Rubén Orzáez, a más de 1.000 kilómetros de alcanzar el éxito en O Parrulo: «No quiero un tercer partido ni en pintura»

Elba de la Barrera Agulló
E.Barrera FERROL / LA VOZ

DEPORTES

José Pardo

El vallecano avanza que la intención del equipo es evitar el tercer choque en A Malata y apunta al arreón inicial de El Ejido como caballo de batalla

30 may 2025 . Actualizado a las 17:27 h.

En la noche de este jueves partirá la expedición de O Parrulo Ferrol rumbo a El Ejido. Llegarán a destino el viernes con el tiempo justo para un último entrenamiento. Son más de mil kilómetros, atravesar el país de punta a punta por un objetivo. Imponerse el sábado a El Ejido (18.30 horas) para seguir soñando con Primera División y evitar el desgaste de un tercer partido.

Lo tiene claro Rubén Orzáez (Vallecas, 1993). Después de ganar el primer asalto en A Malata quiere dejar la eliminatoria vista para sentencia: «No quiero un tercer partido ni en pintura. Si lo hay iremos a por ello, pero quiero ir allí a ganar. Lo hemos demostrado y sabemos que podemos hacerlo. No quiero pensar en el martes», subrayaba.

No obstante, después de superar por la mínima al rival 2-1, adelanta que los suyos tendrán que dar un paso al frente: «Sabíamos que la eliminatoria se decidiría por detalles y ellos en casa van a dar un plus y no nos va a valer con lo que hicimos el sábado. Vamos a tener que dar más. El viaje nos toca a nosotros y la afición a ellos», indicaba sabedor de que un día entero en autocar trae aparejado tanto o más desgaste que el que les pueda tener preparado Maca en la pizarra.

Así, vaticinaba, los locales saldrán en tromba: «No tienen red de perder un partido más y van a salir a morder desde el primer minuto y si aguantamos ese arreón, podemos empezar a jugar con su ansiedad», explicitaba.

Confianza plena

Además, el que es uno de los pesos pesados del vestuario tiene claro que el camino arduo hasta el play off, con el descenso al cuello en muchas jornadas, ha aumentado la resiliencia del vestuario. «Este año no nos entró la preocupación. El equipo jugaba bien al fútbol sala, incluso mejor de lo que podemos estar jugando ahora... El equipo confiaba aún estando en descenso», reflexionaba antes de dejar claro que, al igual que en el curso 22-23, no teme toparse con Alzira en su camino. «Ese año, por plantilla, nosotros éramos favoritos y si nos toca Alzira en una hipotética final los favoritos serían ellos y a ver si se lo podemos devolver, pero fantasmas o ánimo de venganza... en ningún momento», zanjaba en las horas previas a una travesía larga que puede ser un punto de inflexión en su carrera.