Las claves que han llevado a Cristiano Ronaldo a ser el primer futbolista milmillonario

Óscar Bellot COLPISA

DEPORTES

Stringer | REUTERS

Bloomberg tasa la fortuna del delantero portugués del Al Nassr en 1.200 millones de euros

08 oct 2025 . Actualizado a las 18:31 h.

No hay techo que se le resista a Cristiano Ronaldo. Máximo goleador de la historia (946), artillero más prolífico tanto en la Liga de Campeones (140) como en el fútbol de selecciones (141), jugador con mayor cantidad de partidos internacionales a sus espaldas (223), primer y único futbolista capaz de marcar más de 50 goles en seis temporadas distintas y consecutivas (2010-2016), primer y único jugador en disputar y marcar en cinco fases finales distintas de Eurocopas (2004, 2008, 2012, 2016, 2020), único deportista que ha marcado goles en cinco Mundiales (2006, 2010, 2014, 2018 y 2022), jugador con más victorias en Liga de Campeones (115)... La lista de récords establecidos por el crack de Madeira daría para elaborar una enciclopedia. Pero hay otro dato que debe hacer tanto o más feliz al portugués que los anteriormente señalados. Y es que Bloomberg estima su fortuna en 1.400 millones de dólares (más de 1.200 millones de euros al cambio), lo que le convierte en el primer futbolista milmillonario.

Camino de los 41 años (los cumplirá el 5 de febrero del 2026) y con más de dos décadas asentado en la élite durante las cuales ha pasado por las filas del Sporting de Portugal, del Manchester United, en dos ocasiones, del Real Madrid y del Juventus, el actual delantero del Al Nassr ha aglutinado un patrimonio neto que deslumbra a los simples mortales.

El Índice de Multimillonarios de Bloomberg incide precisamente en ese trasvase al fútbol saudí que se consumó a finales del 2022 como principal clave para que CR7 haya irrumpido como el primer futbolista que rebasa una barrera que, hace pocos años, se antojaba prácticamente infranqueable.

Bañado en petrodólares

Tras ganar todos los premios individuales y colectivos, habidos y por haber, durante sus años de vino y rosas como uno de los dos mandamases del fútbol mundial, el astro de Funchal, lejos ya de sus tiempos de apogeo, sorprendió con su decisión de recalar en el emergente fútbol saudí, rebosante de dinero pero aún falto de pedigrí. Cristiano presentó aquel movimiento como el de un pionero que aterrizaba a Riad para poner todo su prestigio al servicio de un país que veía, y sigue viendo, el deporte como una formidable vía para expandir su marca alrededor del mundo.

«Esta es una gran oportunidad no solo por el fútbol sino para intentar cambiar la mentalidad del mundo. He tenido oportunidades de jugar en Europa, Brasil y Australia, incluso en Portugal. He elegido este desafío porque quiero intentar ayudar con mi experiencia a desarrollar el país y el club», proclamó durante su presentación como buque insignia del Al Nassr, una ceremonia orquestada a bombo y platillo que convirtió la ciudad de Riad en el centro de todas las miradas.

Por supuesto, había otros motivos muy suculentos que llevaron a Cristiano Ronaldo a dar aquel paso. Al Nassr le extendió un contrato astronómico, alrededor de 200 millones de dólares anuales libres de impuestos. «Mi contrato aquí es único porque soy un jugador único», aseveró, ni corto ni perezoso, entonces.

Ningún otro jornalero del balompié había osado nunca con acercarse a esas cifras, ni siquiera Leo Messi. Mientras el luso se bañaba en los petrodólares del Golfo Pérsico, el rosarino cambiaba la ajetreada París por la soleada Miami, una ciudad llena de glamur y con muchos más atractivos que Riad, pero asumía un salario muchísimo menor que el de CR7 (unos 20 millones de dólares anuales), abriendo una considerable brecha patrimonial (Bloomberg calcula que el argentino ha ganado más de 600 millones de dólares en salario bruto a lo largo de su carrera) entre quienes fueron los dos grandes rivales generacionales por el trono futbolístico mientras lideraban al Real Madrid y al Barça, respectivamente.

Esa diferencia se hizo aún más grande cuando Cristiano Ronaldo rubricó el pasado mes de junio una renovación todavía más suculenta que puso punto final a su presunto intento de salir del Al Nassr. Se había dejado querer por diversas entidades en vísperas del Mundial de Clubes, pero la presión ejercida por el delantero sobre el fondo soberano que alimenta a los cuatro principales clubes de Arabia Saudí acabó cristalizando en una extensión de contrato valorada en 400 millones de dólares anuales.

Dado que los salarios que se perciben en aquel país están libres de impuestos y el contrato de Cristiano Ronaldo incluye además otra serie de atractivos como una participación en el accionariado del Al Nassr y el uso de un jet privado, el portugués ha puesto aún más tierra de por medio respecto a otras estrellas del balón y ya puede presumir de ser el primer futbolista milmillonario.

Hoteles, gimnasios, relojes, ropa interior...

CR7 es una máquina de hacer dinero y ha construido un imperio que no solo está cimentado en los ingresos que percibe por el ejercicio de su profesión, sino que se ve alimentado además por los múltiples acuerdos de patrocinio que tiene con marcas como Armani, Nike o Castrol, así como las numerosas inversiones que ha acometido con el paso de los años en negocios tan dispares como hoteles, gimnasios, productos de recuperación de atletas, relojes, una línea de ropa interior, otra de perfumes e incluso una de zapatos.

Lejísimos queda ya para el cinco veces campeón de Europa aquella humilde infancia en Madeira, isla que abandonó a los 14 años para cumplir su sueño de hacerse futbolista. Debutó con el Sporting de Lisboa, fue leyenda en Old Trafford, mito en el Santiago Bernabéu e ídolo también en el Juventus Stadium. Hoy su nombre preside el aeropuerto de Madeira, donde los visitantes acuden en tropel al Museo CR7 y al Hotel Pestana CR7. No cabe duda de que Cristiano es una mina y convierte en oro todo lo que toca.