Carlos Arévalo, palista gallego: «Sigo fastidiado por el hecho de que hayan jugado con nuestro trabajo»
DEPORTES

El piragüista de Betanzos, que competirá con el K4 del Mundial, no doblará por decisión de la RFEP pese a haber logrado la plaza del K1 200 en el agua
17 ago 2025 . Actualizado a las 00:01 h.El palista Carlos Arévalo (Betanzos, 1993) es uno de los principales abanderados gallegos en el Mundial de piragüismo que se celebra desde este miércoles en Milán. El dos veces medallista olímpico competirá en un renovado K4 500, pero no doblará en el K1 200, ninguneado por la Federación por una supuesta incompatibilidad horaria.
—En estos mundiales competirá en el K4 500. ¿Qué expectativas tiene su bote?
—La verdad es que tenemos unas expectativas muy positivas. Venimos de un año un poco convulso en el que hemos sufrido varios altibajos durante la temporada, como cambios de compañeros, posiciones, algunos líos de por medio... Venimos con buenas expectativas, las sensaciones están siendo muy buenas y creemos que podemos estar de nuevo ahí, luchando por un buen resultado.
—En su palmarés destacan tres medallas en Campeonato del Mundo, dos de ellas, en el K4 500. ¿Confía en que pueda llegar la cuarta en Milán?
—Por supuesto. Los tiempos están siendo muy buenos y podemos estar perfectamente peleando por una medalla. Luego, puede pasar cualquier cosa, no sabes lo que va a pasar. Es una prueba en la que no sabes cómo van a rendir los rivales, pero nosotros estamos con sensaciones magníficas.
—¿Cómo ha sido el proceso de prepararse para la cita tras la baja de Marcus Cooper en el K4?
—Al final, para un barco de equipo lo más importante es la estabilidad y el acoplamiento, sobre todo en un K4. Necesitábamos trabajar con tiempo y acorde al objetivo. Tras el Europeo conseguimos tener un poco de tranquilidad y entrenar solo centrándonos en el K4, todos a una. Está yendo muy bien y creemos que puede dar sus frutos.
—Aunque logró la plaza para el K1 200, la dirección técnica de la federación le impidió doblar por supuesta incompatibilidad horaria. ¿Cómo vivió esas semanas?
—Es complicado. A nadie le gusta que le quiten algo que se ha ganado con todas las de la ley. Siempre he estado muy centrado en el K4 y siempre aposté por él. En el K1 me gané la plaza. Sigo sin comprender la incompatibilidad. Lo entendería si tuviese que remar primero esa y luego la distancia olímpica [K4 500]. Sé que la Federación se excusaba en buscar el mejor rendimiento para el equipo. La realidad es que ahora, tras la baja de Iván, parece que nadie va a ocupar esa plaza. Si llego allí, acabo el K4 y veo el K1 sin ningún español, me parecería todavía más alucinante.
—Ha sido muy crítico con el presidente Javier Hernanz, afirmando que contradice lo que defendía como deportista. ¿Qué es lo que más le ha decepcionado de su gestión en su caso?
—La decepción no ha sido hacia él, sino hacia el conjunto de la Federación. No es nada personal. Lo principal es el hecho de que no se hayan puesto en la piel del deportista. Cuando un palista gana algo en el agua, tiene todo el derecho a poder defenderlo, más si cabe cuando ya he demostrado que lo podía hacer. Me molesta por no confiar en el deportista. En la Federación lo tenían fácil; habían reconocido su error, pero empezaron a justificarlo de otras maneras.
—¿Cómo está la relación ahora mismo entre usted y la RFEP?
—Llegó un punto en el que no quería tener más líos ni romperme la cabeza. Tuve una conversación con el presidente y el director técnico en la que llegamos al acuerdo de dejarlo todo en stand by, ir al Mundial y pelear por todo sin estar con esa sensación de cabreo. Es incómodo estar enfadado con la propia Federación que te representa. De momento, mantenemos una relación cordial, pero yo continúo fastidiado por el simple hecho de que hayan jugado con nuestro trabajo. Tengo la esperanza de que aprenderán de los errores y no volverán a cometerlos.
«El objetivo es luchar por el oro olímpico en Los Ángeles»
Cuando no está en el barco, la labor del palista betanceiro, que lleva con orgullo el nombre de su pueblo por el mundo, es ser cabo del Ejército de Tierra. Dentro del bote, Arévalo sueña con repetir lo que hizo en Tokio y París: ganar una medalla olímpica.
—Usted es un referente para su pueblo, Betanzos, que se engalanó para verle en los Juegos, y para todo el deporte gallego. ¿Qué siente al respecto?
—Orgullo. Muchísimo orgullo y una satisfacción tremenda. Para mí, poder llevar el nombre de Betanzos y Galicia por el mundo y representar a toda España es algo que para mí es súper bonito. Al final es lo que te empuja. Cuando voy a Betanzos, la gente me pregunta por la competición y me muestra su cariño. Para un deportista, tener ese respaldo es algo único. Me da pena que vayan a ser el Globo y Os Caneiros y no pueda estar allí para celebrarlo con la gente [se ríe].
—Además de ser deportista, también forma parte del Ejército de Tierra. ¿Qué diferencias hay entre el Arévalo palista y el cabo Arévalo?
—¿Diferencias? Ninguna. La mentalidad del deporte y del Ejército son similares. Siempre digo que las Fuerzas Armadas me han llevado a estar dónde estoy, y estoy súper agradecido por ello. Lo único que puedo hacer ahora es intentar que más deportistas tengan la oportunidad de unirse con esas plazas reservadas para ellos.
—Ha dejado claro que su objetivo a largo plazo es estar en los Juegos de Los Ángeles en tres años. ¿Sueña con volver a colgarse una medalla olímpica en Estados Unidos?
—Por supuesto. Para preparar unos Juegos a cuatro años hay que tener un objetivo muy ambicioso: luchar por el oro olímpico. Tengo ganas y confío en el proyecto. Creo que vamos a llegar en una versión muy buena. Me encuentro en mi mejor momento y la edad me acompaña.
—¿Seguirá ligado al piragüismo cuando le llegue el momento de retirarse?
—Por supuesto. El piragüismo es algo que llevo en la sangre y espero que nunca se separe de mí aun cuando me retire. Cada día que salgo a remar sigo disfrutándolo al máximo.