Malos tiempos para los «valors»

DEPORTES

Enric Fontcuberta | EFE

03 ago 2025 . Actualizado a las 17:50 h.

El Barcelona siempre ha sabido cuidar su identidad, presumiendo de ser «més que un club» y de «valors»: respeto, ambición, trabajo en equipo, esfuerzo y humildad. Pero últimamente no se preocupa de aquello de que «la mujer del César no solo debe serlo, sino parecerlo».

Admitiendo todos los puntos de vista sobre los pagos a Enríquez Negreira, cuando formaba parte del Comité Técnico de Árbitros, desde la perspectiva de la ética no hay mucho qué debatir. Quedan lejos los tiempos en los cuales Unicef lucía en la indumentaria de una entidad que acaba de alcanzar un acuerdo con la República Democrática del Congo. El contraste no necesita explicación. A Ter Stegen no solo le muestran la puerta de salida sino que solo falta que lo empujen. Son ejemplos en los que los valores están reñidos con el decoro.

Por contra, el buen trabajo de cantera en La Masía semeja estar por encima de las circunstancias. Es una de las factorías que produce más jugadores de calidad y de manera más continuada. Porque puede haber algún punto de fortuna en irrupciones extraordinarias como las de Messi o Lamine Yamal, pero hay mucho más. La pasada campaña, muy difícil de afrontar, Flick dio con la tecla desde el banquillo y encontró futbolistas y soluciones en la base para todas las líneas. Todos los futbolistas que tuvieron sus oportunidades en el primer equipo respondieron.

Esa extraordinaria marcha deportiva ha ayudado al Barcelona a atenuar la resonancia de sus vaivenes para reconducir el contexto económico en el que le toca desenvolverse. Pero su imagen ha perdido parte del misticismo, más allá de la identificación o no con los colores. Y también es cierto que, a pesar de todos los pesares y de que le está tocando navegar en aguas muy agitadas, el club está sabiendo sortear con éxito muchas tormentas y sigue en primera línea.