España, la Eurocopa y los méritos de una generación de oro

Antía S. Aguado TINTA MORADA

DEPORTES

@SEFutbolFem

26 jul 2025 . Actualizado a las 20:50 h.

Comenzaron calladas. En una selección clandestina para no ser descubiertas. Como si hiciesen algún daño. Porque a principios de los setenta, cuando todavía una mujer no podía tan siquiera abrir una cuenta en el banco sin autorización de un hombre, darle patadas a un balón se consideraba un acto de rebelión.

Continuaron adelante. Y el fútbol femenino fue logrando una pequeña revolución que todavía sigue en marcha. En 1997 España participó en su primera Eurocopa. En el 2015 debutó en un Mundial. Y hace apenas dos años ganaron su primer título. Entremedias, lidiaron una lucha fuera del verde. Una por la profesionalización. «Frustración». Así lo definió Vero Boquete.

Ahora, los cimientos son más fuertes. El gran rendimiento de esta selección tan solo es una muestra más de que las peticiones de las jugadoras eran justas. Y necesarias. ¿Habría cambiado el devenir si se hubiesen hecho antes? No lo sabremos. A pesar de todo, han convertido a esta España en histórica.

En Suiza firmó una fase de grupos de matrícula de honor. Invicta y con goleadas cómodas ante Portugal y Bélgica. Superó los cuartos de final por primera vez en 28 años. Y se metió en la final. La primera de su historia en una Euro. Este domingo, con una triple corona inédita, puede cerrar un ciclo glorioso. El de una generación única impulsada por el liderazgo de Paredes, la mejor versión de Alexia, la brújula de Patri y la magia de Aitana. Una generación de oro. De presente y de futuro. Porque Tomé ya ha puesto en marcha el relevo apostando por jugadoras como Vicky López. Todas ellas han conseguido enganchar a la gente. «Tenemos mucha familia», ironizó Putellas al comentario de que nadie ve fútbol femenino. Pero este domingo todos miramos a Basilea.