Triunfo de oficio y garra del Leyma Coruña en su vuelta al Coliseum (87-72)

JOSEMA LOUREIRO A CORUÑA / LA VOZ

DEPORTES

Eduardo Pérez

Los naranjas supieron sufrir para vencer al Oviedo con un esfuerzo defensivo estelar

03 oct 2025 . Actualizado a las 22:39 h.

El Leyma Básquet Coruña logró en su regreso al Coliseum un triunfo de oficio y garra contra el Oviedo (87-72), en el desplegó una gran defensa para reaccionar tras una sequía que tuvo el partido al borde del abismo.

Espoleado por el intenso ambiente en su reencuentro con el Coliseum en Liga, el Leyma saltó al parqué consciente de cuál sería el guion del partido; muchas posesiones, pocas pausas y un ritmo frenético. Mencía y Jou con sendos triples dieron la primera estocada del partido ante un Oviedo que imprimía una velocidad endiablada al juego gracias, entre otros, a Parham.

No le pesó al repartido liderazgo naranja, que hizo mella en los carbayones volcándose hacia el interior y sacando petróleo con un par de 2+1, así como un imponente mate de Brnovic que obligó a Javi Rodríguez a pedir tiempo muerto.

Hubo un conato de reacción de los suyos, pero no supieron capitalizar una antideportiva de Mencía para deshacer el entuerto. Poco después, la fortuna le devolvió la moneda al Leyma, que se encontró con una antideportiva a favor. Los locales no perdonaron, terminando el cuarto diez arriba (25-15).

El segundo cuarto arrancó con recital de Dídac Cuevas; en dos suspiros, el base catalán rascó un 2+1 y anotó un triple desde su casa. Pese a algunos errores de los de casa, el Oviedo solo dejaba chispazos que no le permitían acercarse demasiado en el electrónico.

Una pequeña sequía naranja impulsó a Marco a poner pausa. El papel de desatascador recayó enla misma figura que en San Sebastián, Danilo Brnovic, que envió con un triple el partido al descanso con +9 (43-34).

Encender el Coliseum

El Leyma necesitaba sacudirse el polvo después de esos minutos de dudas, pero el Oviedo no estaba dispuesto a entregar las armas. Quien sostuvo a los naranjas en sus momentos de más duda fue Dídac Cuevas, que no titubeó a la hora de tomar la manija del juego de los suyos.

Pero no parecía suficiente con los arreones del escurridizo base catalán. Nwaokorie y Hermanson hurgaron en la herida de los herculinos, que ya habían igualado la contienda a falta de cuatro minutos.

El partido transitaba por el alambre. El efecto Coliseum se antojaba clave, y Caio Pacheco se encargó de encender a la afición con una golosa asistencia por debajo de las piernas y sin mirar a Jacobo Díaz, que clavó un triple. La tempestad había amainado un poco, y los naranjas se iban al acto definitivo con cuatro de ventaja (63-59).

Con su gente ya en el bolsillo y los ovetenses con el tiempo corriendo en su contra, el Leyma buscó estirar sus posesiones. Tiró de galones el capitán Cuevas, rehaciéndose tras una pérdida y protagonizando un robo de balón de puro oficio. Cremo afinó la muñeca tras un partido flojo en la anotación y la ventaja volvía a los seis puntos. Pero quedaba un mundo.

La traca final llegaría de la mano de dos ex del Tizona como Thiam y Pacheco. El senegalés reboteó y generó en el poste, regalándole además a la parroquia naranja un par de mates que tambalearon los cimientos del Coliseum. La desafortunada lesión de Duscak allanó el camino de los naranjas, que siguen invictos en este inicio de Primera FEB.