El método Xabi Alonso abre las primeras grietas en el Real Madrid

Óscar Bellot COLPISA

DEPORTES

Pavel Mikheyev | REUTERS

Valverde y Vinicius visibilizan su descontento al ver amenazada con el preparador vasco la zona de confort que tenían con Ancelotti

01 oct 2025 . Actualizado a las 15:52 h.

Cuando Xabi Alonso aterrizó en el Real Madrid se disparó la ilusión dentro de un vestuario que había mostrado grietas en el crepúsculo de la era Ancelotti. Llegaba un técnico moderno, con un libreto camaleónico, un carisma a prueba de bombas y la condición de leyenda. Su figura parecía encajar como un guante dentro de las necesidades de un equipo que precisaba un electroshock para volver a la senda del éxito. Sin embargo, como ocurre con tantas cosas en la vida, no siempre es fácil adaptarse a un nuevo escenario y el método del estratega vasco ya empieza a dejar caras largas por parte de algunos de sus pupilos con mayor jerarquía, como quedó puesto de manifiesto el martes en Almaty.

La plácida goleada de los blancos frente al modesto Kairat supuso un pequeño bálsamo tras la hecatombe que se produjo tres días antes en el derbi disputado en el Metropolitano, pero la satisfacción de un triunfo que se daba por descontado quedó enturbiada por el descontento que visibilizaron Vinicius y Valverde en el recinto kazajo. El brasileño volvió a marcharse al banquillo con el morro torcido cuando Xabi Alonso optó por relevarle para dar entrada a Rodrygo en el minuto 70 y el uruguayo mostró disconformidad por su inesperada suplencia con una actitud melancólica en la banda que arroja más sal sobre una herida inopinada.

Sorprendió en grado sumo que Valverde no fuese titular en el encuentro correspondiente a la segunda jornada de la Champions, máxime teniendo en cuenta que el día anterior había sido el escogido para comparecer en rueda de prensa y Xabi Alonso probó con él como carrilero derecho durante el último entrenamiento previo al duelo celebrado en el Almaty Ortalyk Stadion. Dos signos que apuntaban a su presencia en el once. Nada más lejos de la realidad porque Valverde fue el último en sumarse al calentamiento, se quedó sin saltar al césped y dejó unas inquietantes imágenes con gesto meditabundo a medida que Xabi Alonso iba introduciendo relevos que denotaban su descontento.

«¿Castigo? Es una decisión que estaba tomada. Siempre está dispuesto a jugar donde se le necesite. Es muy generoso y con predisposición. El partido se ha decidido en la segunda parte y hay que dosificar esfuerzos porque tanto él como Carreras veían de una secuencia de esfuerzos largos», explicó Xabi Alonso en un intento por tratar de quitar hierro a una suplencia que se produjo un día después de que Valverde volviese a dejar claro que no le gusta que le alejen de la sala de máquinas. «No nací para jugar de lateral», subrayó el charrúa, que atraviesa quizás sus peores momentos desde que se estableció como uno de los pesos pesados del vestuario del Real Madrid.

Hay quien interpreta la suplencia del 8 en Almaty como un castigo de Xabi Alonso. Sea así o no, lo cierto es que Valverde no termina de sentirse tan cómodo con el nuevo libreto como ocurría bajo la égida de Ancelotti. El fútbol que predicaba el italiano encajaba mejor con las condiciones de un jugador de tranco largo que disfruta con el ida y vuelta, pero que no acaba de encontrar su espacio dentro de un centro del campo en el que Xabi Alonso ha empoderado a Tchouaméni y a Arda Güler. Lo reconoció sin ambages el propio interesado antes sufrir un sonoro banquillazo en Kazajistán. «Es verdad que había empezado bien en el nuevo proyecto, en el Mundial, creo que jugué bien allí. Ahora me cuesta mucho más sentirme cómodo en el campo. Seguiré trabajando», remarcó el segundo capitán del Real Madrid, que hubiera sido el parche lógico para el lateral derecho en Almaty frente a las ausencias de Carvajal y de Trent. Valverde se convirtió en el pulmón y el corazón del Real Madrid de Ancelotti y Xabi Alonso necesita recuperar la mejor versión de quien hasta ahora se había mostrado como un soldado abnegado.

Rodrygo presiona al 7

El guipuzcoano también está teniendo tiranteces con Vinicius, que volvió retirarse contrariado del césped cuando vio el 7 en el cartel de los cambios. «No ha sido rebote. Otro día..., pero hoy no. Siempre es cosa del entrenador. Lo de Vini no ha sido una queja. Ha habido un comentario que hemos entendido», regateó al respecto Xabi Alonso al término de un partido en el que el fluminense malogró una ocasión clamorosa en la primera parte y se quedó nuevamente sin marcar mientras Mbappé volvía a acaparar todos los focos con un hat-trick. Al parecer, el mosqueo del brasileño era con Mastantuono, que prefirió rematar en lugar de pasar a Vinicius cuando este se veía en mejor posición para marcar, pero llovía sobre mojado tras lo sucedido frente al Espanyol.

Por si fuera poco, a Rodrygo, que volvió a ocupar su espacio como extremo izquierdo, le bastaron 20 minutos para contribuir decisivamente a dos de los goles que facturó el Real Madrid en Almaty. Una sensacional actuación que agita el debate y recrudece una competencia que pone más presión a un futbolista que no termina de encontrar el camino para volver a ser el que fue.

Las malas caras de Valverde y de Vinicius ponen a prueba a Xabi Alonso, quien necesita devolver cuanto antes al redil a dos futbolistas que resultan capitales para la consolidación del proyecto del técnico vasco. Para ello, deberá hacer gala de esa mano izquierda que caracterizaba a Zidane y a Ancelotti, a la vez que asienta su autoridad para evitar que los egos dinamiten la caseta del Real Madrid.