
Símbolo de la igualdad de géneros desde que era una niña, ganó su tercera Eurocopa seguida con otra lección de pizarra con la que desarboló en el descanso el planteamiento de Montse Tomé
27 jul 2025 . Actualizado a las 21:56 h.Desde hace casi una década, concretamente desde el año 2017, una mujer se ha erigido en la gran dominadora del fútbol femenino mundial. Ella es Sarina Wiegman (La Haya, 1969), la seleccionadora que acaba de ganar su tercera Eurocopa consecutiva —las dos últimas con Inglaterra y la primera con Países Bajos—; que suma a dos finales de Mundial, también seguidas (2019 y 2023). Una estratega descomunal que despierta elogios, no solo por sus triunfos, también por su destreza para leer el juego y cambiar los partidos con sus cambios atrevidos.
En la cita suiza, sin ir mucho más lejos, fue capaz de voltear los duelos de cuartos (Suecia), semifinales (Italia) y también la final. Contra España, siendo muy inferior en la primera parte y disponiendo de futbolistas peores tanto técnica como tácticamente, se sacó de la manga una variante con la que resucitó a las suyas. Con balón, pasó a jugar con una línea de tres defensas e incrustó a la lateral, Lucy Bronze en el doble pivote. Las de Tomé perdieron el control con ese movimiento y se pasó a jugar a lo que quiso Sarina, la artífice de la victoria final.
Wiegman fue cocinera antes que fraile. Amó el fútbol desde la cuna, pero su pecado fue hacerlo demasiado pronto, en unos tiempos muy diferentes a los actuales, en donde no estaba tan normalizado ver a una mujer darle patadas a un balón. Ella tenía el ejemplo en casa, ya que su gemelo jugaba sin ningún tipo de problemas, mientras que con ella todo eran peros. Así que se cortó el pelo y le copió el peinado a su hermano, lo que le ayudó a pasar desapercibida.
Como jugadora, fue internacional desde los 16 años e hizo historia al alcanzar las cien internacionalidades antes que ningún hombre ni mujer. En el salto a los banquillos, lideró a Países Bajos desde el 2015 y solo dos años después lo hizo campeón de Europa. Ahora, con Inglaterra, su leyenda continúa. Nadie para a Sarina Wiegman.