El Real Madrid apela al manual de resistencia para ganar en Anoeta (1-2)

Oscar Bellot COLPISA

DEPORTES

Juan Herrero | EFE

Los blancos, que se adelantaron con goles de Mbappé y Arda Güler, lograron sobreponerse a la expulsión de Huijsen y firman su cuarta victoria en otras tantas jornadas de Liga

13 sep 2025 . Actualizado a las 18:37 h.

Tuvo que tirar el Real Madrid del manual de resistencia este sábado para cosechar en Anoeta su cuarta victoria en otras tantas jornadas de Liga y, sin duda, la más sacrificada. Los blancos, catapultados de nuevo por la versión más afinada de Mbappé y otra también letal de Arda Güler, pusieron tierra de por medio antes del descanso frente a una Real Sociedad que se mostró blandísima de inicio, pero que aprovechó la expulsión de Huijsen a la media hora de partido para recortar distancias, montar el zafarrancho de combate y comprometer hasta el último suspiro el triunfo de un líder resiliente.

Se dejaron el alma los de Sergio Francisco, que acumularon ocasiones pero les esquivó la fortuna para lograr el empate y siguen atrapados en la zona baja de la tabla, con solo dos puntos en su casillero y sin probar aún el sabor del triunfo. Su derroche fue innegable, tanto como el de un Real Madrid que capeó el temporal a duras penas, aliado con la suerte y aferrado a la capacidad de sacrificio para mantener el liderato a buen recaudo, aun a costa de realizar un sobresfuerzo que puede pasarle factura en la Champions. Claro que esa ya es otra historia.

El encuentro, para el Real Madrid, servía como telonero de la Champions, escenario donde siempre aspira a ofrecer sus mejores conciertos. De ahí que Xabi Alonso, en su regreso a Anoeta, configurase el once aquejado de cierto estrabismo. Recuperó a Carvajal para el lateral derecho, concedió vuelo a Ceballos para ofrecer descanso a Valverde y alistó a Brahim en el costado diestro del frente ofensivo, relegando al banquillo a Mastantuono y a Rodrygo.

Menos carriles tiene ante sí Sergio Francisco, quien, pese a ello, también asumió el peaje de los compromisos internacionales. Así se explica la suplencia de Aramburu, lo que situó a Elustondo como lateral postizo. También la de Kubo, quien dejó espacio a Guedes. La gran sorpresa, sin embargo, fue la presencia de Goti, mediapunta que hizo su puesta de largo en Primera, aunque sin fortuna.

Pagó la novatada el canterano de Zubieta con un error de bulto en un pase atrás que dejó pista libre a Mbappé para que el francés descorchase el marcador fusilando a placer a Remiro. No le hacen falta semejantes regalos al delantero, que venía de marcar otros dos tantos con su selección y ofreció un nuevo recital en un feudo que se le da a las mil maravillas.

La diana de Mbappé reforzó los distintos estados de ánimo por los que atraviesan ambos bandos, con un Real Madrid pletórico de confianza y una Real Sociedad tiernísima. Cierto es que tras su pacato inicio de partido, los txuri urdin trataron de reaccionar, pero sin incomodar demasiado a un adversario que acarició el segundo con sendos testarazos de Militao, apaciguados por Remiro.

El Real Madrid tenía bajo control el partido, por más que un error de criterio de Huijsen aportase algo de picante a la riña. Erró el central agarrando a Oyarzabal cuando Militao podía rebajar al delantero y Gil Manzano obvió ese último factor, dejando al Real Madrid con uno menos.

Pese a ello, los blancos, en inferioridad numérica, asestaron un nuevo golpe al cuadro local antes del descanso en una acción en la que Mbappé aprovechó la condición de Elustondo de ortopédico lateral derecho para quebrarle antes de servir atrás a Arda Güler, que resolvió con maestría.

Asedio sin premio

Reconstruyó el bloque visitante Xabi Alonso tras el intermedio llamando a filas a Valverde para robustecer un centro del campo que había abandonado Tchouaméni dentro del zurcido de la zaga al que obligó la expulsión de Huijsen. La presencia del uruguayo se anticipaba necesaria para contener el paso delante de la Real Sociedad, que subió líneas y recortó diferencias aprovechando otra imprudencia de un zaguero blanco. Falló esta vez Carvajal dejando el brazo extendido al ir al suelo para intentar taponar un golpeo de Barrenetxea y ajustició desde los once metros Oyarzabal para volver a poner el enfrentamiento en un puño.

Los txuri urdin, a los que no había acompañado la suerte en un remate previo de Pablo Marín que se paseó por la línea en su viaje de palo a palo, recrudecieron el asedio frente a un Real Madrid disminuido que apelaba a la velocidad de Vinicius y de Mbappé para volver a poner tierra de por medio. El francés estuvo cerca de fabricarse un golazo tirando de zancada, pero el campo estaba claramente inclinado a favor de la Real Sociedad, hasta el punto de que Xabi Alonso optó por prescindir de Vinicius para doblar el lateral izquierdo tras la entrada en acción de Kubo y devolvió a Tchouaméni al eje del centro del campo, muy poroso hasta entonces con Ceballos y Arda Güler en la base. Así, atrincherado en su área, aguantó de pie el Real Madrid, que suma y sigue pero no gana para sustos.