
Victoria incontestable del actual campeón del mundo frente a los grandes favoritos, que no supieron ni pudieron batirle
07 sep 2025 . Actualizado a las 18:24 h.Max Verstappen se llevó en el Gran Premio de Italia su tercera victoria de la temporada, tras imponerse a Lando Norris y Oscar Piastri, que confirmaron que el peor enemigo que tiene McLaren son ellos mismos. Tras un sábado que no fue perfecto, culminaron una carrera en la que no tuvieron opción frente al tetracampeón del mundo, muy fiable y seguro de lo que tenía por delante. La gestión de Verstappen fue perfecta: la de McLaren, más que mejorable.
Como también lo fue la actuación de los españoles. Fernando Alonso abandonó mediada la carrera con la suspensión rota por su exceso de confianza en los altos pianos de Monza, mientras Carlos Sainz, que se enredó en una pelea innecesaria con Bearman, se quedó fuera del top 10.
Salida a cara de perro entre Verstappen y Norris
No se puede decir que el arranque de la carrera en Monza defraudara. A diferencia de otras carreras, aquí no hubo piedad entre los candidatos a la victoria y al podio, dejando un inicio espectacular, de los que hacen afición.
Los primeros en mostrarse los dientes fueron Max Verstappen y Lando Norris. El neerlandés defendió la pole con los codos por fuera, casi de manera literal, ya que se saltó la primera chicane para evitar que el británico, al que echó a la tierra para evitar que le adelantase antes de la frenada. Norris no dudó en quejarse, con justicia, de la doble ilegalidad flagrante del tetracampeón, que finalmente tuvo que claudicar la posición para dejarse para después la lucha.
Paralelamente, por detrás Charles Leclerc, que a veces puede tener el pecho templado para luchar por lo que considera suyo, la gloria, y para algarabía de los tifosi que abarrotaban las gradas. Se las tuvo con el líder del Mundial, Oscar Piastri, que tiró de inteligencia: sabía que su McLaren era superior y que, pese a la velocidad punta del SF25 (marcó los 363 km/h, la máxima en este domingo), podía sujetarle en la primera parte de la carrera al menos.
Después de los primeros fuegos artificiales, la carrera se calmó. La obligada gestión de los neumáticos que impone la dictadura de Pirelli hizo que el pelotón se estirase, con Verstappen sosteniendo cómodo el liderato frente a Norris y Piastri detrás, mientras Leclerc esperaba su momento en la cuarta posición. Solo la pequeña remontada de Hamilton, que le permitió ponerse a rueda de su excompañero Russell, puso algo de emoción rondando la vuelta 20, cuando empezó a plantearse la primera ventana de paradas en boxes.
En cuanto a los españoles, Alonso no tuvo mayores dificultades para mantenerse en la zona de puntos, ayudado en parte por el constante rebufo que le daba su padawan Bortoleto con el Sauber, único en pista por una avería de Hulkenberg que le impidió tomar la salida. De hecho, Alonso no le ganó la posición a su representado hasta la parada en boxes. Aunque no le sirvió de mucho.
«Esto es increíble»
Alonso entró en boxes tras Bortoleto con la intención de lograr un buen botín de puntos, pero la técnica le dejó fuera. Y es que apenas dos vueltas después de la reincorporación, el constante paso por los altos pianos del trazado italiano le pasaron factura. La suspensión trasera derecha se partió y tuvo que abandonar. «¿Fallo de suspensión? Esto es increíble.», se quejaba el asturiano, que ya el día anterior había señalado lo obvio: «Tengo el peor coche de la parrilla y, además, muy mala suerte». Posiblemente sea mucho más de lo segundo que de lo primero.
El enésimo hurto del espectáculo que protagonizó Pirelli hizo que casi toda la parrilla se quedase en pista hasta que restaba apenas un tercio de la carrera. Con casi 40 vueltas pararon todos los de arriba, que no lo hubieran necesitado si la normativa no obligara a hacerlo. Tal era la inesperada durabilidad de los neumáticos que varios pilotos pudieron montar blandos para el último relevo. Verstappen, líder y ganador a la postre, no fue uno de los que se lo jugó. El duro y la ventaja que llevaba le permitieron apostar por una estrategia más conservadora, obligando a la vez a Norris a apostar por los blandos si es que quería tener algo de ventaja extra para las últimas 15 vueltas.
Esta fue la decisión de los McLaren y, en teoría, les podría haber salido bien si no se hubieran equivocado en boxes. No estuvieron acertados ni con Piastri ni sobre todo con Norris, hasta el punto de que tuvieron que volver a apostar por un vergonzante llamamiento a las órdenes de equipo para que el británico no cediese la segunda plaza con su compañero australiano, que sostiene aún el liderato de la general. Hasta Verstappen se burló de ellos por la radio cuando le advirtieron de lo sucedido.
Sainz, golpeado y fuera de los puntos
Carlos Sainz se vio de nuevo fuera del top 10, aunque no se puede achacar solo a su actuación lo sucedido. Y es que el undécimo tiempo con el que acabó en Monza se vio buenamente afectado por el toque y consecuente salida de pista con trompo que tuvo con Ollie Bearman. Esta vez, tampoco le tocó a él la cara de la moneda, mientras su compañero Albon finalizó en una más que decente una séptima plaza.