El pelotón de La Vuelta rejuvenece, pero los campeones cumplen años

Sara I. Belled / Javier Varela COLPISA

DEPORTES

ALESSANDRO DI MARCO | EFE

La ronda nacional empieza este sábado con un destacamento que baja de 28 años por primera vez casi tres décadas después.

22 ago 2025 . Actualizado a las 22:06 h.

Tadej Poga?ar (26 años), Remco Evenepoel (25) —ganadores de sus primeras grandes vueltas con 21 y 22 años—, Juan Ayuso (22) —tercero en La Vuelta con 19— o el reciente campeón de España de ruta Iván Romeo (21) hacen recordar aquel eslogan que se puso de moda en los 90 de Jóvenes Aunque Sobradamente Preparados (JASP). Muchos expertos y aficionados debaten sobre si es real que cada vez más la precocidad está cogiendo rueda a los más experimentados del pelotón o no es más que un amago. De hecho, esta temporada la máxima categoría del ciclismo cuenta con una docena de corredores menores de 20 años. Un «baby boom» en el ciclismo mundial que llega a La Vuelta a España este sábado con una media de edad de menos de 28 años, la más baja en casi tres décadas, y una diferencia de seis años entre el equipo más joven y el más experimentado.

Los ciclistas comienzan a destacar con mayor premura, logrando estatus y contratos de estrellas con apenas 20 primaveras. Al menos cinco de ellos pedalearán durante 3.180 kilómetros en 21 etapas en la gran ronda española. Vingegaard (28) es el favorito.

El factor edad ha perdido, si no toda su importancia, sí gran parte de ella en el pelotón actual, como lo demuestra que el maillot blanco —el del mejor joven— lo están peleando corredores que pueden ganar la carrera, cuando hace unos años era casi impensable. «Se están viendo casos de precocidad en todos los deportes, no solo en el ciclismo», señala Samuel Sánchez, exciclista y fundador y presidente de la MMR Academy. Entidad en la que se formó Romeo, ahora con Movistar. El corredor más joven del pasado Tour, al que llegó como campeón del mundo de contrarreloj sub-23, no correrá en La Vuelta. «Hay dos factores que influyen en esta precocidad: la calidad genética, que cada vez es mejor, y el hecho de que sea más fácil detectar el talento que hace 25 años», añade.

Redes sociales y plataformas digitales han aupado a algunas de las jóvenes promesas del ciclismo y en los últimos años las grandes vueltas han visto cómo se ha reducido la edad media del pelotón. No obstante, con datos obtenidos por ProCyclingStats, la precocidad que hoy parece extraordinaria era la normalidad en la segunda mitad del siglo XX, cuando los esforzados en La Vuelta mediaron menos de 25 años.

A día de hoy, incluso el Tour, la gran vuelta de los más experimentados, la cita que no se pierden los mejores y con mayor promedio histórico de edad que Giro y Vuelta, ha reducido su media un año en las últimas dos ediciones (de 29,7 en 2023 a 28,7 años en 2025). En general, según los datos obtenidos por ProcyclingStats, la edad media de los equipos World Tour se ha reducido un año desde antes de la pandemia: de 27,7 a 26,8 años.

«Ahora hay una profesionalización desde la base que no había hace años y es habitual que todos los equipos tengan desde un biomecánico, a un fisiólogo, pasando por un nutricionista, un cocinero, un entrenador personal e incluso un médico. Muchos profesionales para mejorar cada área», explica Igor González de Galdeano, exciclista profesional, CEO de Kirolife y ex General Mánager de Euskaltel.

Una dinámica que se puede ver en el pelotón internacional pero también en el español, donde ciclistas jóvenes que apenas han llegado a los 20 años ya ruedan como profesionales dejando huella de su calidad sobre la bicicleta.

Nombres como los de Markel Beloki (20) —que correrá su primera grande en La Vuelta con el EF Education-EasyPost tras la baja de Carapaz—, Pablo Torres (19) ?a partir de mañana en el Tour del Porvenir, donde quedó segundo el año pasado?, Pablo Lospitao (20), Héctor Álvarez (18) o Adriá Pericas (19) han dado un paso de gigante en los últimos meses. Algo que no podría haber ocurrido sin una labor especializada de búsqueda y análisis que antes apenas existía. «Los grandes equipos World Tour y los propios mánagers tienen divisiones de 'scouting' que analizan todas las clasificaciones nacionales y regionales y ven quién destaca por encima de la media», apunta Sánchez, que trabaja con chavales de edad cadete y juvenil desde la MMR Academy. «Van a ver carreras, a hablar con los chavales y con las familias para ver un poco cuál es el entorno de esos ciclistas», añade el campeón olímpico.

Proceso de maduración

Comienza entonces una carrera acelerada. «El proceso de maduración de los ciclistas ha cambiado. Antes lo alcanzabas con 26 años, pero la especialización hace que todo vaya más rápido porque ya desde cadetes —ciclistas con 14 y 15 años— tienen entrenador y más personas alrededor suyo que hacen que ese proceso se acelere tanto que puedes encontrar ciclistas de 20 años capaces de ganar grandes carreras», explica González de Galdeano.

Y esto, lo de ganar grandes carreras con 20 años, no es que sea nuevo en la historia del ciclismo, pero lo cierto es que los grandes campeones actuales apenas tenían 4, 6 y 8 años cuando Damiano Cunego ganó el Giro en 2004 con 22 años y solo Vingegaard había nacido en el Tour del 1997 que se llevó Jan Ullrich con 23. Son algunos de los últimos corredores que ganaron su primera grande siendo muy jóvenes.

Pero la irrupción de Egan Bernal (2019 con 22 años) y los incombustibles Poga?ar y Vingegaard, que se han repartido el maillot amarillo los últimas cinco ediciones, conforme iban cumpliendo años, ha cambiado la tendencia.

Su presencia o, mejor dicho, su incomparecencia en estas últimas ediciones de La Vuelta (Evenepoel ganó en el 2022 con 22 años, pero Poga?ar solo corrió en el 2019) se ha dejado sentir y esa tendencia de ganadores más mayores sigue al alza.

Y en el Giro el último campeón que bajó de 23 años fue precisamente Cunego en el 2004. En la ronda italiana, no obstante, es en la que más corredores jóvenes han ganado respecto a las otras dos grandes (un 21,3%). El Tour sigue teniendo el mayor porcentaje de treintañeros campeones (27,4%) y en La Vuelta seis de cada diez tienen entre 25 y 30 años.

Así que cuando se habla de las grandes vueltas, hay casos excepcionales, como los hubo en tiempos —el valenciano Angelino Soler sigue siendo el más joven en ganar una Vuelta a España con 21 años y 168 días en el 1961—, pero la clave está en mantener ese nivel durante años. La historia del ciclismo está llena de casos de corredores que triunfaron llegando muy jóvenes al pelotón, pero no es fácil alargar, con más o menos éxito, estas carreras en las que destacan nombres como los de Felice Gimondi, Laurent Fignon, Greg Lemond o el mito Eddy Merckx.

Aprender a ser ciclista profesional

La diferencia entre aquellas carreras largas y más o menos progresivas de hace unas décadas y la precocidad actual está marcada por los datos y la capacidad de análisis. Como explica Sánchez, hoy existen potenciómetros, test de campo y laboratorio, o analizadores de oxígeno y capacidad pulmonar que permiten detectar cuándo un ciclista «tiene motor» y un rendimiento genéticamente superior a la media. Sin embargo, advierte, «ser ciclista profesional es una profesión que hay que aprender», y cuando ese proceso se acelera surgen riesgos: «Hay ciclistas que físicamente sí están preparados para poder dar el salto, pero no psicológicamente». En un momento en el que los corredores pasan de ganarlo todo en categorías inferiores a pegarse codazos con los mejores ciclistas del mundo.

En este sentido, González de Galdeano subraya que la monitorización actual deja fuera el aspecto emocional: se mide cómo está el cuerpo, pero «no se sabe cómo se sienten, cuál es su vida personal, o cómo están anímicamente». Para él, la salud mental sigue siendo «una cuenta pendiente del mundo del ciclismo». La preparación psicológica, junto con el acompañamiento de familias, entrenadores y parejas, resulta fundamental para que los jóvenes talentos mantengan los pies en la tierra y avancen de forma equilibrada. «Hay que enseñar a construir la mente para afrontar este ciclismo tan competitivo», concluye Igor, recordando que solo así se evitará la frustración, respetando la forma natural de competir, y se logrará que las carreras de estos corredores no solo comiencen antes, sino que también se alarguen en el tiempo sin hipotecar su futuro.