Rafa Mir guarda silencio tras ser interrogado como procesado por la violación a una joven
DEPORTES

El futbolista del Elche, quien en su día alegó que las relaciones sexuales fueron consentidas, se acoge a su derecho a no declarar para no incurrir en contradicciones
13 oct 2025 . Actualizado a las 16:20 h.La causa por agresión sexual contra el futbolista Rafa Mir, delantero del Elche, o el partido que juega el exdelantero del Valencia contra la justicia por la presunta violación a una joven en su chalet de Bétera el 1 de septiembre del 2024, siguiendo el símil utilizando en su día por el letrado de la defensa, está todavía en los primeros minutos del encuentro. Así, para evitar meterse un gol en propia puerta, Rafa Mir optó por acogerse a su derecho a no declarar en la mañana de este lunes tras su comparecencia vía telemática ante la jueza de Llíria que instruye la causa, ya en calidad de procesado, para evitar incurrir en posibles contradicciones con su testimonio inicial.
Tanto Rafa Mir como el otro detenido, Pablo Jara, acusados por la agresión sexual a dos jóvenes en el domicilio del futbolista, que en el momento de los hechos se encontraba cedido al equipo valencianista por el Sevilla, tenían que declarar este lunes en la plaza número ocho de la Sección Civil y de Instrucción del Tribunal de Instancia de Llíria, ya como procesados.
No obstante, ambos, que solicitaron declarar por videoconferencia desde los despachos de sus respectivos letrados, prefirieron guardar silencio por recomendación de sus defensas, como suele ser habitual, para de esa forma no caer en variaciones en su relato que puedan ser utilizadas en el juicio en su contra.
La versión de Rafa Mir
En su momento, tras ser arrestado por la Guardia Civil y puesto a disposición judicial, el futbolista sostuvo que las relaciones sexuales con la joven, a la que había conocido esa noche en una discoteca de Valencia, habían sido consentidas. Su testimonio fue apoyado por los agentes de la Policía Local de Bétera que acudieron al domicilio de la de la urbanización Torre en Conill en la madrugada del 1 de septiembre del 2024, pero los vigilantes de la empresa de seguridad que también estaban presentes desmontaron el relato de los policías corroborando que la víctima que denunció dos episodios de agresión sexual con acceso carnal, uno en la piscina y otro en el cuarto de baño, sí que dijo en esos primeros instantes que el futbolista le había introducido los dedos sin su consentimiento.
Tras analizar los distintos testimonios y las pruebas recabadas, la jueza de Llíria que instruye la causa ha procesado por un delito de agresión sexual con introducción de miembro corporal por vía vaginal, «empleando violencia», a Rafa Mir. La jueza considera que «de las actuaciones practicadas existen indicios y no meras sospechas» de dos episodios de agresión sexual, mediante el uso de la violencia, por parte de Rafa Mir con la joven denunciante de 21 años, el primero en la piscina y posteriormente un segundo en el cuarto de baño. En ambos casos con acceso carnal al haberle introducido los dedos sin su consentimiento, y pese a que la víctima «le decía que parase, que le soltase y le apartaba», según refleja el auto de procesamiento contra el futbolista.
De igual modo, la jueza también ha impuesto a Rafa Mir una fianza de 12.500 euros para hacer frente a las posibles responsabilidades civiles y al segundo procesado, por los tocamientos otra joven de 25 años, una fianza de 5.000 euros.
Relato del auto de procesamiento
Los hechos ocurrieron la noche del día 31 de agosto al 1 de septiembre de 2024, cuando las dos jóvenes se encontraban en una conocida discoteca de Valencia en la que coincidieron con el futbolista Rafa Mir, el también procesado Pablo Jara y tercer amigo que no participó en modo alguno en las presuntas agresiones.
Una vez la discoteca cerró sus puertas, los cinco jóvenes, de común acuerdo, se dirigieron al domicilio del futbolista, un chalet en la urbanización Torre en Conill de Bétera, donde Rafa Mir mantuvo relaciones sexuales consentidas con una de las chicas.
Después del encuentro sexual con esta, se dirigió a la zona de la piscina en la que, se encontraba la segunda joven, de 21 años, y sus dos amigos. Según recoge el auto de procesamiento, el futbolista cogió en brazos a la chica y saltaron juntos a la piscina. Dentro del agua, la agarró fuertemente, y comenzó a besarla por la cara, cogiéndola para obligarle a besarle, al tiempo que le tocaba los pechos y el culo. Todo ello pese a la oposición de la joven, que en todo momento le decía que parase. Incluso en esa primera agresión se produjo introducción de dedos, según se desprende de las declaraciones de la víctima.
Tras esta primera agresión, la víctima quiso abandonar el lugar, llegando a salir del chalet, pero al recordar que se había dejado sus pertenencias en el interior, volvió a recogerlas. Fue en ese momento cuando el futbolista presuntamente la cogió fuertemente del brazo causándole lesiones y, la introdujo en el interior del cuarto de baño de la vivienda, donde nuevamente comenzó a besarla por la cara, a tocarle los pechos y le volvió a introducir los dedos en la vagina, mientras la víctima lloraba y le decía que parase.
Tras salir del baño, la joven fue a su amiga para marcharse inmediatamente de allí. La otra víctima, y a su vez testigo, la vio en «un fuerte estado de nerviosismo», y desde su teléfono llamó al padre de su amiga.
Respecto a la segunda denunciante, el auto señala que cuando salió de la habitación tras tener sexo consentido con el delantero cedido por el Sevilla al Valencia en ese momento, se dirigió a la zona de la piscina, donde después de comer tarta, se desnudó, quedándose en tanga, y saltó al agua, donde estaba Pablo Jara, quien después de estar hablando con ella presuntamente le tocó, tanto los pechos, como la vagina por encima de la ropa hasta en tres ocasiones. En todo momento y «de forma expresa» la denunciante le apartó y le dijo que no quería nada con él: «Quítate», «que me dejes en paz».
Después de salir de la piscina, la joven se cubrió con una toalla y entró en la cocina de la vivienda, desde donde escuchó ruidos en el cuarto de baño en el que estaba Rafa Mir y su amiga, la cual salió del baño visiblemente nerviosa.
Como la joven presuntamente violada por Mir «estaba llorando y hacía mucho ruido», Pablo Jara les indicó que se fueran de allí «que estaban armando mucho jaleo y que eran unas niñatas», al tiempo que, empujó a la que había realizado tocamientos en la piscina, quien cayó al suelo y se causó lesiones en el codo derecho. Al levantarse del suelo, el coprocesado le quitó la toalla y le propinó un puñetazo, causándole lesiones en el labio y, las echó de la vivienda, dejando a una de ellas en la calle semidesnuda.
Secuelas de la víctima
Como consecuencia de estos hechos la joven de 25 años sufrió lesiones, concretamente una contusión en el labio y erosión en codo derecho. Mientras que la chica de 21 agredida por el futbolista sufrió lesiones consistentes en contusión en brazo derecho, así como «un trauma psíquico vivencial y un trastorno de adaptación con ansiedad mixta y estado de ánimo deprimido», según los hechos recogidos en el auto judicial, basado en las declaraciones de los implicados, las denunciantes y el resto de testigos, el reportaje fotográfico de la vivienda en la que sucedieron los hechos y los informes médico forenses, así como el informe de extracción de datos del teléfono y de la tarjeta SIM del futbolista.