El presidente de la Liga denuncia que los que ahora apelan a la «integridad de la competición» son los mismos que desde hace años «presionan a árbitros y a gobernantes»
22 oct 2025 . Actualizado a las 18:29 h.El sueño de Javier Tebas de llevar un partido de la Liga a Estados Unidos ha vuelto a naufragar. Lo que iba a ser un gesto de expansión global -el duelo entre Villarreal y Barcelona previsto para el 20 de diciembre en Miami- se ha convertido en el último episodio de la guerra abierta entre el presidente de LaLiga y el Real Madrid. Un conflicto que trasciende al fútbol y que expone, una vez más, la división institucional que sufre el deporte español. La promotora del evento, Relevent Sports, anunció este martes la cancelación del encuentro, alegando la «incertidumbre generada en España durante las últimas semanas». El proyecto no ha resistido el fuego cruzado de intereses políticos, deportivos y económicos, con Tebas en el centro de una tormenta que él mismo desató.
Desde hace años, Javier Tebas intenta exportar la Liga más allá de sus fronteras. Su argumento se centra en que si el fútbol español quiere competir con la Premier League, debe proyectarse en el mercado internacional. Sin embargo, la idea de llevar un partido liguero a otro continente ha provocado una rebelión sin precedentes. Clubes -salvo los dos implicados directos-, futbolistas y aficionados, han mostrado su descontento.
En el 2018, ya se intentó exportar un Girona-Barça que nunca salió de Montilivi por falta de autorización de la FIFA. En esta ocasión, siete años después, sí tuvo el respaldo a regañadientes de la UEFA y el proyecto parecía más cerca que nunca. Hasta que, de nuevo, la resistencia interna se impuso. Los profesionales, a través de su sindicato (AFE), protestaron con un simbólico paro de 15 segundos en todos los partidos de la pasada jornada de Liga. La oposición frontal vino también desde los despachos del Santiago Bernabéu, donde Florentino Pérez y su equipo jurídico activaron una estrategia para bloquear cualquier movimiento que considerasen una amenaza para la integridad de la competición.
Lejos de hacer autocrítica, el presidente de la patronal, en su única explicación pública tras la cancelación del partido de Miami, responsabilizó directamente al club blanco y a su presidente, sin nombrarlos. Tebas no dudó en denunciar que ahora apelan a la «integridad de la competición» los mismos que llevan años cuestionando esa misma integridad, presionando a árbitros, a gobernantes, construyendo relatos distorsionados o utilizando la presión política y mediática como herramienta deportiva«.
Denuncias del Real Madrid ante el CSD En todo el 'plan Miami', el posicionamiento del Real Madrid ha sido claro y contundente desde el principio. "Jugar fuera de España es adulterar la competición", afirmó este lunes Dani Carvajal, mientras que Thibaut Courtois advertía horas después que la Liga "no puede ser un escaparate a medida de unos pocos". Una ofensiva calculada desde la zona noble del club blanco. De hecho, el Real Madrid presentó una segunda denuncia ante el Consejo Superior de Deportes, instando a que se evaluara si el encuentro vulneraba la normativa vigente. El CSD, a la espera de un informe de la Federación, se convirtió en árbitro involuntario de un conflicto que ya había trascendido el ámbito deportivo y que viene de lejos por la mala relación entre Tebas y Florentino.
En este escenario, hay que añadir un factor clave para llevar a cabo el proyecto del partido de Miami: el dinero. Nunca se habló con claridad de cuál iba a ser el reparto económico para LaLiga y los dos clubes implicados, pero en todo caso suponía un agravio para el resto de clubes y un argumento perfecto para los detractores del proyecto. Y ahí de nuevo aparecía el Real Madrid, que veía el plan como una maniobra unilateral que favorecía a unos pocos económicamente y rompía la equidad competitiva.
Malestar del Villarreal
La noticia de la cancelación generó aún más controversia porque trascendió poco antes del descanso en el Villarreal-Manchester City de Champions. Fue un desenlace casi teatral: mientras el balón rodaba, el proyecto estrella de Tebas se desmoronaba fuera del campo. Una situación que provocó la indignación en el Submarino Amarillo, que apostó desde el principio por el partido de Miami y se posicionó de forma explícita contra viento y marea.
"Me parece una falta de respeto absoluta hacer un comunicado en el descanso de un partido sobre algo que estaba previsto y que no se haga. Me parece una falta de respeto a los dirigentes del Villarreal, al club, a los profesionales y a la afición", espetó, contundente, el técnico del Villarreal Marcelino.
Ya este miércoles, a través de un comunciado, el Villarreal insistió en su malestar con LaLiga, a la que acusa de mostrar una absoluta falta de respeto con el club amarillo. El Sumarino expresa su malestar profundo, carga contra la organización tras la suspensión del partido en Miami y lamenta que no haya liderado mejor la gestión.
Por su parte, el Barcelona lamentó la cancelación y "la oportunidad perdida de expandir la imagen de la competición en un mercado estratégico y con capacidad de crecimiento y generación de recursos en beneficio de todos". En suma, el fracaso del partido de Miami se ve como un éxito en el Real Madrid.