
Sin un nueve clásico, la aportación de los jugadores que llegan desde segunda línea mantiene el formidable caudal ofensivo de una selección que provoca pánico a nueve meses del Mundial
08 sep 2025 . Actualizado a las 19:30 h.Deslumbrante en todos los sentidos hasta el punto de sorprender incluso a su arquitecto, un Luis de la Fuente cuyos méritos hay que aplaudir sin ambages, la selección española navega viento en popa a toda vela camino de un Mundial en el que partirá como favorita. Cierto es que queda casi un año para esa infladísima Copa del Mundo con 48 participantes, habrá vaivenes anímicos de por medio, inevitables golpes en forma de lesiones y azares de todo tipo que sacudirán el barco, pero La Roja es un equipo con mayúsculas que sale reforzadísimo de los dos compromisos que ha afrontado en septiembre, un mes trampa.
El sólido triunfo frente a Bulgaria, previsiblemente plácido como acabó resultando atendiendo al calibre del rival, y, sobre todo, el recital que ofreció contra Turquía, a la que desdibujó por completo, dan motivos para soñar a lo grande con una selección exuberante que ni siquiera echa de menos esa figura tantas veces reclamada de un nueve clásico porque disfruta de un abanico de recursos extraordinario, más que suficiente para mantener el caudal ofensivo de un combinado que promedia 2,69 goles por partido desde que De la Fuente recogió el testigo de Luis Enrique y enlaza 27 encuentros oficiales sin conocer la derrota desde aquel chirriante batacazo sufrido en Glasgow, a solo dos de igualar la monumental racha que acumuló en tiempos de Vicente del Bosque.
Aunque las comparaciones suelen resultar odiosas, a veces también son inevitables y esta selección que ha impuesto un paso marcial recuerda cada vez más a aquella otra que encadenó dos Eurocopas y un Mundial. No tiene un santo bajo palos pero sí dispone de un león con las garras bien afiladas, ha consolidado una zaga con un presente notable y un futuro que se antoja aún más espléndido, luce a dos extremos de primera talla mundial con recambios de máximas garantías, dispone de nueves mentirosos cuyos goles son verdades como puños y, sobre todo, se apuntala a partir de un centro del campo capaz de marcar otra época inolvidable.
Ni el papel secundario de Rodrigo Hernández, todo un Balón de Oro que va volviendo a entrar en materia poco a poco, ni la baja de Fabián Ruiz, campeón de casi todo y futbolista talismán para La Roja donde los haya, afectaron a la velocidad de crucero de España, que voló en Sofía y en Konya a lomos de un descomunal Pedri, marcó el compás al ritmo de Zubimendi y mordió con el colmillo de Mikel Merino.
Desencadenados
El navarro registró el primer triplete de su carrera en Turquía, tres días después de haber visto puerta también en Bulgaria, lo que eleva a seis su cuenta de goles con la selección española en otros tantos partidos disputados en lo que va de año dado que también salvó a La Roja frente a Países Bajos en marzo con un gol in extremis en Róterdam y volvió a dejar su particular sello en el trepidante intercambio de golpes con Francia en semifinales de la Liga de Naciones.
«Es un genio, un top mundial y a veces no tiene el reconocimiento en España. Es de los mejores del mundo en su posición», resaltó De la Fuente sobre un futbolista cuya capacidad goleadora ha crecido exponencialmente desde que se puso a las órdenes de Mikel Arteta. Nueve de los 45 goles que ha marcado a nivel de clubes los hizo el curso pasado con el Arsenal, cuando el técnico donostiarra lo convirtió en un recurso al que agarrarse ante el déficit de killers que padecía.
Algo parecido le ha sucedido al navarro con España. Apenas dos muescas en el revólver a lo largo de sus 31 internacionalidades previas al año en curso, una de ellas vital para que La Roja conquistase la Eurocopa de Alemania, y seis desde que se comió las uvas el pasado 31 de diciembre. «Era una faceta que estaba mejorando, dando ese paso adelante. Parece ser que estando de delantero el año pasado, se me hace más natural. Estoy teniendo la suerte de que entran», apuntó tras destrozar a Turquía con un triplete.
También Pedri ha dado un salto adelante a la hora de asomarse al área rival y desenfundar con enorme puntería. Y, como en el caso de Mikel Merino con Arteta, tras la creciente amenaza ofensiva del canario se ve la mano de Hansi Flick. El germano ha conseguido recuperar la mejor versión de un futbolista que recuerda mucho a Andrés Iniesta, pero al que las lesiones habían golpeado con crudeza. Alejado de aquellos padecimientos físicos que le torturaron tras el salvaje verano que afrontó en el 2021 al encadenar Eurocopa y Juegos Olímpicos como exigentísimo epílogo de su primera campaña en la élite, el de Tegueste vuelve a ser el faro de España y también se ha convertido, a la vez, en uno de sus martillos.
Tras estrenarse como goleador materializando un doblete ante Irlanda del Norte en un amistoso celebrado el pasado año a modo de preparación para la Eurocopa, ha sumado otros tres tantos en sus cuatro últimas apariciones con La Roja. «Es el mejor del mundo en su puesto», asegura De la Fuente, que ha aprovechado la ausencia de Fabián para bajar al tinerfeño a la base como ocurre en el Barça, con los demoledores efectos que padecieron en sus carnes Bulgaria y Turquía.