Nuria Rábano, jugadora de Utah Royals: «En el Dépor fue quizá donde más feliz fui»

DEPORTES

Utah Royals

La lateral compostelana disfruta en su madurez deportiva de una nueva experiencia en Estados Unidos, tras celebrar tres títulos y un ascenso

27 abr 2025 . Actualizado a las 18:36 h.

En junio cumplirá los 26 y en la mochila de Nuria Rábano Blanco (Ames, 1999) hay ya un buen lote de experiencias. Muchas positivas, como el ascenso con el Dépor o los títulos de Liga y Champions que festejó con el Barça. Otras no tanto. El pasado enero esta lateral zurda volvió a hacerle un quiebro a su zona de confort. Dejó Europa para enrolarse en el Utah Royals. Cuenta que la adaptación al nuevo entorno camina firme gracias a su pareja y a sus dos perros, con los que le gusta perderse en la naturaleza.

—En estos cuatro meses, ¿en qué ha notado más el cambio?

—El juego de aquí es muy diferente. Mucho más físico, más vertical. Necesitaré un tiempo para acomodarme. Hacemos mucho gimnasio, carreras, sobre todo balones a la espalda. En otras ligas no hay tantas transiciones. Es cuestión de tiempo que me adapte. En el Wolfsburgo no estaba teniendo tantos minutos como la temporada anterior y la cabeza me jugó malas pasadas. Me surgió esta oferta antes de Navidad. Tenía contrato, así que era una cuestión entre los clubes. Llegaron a un acuerdo, las condiciones me parecieron bien, y acepté. Estoy orgullosa de haberme venido tan lejos y sentir que no estoy tan mal. He sido demasiado exigente conmigo misma. El fútbol también crece y quieres dar siempre lo mejor. Te olvidas de disfrutarlo, de que es un trabajo.

—¿Qué queda de la niña que comenzó a jugar en su pueblo?

—Empecé en el Milladoiro, donde entrenaba mi padre. Él me inculcó muchas cosas desde la base. Era la única niña del equipo, funcionábamos como una familia. Las sensaciones que tenía entonces eran muy diferentes. Ahora es mi profesión y sé la exigencia que eso conlleva. Pero cada vez que miro atrás me digo: «Nuria, disfrútalo».

—¿Soñaba entonces con llegar a ser una futbolista de élite?

—No, no, qué va. Con los chicos estaba bien, no pensaba en nada más. Estudiaba, era un divertimento nada más. Llegó un momento en el que tuve un cambio físico importante. Fui a un torneo con chicas y por nivel veía que podía dar un paso más. Vino el Arousana, que jugaba en Segunda, a buscarme. Tenía 16 años, creí que era el momento de probar algo nuevo. Había buen ambiente, me fue bien, me sentí importante. Fuimos cuartas en Liga.

—Y le sirvió para salir al Dépor.

—Fue una etapa muy gratificante. Éramos un grupo de niñas. Acabamos ascendiendo a Primera después de varios años intentándolo. Quizá es el sitio en el que he sido más feliz, si englobo la experiencia de principio a fin, ha sido en el Dépor. Luego los equipos se fijaron en mí. Me fui a la Real Sociedad y seguí madurando.

—Tanto que la fichó el Barcelona y celebró allí un título de Liga, otro de Supercopa, y la Champions.

—Estaba con las mejores y aprendí un montón. Gané cosas y el tiempo que estuve lo intenté disfrutar al máximo. Pero allí también vi la parte fea del fútbol.

—Tenía contrato, un día le llamaron por teléfono y le anunciaron que le rescindían.

—No te enseñan que todo se puede acabar de repente y con esas formas, que no fueron las mejores. Fue doloroso, no me lo esperaba. Me hizo mucho daño. Fue un verano bastante malo. Apareció el Wolfsburgo y ahora soy consciente de que ni estaba decidiendo por mí misma. Estaba eligiendo como por obligación. No quería bajar mi estatus, quería seguir bien económicamente, en la élite.

—Se alejó de la zona de confort.

—Decidí con el piloto automático, no estaba bien. Pero era la liga alemana, un club con el que podía aspirar a grandes cosas. Tuve que trabajar muchas cosas mentalmente. Luego llegué allí, hice el club mío y disfruté. Era un país nuevo, otra cultura. Me cuidaron, me entendí muy bien con las compañeras. Crecí como futbolista y todavía más como persona. Obviamente, tuve muchas recaídas. Pero con ayuda psicológica conseguí las herramientas para entender que al fútbol le pasa lo que a la vida, que tiene sus cosas buenas y malas.

«Le dije a Montse Tomé cómo me sentía y ya no volví más»

Subcampeona del Mundo en el 2018 con la sub-20, Nuria Rábano se estrenó con la absoluta contra Suecia en Los Cármenes, de la mano de Jorge Vilda, en pleno cisma. Quince futbolistas habían renunciado. La gallega fue una de las convocadas para suplirlas.

—¿Cómo recibió aquella llamada de la selección?

—Había sido internacional con las categorías inferiores, pero con la absoluta todavía no. Debería ser un premio, un reconocimiento a que lo estaba haciendo bien en mi club. En ese momento yo no estaba teniendo el minutaje con el Barça como para percibir eso. Sentí que esa llamada, en el momento que se produjo, fue porque faltaban todas esas compañeras y que, en el momento que eso cambiara, yo dejaría de estar ahí. Cuando volvía a mi club, esas jugadoras que habían renunciado eran mis compañeras. Veía lo que estaban sufriendo ellas. No me sentí bien. Ese ambiente se notaba en la selección. Y cuando lo notan todos, pues es que hay un problema. En ese momento piensas mucho. En el problema de fondo, en lo grave que es. En qué puedes hacer tú. Yo no me sentía bien y así lo comuniqué.

—Habló con Montse Tomé, entonces segunda de Vilda y actualmente la seleccionadora.

—Le dije cómo me sentía, que no estaba cómoda en ese rol, que me estaba haciendo daño.

—¿Que sucedió después?

—Sentí alivio después de aquella conversación. No volvieron a llamarme nunca más. Me fastidió, pero intenté ver más allá, otros mundos, otras ligas. Intento dar lo mejor en mi club y al final los que luego deciden son ellos. Yo nunca he dicho nada malo de la selección. Aquello fue una papeleta.

—Se habrá quedado con la duda de si hubiera regresado a la selección de no haber tenido aquella charla, o si realmente la conversación acabó demostrando que estaba en lo cierto.

—Sí, claro que me lo he preguntado. A día de hoy, tampoco lo sé. Ahora estoy centrada en mi club, intento hacer las cosas bien. Si vuelve, será un regalo. Y, si no, lo he disfrutado con las categorías inferiores y tampoco voy a dejar que todo eso me frene.