preparadora. «Esa mente solo la tienes tú. Por eso eres tan especial, amiga. en los momentos difíciles maduras, te reubicas y sales pisando aún más fuerte». Y se refirió con eso a los cambios recientes en su vida: en cambiar de entrenador, confiando para ello en su esposo, también atleta, Benjamin, en quien ha depositado su «confianza ciega», y también en cambiar de ciudad.

En ese regreso a su tierra natal se detuvo Crys Díaz. «Si algo tenías claro era que volver a tu Galicia del alma llevarla por bandera y quererla; y querer que la pequeña Lúa creciera aquí, en el mejor lugar del mundo», destacó. «Y sé que este premio te hace infinita ilusión, precisamente porque es en tu tierra, la que te ha visto reír llorar, subir y bajar y sobre todo crecer a todos los niveles».

Porque el futuro de Peleteiro no solo es deportivo. También ha apostado por Galicia para los negocios, como los que enumeró la propia Crys. Además del proyecto en común que tienen en A Coruña, en el gimnasio situado en el Parrote, la ribeirense es socia también de Podoactiva en Vigo y, ahora, de un negocio de hostelería en su Ribeira natal, Area Café. «Ojito», destacó Crys.

Después de animar al público presente en el Museo Santiago Rey Fernández-Latorre a aplaudir a la laureada atleta y de desearle lo mejor, Crys cerró su discurso con unas palabras que lo resumían todo: «Te quiero mucho, amiga», le dijo a una Peleteiro en lágrimas.