Beqa Burjanadze, el corazón y genio naranja que brilló en la gesta del Leyma en el Coliseum

JOSEMA LOUREIRO A CORUÑA / LA VOZ

DEPORTES

Eduardo Pérez

El georgiano anotó, defendió y tuvo tiempo a dejar signos de su calidad

08 may 2025 . Actualizado a las 23:48 h.

En el 2014, tras su primer paso en España con el Cajasol Sevilla, Beqa Burjanadze aterrizó en A Coruña para curtirse en el Leyma. Más de un decenio después, el ala-pívot georgiano vive la vida en naranja en la ciudad herculina.

Criado en plazas de la Liga Endesa durante buena parte de su carrera y con parejas de baile como su compatriota Giorgi Shermadini, Beqa regresó al equipo coruñés en el 2023 tras una dura lesión. Y llegó para quedarse. En su temporada de vuelta en su segunda casa, Burjanadze fue una de las piezas fundamentales del ascenso del Leyma en Melilla, el primero de la entidad naranja a la Liga Endesa.

Ese fulgor y corazón defendiendo la casaca a franjas naranjas y blancas que mostró en la emocionante campaña en la LEB Oro reapareció en el Coliseum como agua de mayo. Cuando más los necesitaban los suyos.

Relegado a un plano algo más secundario con la llegada de Thompkins, Beqa no dejó de predicar con el ejemplo y darlo todo en los minutos de los que disponía sobre el parqué. Ni una queja, ni una mala cara. Haciendo gala de su sentimiento inagotable por el equipo y la ciudad.

La reciente baja del exmadridista, ya en un momento complicado de la campaña, abrió una ventana de excepción para el internacional georgiano, que ha puesto toda la carne en el asador por los suyos.

Lo que en otras ocasiones se quedaba en trabajo y rebotes, en el vibrante duelo ante el equipo barcelonista se tornó en una explosión en todos los sentidos. Una de esas dulces noches con las que Beqa malacostumbró al Palacio de los Deportes de Riazor.

En sus 29 minutos sobre pista, Burjanadze solo sufrió en la línea de 4,60, con un cuatro de siete en tiros libres. En el resto de guarismos, el veterano ala-pívot georgiano hizo gala de sus galones con 15 puntos (cuatro de cinco en tiros de dos y un uno de uno en el triple), tres rebotes, tres asistencias y dos recuperaciones de balón.

En medio de su exhibición, que no fue meritoria del MVP por el enésimo recital del californiano Brandon Taylor, Burjanadze también tuvo tiempo a dejar una muestra de su calidad y picardía. Tras un robo en campo propio, Beqa encaró a su par, Joel Parra, y decidió abrirse paso de una forma poco habitual en tipos grandes como el georgiano: lanzando la bola entre las piernas de su defensor.

En medio de una sonrisa que delató la fechoría, Burjanadze se llevó el balón mientras el público del Coliseum, encendido, lo llevaba en volandas. Al fin y al cabo, y pese a que casi 5.500 kilómetros separan Tiflis, su ciudad natal, y A Coruña, Beqa es un herculino más. A la hora de defender los colores del Leyma, el georgiano lo hace como si de María Pita en el siglo XVI. «Quen teña honra, que me siga».