
La guardameta mantuvo viva a España, forzó la prórroga e impidió el gol de Schüller que habría derivado a los penaltis
24 jul 2025 . Actualizado a las 00:10 h.Todavía no había nacido Cata Coll cuando la selección española disputó su primera semifinal de una Eurocopa. Fue en 1997. E Italia fue su verdugo. De aquello hace ya 28 años. Ese es el tiempo que ha tardado España en resarcirse y en, además, cobrar su particular venganza con una Alemania que le arrebató el bronce en París 2024. Y ese desquite llegó propiciado, precisamente, por la balear.
Porque fue ella la que le impidió a las teutonas ganarse un puesto en la final por partida doble. En el último minuto del tiempo reglamentario el encuentro parecía decantado hacia la prórroga cuando Bühl y Wamser al rechace buscaron las cosquillas a Cata. Primero con las manos y después con el muslo desde el suelo la guardameta salvó a España y mantuvo vivo al combinado durante 30 minutos más. A pesar de que la selección de Montse Tomé pecó de ser blanda y extremadamente previsible, todavía quería seguir escribiendo su historia hacia la triple corona.
Dentro de un equipo repleto de estrellas, fue la figura más silenciosa del campo la que dio a la selección ese empujón que hacía falta. Tras el gol de una Aitana Bonmatí que sigue postulándose para lograr un nuevo Balón de Oro, la mallorquina culminó su brillante encuentro con una estirada a mano cambiada.
El trallazo de Lea Schüller se colaba por el arco y enviaba el partido a los penaltis. Pero no con Coll. Poco exigida durante el encuentro, firmó cuatro paradas. Suficientes para tener un más mil de aura, para servir en bandeja su primera final de una Eurocopa y para decantar un encuentro marcado por las porteras. Porque enfrente estaba Ann-Katrin Berger. Ella mantuvo a Alemania durante todo el torneo; la metió en la semifinal; pero también le arrebató la final con un fallo impropio de ella. Cruel desenlace para la guardameta teutona, pero inmejorable para España. Como dijo Aitana: «Ahora, a por Inglaterra».