Yo no vi mal a Turquía; intentó tratar de tú a tú a España y hubo momentos donde hizo más o menos bien las cosas. ¿Cuál es la diferencia? España no dominó de la misma forma que hizo ante Bulgaria, pero sí tuvo el control.
La gran diferencia en el resultado bebe del talento y la calidad de los jugadores españoles que, en momentos puntuales, mataron el partido. Cada vez que Turquía sufría algún desajuste, España se aprovechaba. Quien vea este resultado, pensará que la selección fue brillante —y lo fue—, pero los turcos no lo hicieron mal.
Con todo lo que podemos ver sobre el campo de este equipo, creo que se puede comparar con la legendaria generación que ganó dos Eurocopas y un Mundial. Para ello necesitan ganar los títulos, pero el nivel de juego está ahí.
Merino hizo un gran partido y fue determinante, pero vino en buena parte de las ayudas de sus compañeros. Creo que Lamine Yamal genera y repercute mucho en cómo actúan los rivales, y los compañeros se aprovechan de ello. Los goles son fantásticos, pero son situaciones que generan otros jugadores.
Pedri, por su parte, ya ha demostrado hace mucho tiempo que es un centrocampista de mucho calibre, uno de los mejores sino el mejor en su posición. Es increíble su repercusión en ataque, cómo lleva la batuta, cómo marca los tiempos... Lo tiene todo. No es un jugador demasiado fuerte, pero tiene un talento descomunal. Junto con Merino y Lamine Yamal, el mejor del encuentro.
Bajo mi punto de vista, esta selección está llamada a hacer grandes cosas. Sería terrible que desplegando este juego y con estos jugadores no se pudiesen conseguir cosas. Me daría mucha pena. ¿Cómo se sentirá un jugador de Turquía tras este partido? Pensará en la actitud que han tenido y como, pese a todo, España le ha metido seis goles. Si bajas los brazos contra esta selección, es increíble lo que puede llegar a hacer.
Aunque la mayoría de mérito es de los jugadores, tiene su importancia. El éxito de Luis de la Fuente no viene por su trabajo en el día a día; su mejor arma es escoger a los mejores y colocarlos sobre el campo y que se encuentren en armonía. Su estrategia y la forma de ubicarlos es su éxito.