
El caso de Duplantis es el ejemplo de una especialización precoz. Él nació con una pértiga debajo del brazo, debido a la profesión de su padre, y desde muy joven batió todos los récords del mundo e incluso estableció nuevas categorías.
Más allá de las condiciones familiares, este atleta siempre ha contado, además, con una fuerte mentalidad. En cualquier prueba que compite siempre va a por todas, primero va a lograr el récord de la prueba que sea y luego el del mundo. Siempre busca conseguir ambas marcas en todas las competiciones que disputa, si las condiciones lo permiten.
Esto no solo se debe a un legado deportivo, también viene impulsado por un interés económico. En mi deporte, como en otras disciplinas del atletismo, te recompensan económicamente por lograr el récord de la prueba también, por lo que si superas ambas marcas te llevas un gran premio monetario. Esta es la causa que le hace ir centímetro a centímetro. Cada vez que supera un récord, gana bastante dinero, por lo que si está haciendo una media de cuatro al año eso es mucha cantidad. Además, esa expectativa por superarse genera mucha atención y audiencia. Ese factor clave le lleva a ir aumentando las marcas poco a poco. Además, tiene patrocinadores que le pagan bonos entre 50.000 y 100.000 euros cada vez que supera algún registro.
En la parcela técnica, destaco su velocidad de entrada sobre el resto. En los últimos 10 metros de carrera entra a casi 11 metros por segundo, que son valores que le cuesta alcanzar a un saltador de longitud de élite, y, encima, él lleva una pértiga de 5 metros y 20 centímetros en la mano, por lo que es un dato abrumador en comparación al resto.
En el agarre, tiene un ajuste casi perfecto y un nivel técnico bastante alto, pero lo que es diferencial en él es la energía con la que salta, en eso es muy superior a la de los demás. Tiene un impulso magnífico.
Otro elemento clave es su tenacidad y capacidad para asumir riesgos. A nivel psicológico, él es muy duro porque cuando coges pértigas gruesas y efectúas saltos con ellas tienes un riesgo muy alto en lo físico. Si algo va mal te puedes caer y hacer mucho daño o una lesión duradera. No todos los días estás dispuesto a hacerlo. Él se expone a ese riesgo mucho más que el resto de los saltadores, por lo que, a veces, resulta sobrehumana la capacidad que tiene para enfrentarse a esas exigencias físicas de tan alto nivel tan constantemente. Yo, como deportista profesional, lo he vivido. A veces, la técnica o el físico no acompañan. A mí me ha pasado y él lleva su cuerpo al límite mucho más que los demás y encima gana todos los campeonatos. Es fascinante.
Los más sorprendente de cara al futuro es que, tras haber ojeado con detenimiento estudios biomecánicos sobre la parábola del salto y sus capacidades físicas, se puede decir que Duplantis podría llegar estos años hasta lo 6,38 metros de altura. Algo que para mí resultaba imposible de creer, pero que ahora cobra todo el sentido en mi cabeza.
Luis Moro, único gallego que superó los cinco metros en salto de pértiga, todavía posee el récord autonómico.