Sergio Tonini, el nutricionista que se quiere inflar a goles en el Viveiro
DEPORTES
Tras emprender al sufrir una grave lesión tras fichar por el Tenerife y jugar a las órdenes de Diego Maradona júnior, el delantero canario comienza a mostrar su olfato con el Viveiro
28 oct 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Apenas un par de minutos desde su ingreso al campo necesitó Sergio Alejandro Carbajal Tonini (Santa Cruz de Tenerife, 2002) marcar al Céltiga. Aunque su segundo acierto de la temporada no sirvió finalmente al Viveiro CF para sumar en el Salvador Otero, sí confirma al delantero como un recurso muy valioso para un conjunto con un pobre bagaje ofensivo hasta el momento en la Tercera Federación. «El hambre de goles no la perdí nunca», confiesa un hombre que aprovechó para emprender como nutricionista una grave lesión de rodilla tras ganarse con su olfato goleador un contrato en el Tenerife.
«Terminé de formarme hace tres años. Siempre fue mi pasión el saber qué comer antes y después de entrenar, cómo cuidarme. Ahora ayudo a mucho futbolistas y a más gente. También he hecho un plan a algunos compañeros. Cada cierto tiempo nos controlan el peso. Es bonito ver que la gente confía en tu trabajo, cómo mejora, gana salud», destaca de The Aim, una pequeña compañía que montó con la ayuda de su familia. «Mi hermana es diseñadora gráfica y me ayudó a crear una imagen que me representa. Resiliencia, disciplina, calma, equilibrio... Es una marca que me representa», explica un futbolista convencido de que sus conocimientos, cualidades y trabajo pueden ayudar mucho al Viveiro.
«Mis sensaciones aquí son maravillosas. Desde el primer día me sentí muy cómodo con el entrenador y el resto de los jugadores. Me siento un gallego más, mi adaptación ha sido muy rápida. Es una locura cómo se entiende el equipo. Vinimos muchos de fuera, llevamos dos meses juntos y parece que fueran tres años. Tenemos una gran relación, nos juntamos todo el grupo en casa para ver los partidos, hacer planes... Grupo es la palabra que nos define», apunta Tonini, seguro de que esa complicidad dará pronto resultados en el campo.
«Tenemos un muy buen equipo, pero ciertos detalles no nos están ayudando. La liga es muy larga, ahora tenemos que seguir luchando, no bajar los brazos, y cuando llegue la ola buena, aprovecharla», destaca sobre un Viveiro que, tras caer por 2-1 en el descuento frente al Céltiga, tiene ocho puntos y se sitúa a uno del descenso tras ocho jornadas. «Tuvimos opciones para sentenciarlo, pero apretaron mucho con su gente y nos acabaron remontando», lamenta de la visita a A Illa de Arousa.
«Marqué nada más entrar, tras el descanso. Hicimos una buena presión, Rolle se la dio a Cora y, cuando le salió el defensa, me la puso a mí. La dejé correr un poco y cruce la pelota con la zurda», rememora Tonini un gol que significaba el 0-1 y confirma su buena recuperación, tras reaparecer en el triunfo por 1-0 contra el Atlético Arteixo tras cinco jornadas sin participar. «En la segunda jornada, contra el Barco, noté un pinchazo en la rodilla que me había operado y por precaución decidimos que parase, pero la resonancia mostró que todo está correcto. Solo fue un susto», explica un punta canario que también marcó en su debut, pese a la derrota por 2-4 contra el Barbadás.
Con Diego Maradona júnior
Tras una estanca en Polonia e inflarse a goles en el Buzanada, la aventura en el Tenerife no fue tan próspera como Tonini hubiese deseado: «Haciendo la pretemporada con el filial, de Segunda RFEF, me lesioné en la entrada de un rival en un derbi contra Las Palmas. Había firmado por dos años, pero tras jugar unos meses con el Tenerife C en Preferente decidí rescindir para probar con el Ibarra en Tercera».
Allí, a las órdenes de Diego Maradona júnior en un club que desapareció al término de la temporada, alcanzó la promoción de ascenso, aunque no tuvo el papel protagonista que deseaba «No tengo nada malo que decir de Maradona júnior. Llegué a un equipo que estaba muy hecho y no jugué todo lo que me gustaría, pero nunca bajé la motivación, la disciplina y las ganas de ayudar y hacerlo bien cuando me tocaba entrar. Incluso metí varios goles. Los dos primeros partidos que salí desde el banquillo, marqué y siempre seguí trabajando», apunta un jugador al que 227 minutos en apenas cuatro partidos le han bastado para anotar dos goles y quiere convertirse en una referencia en el Viveiro.