Fran Soto, presidente del Comité Técnico de Árbitros: «Intentamos hacer cosas nuevas que den un valor añadido al arbitraje»

Paulo Alonso Lois
PAULO ALONSO REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

Fran Soto, presidente del Comité Técnico de Árbitros, en las instalaciones de La Voz en Sabón
Fran Soto, presidente del Comité Técnico de Árbitros, en las instalaciones de La Voz en Sabón CESAR QUIAN

El organismo que dirige el excolegiado vigués admite errores en el análisis semanal público e intenta acercar el estamento al resto de actores del fútbol

10 dic 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Fran Soto (Vigo, 1980) dejó en julio una brillante carrera como abogado experto en fiscalidad y socio en Garrigues, para relanzar su pasión por el arbitraje. Bregado en el fútbol modesto y con experiencia como delegado en su ciudad, se convirtió en presidente del Comité Técnico de Árbitros, el máximo responsable español. Para bregar en un puesto polémico apuesta por la naturalidad y la transparencia; de lo más simbólico, como pedir que a los colegiados se les llame por su nombre de pila y primer apellido para «humanizarlos», a lo más rupturista, crear un espacio en las redes donde los jefes de los árbitros admiten errores y confirman aciertos de los partidos de élite, bautizado como Tiempo de revisión. También, por qué no, para hablar con naturalidad de su lógica condición de celtista, al haber nacido en Vigo, y su agradable experiencia trabajando para el Deportivo. Escucha con frecuencia si se ha arrepentido de su cambio de vida, pero lo tiene claro. «Mucha gente me dice que estoy loco. Muy pocos llegan a socio de Garrigues: creo que en los 22 años que estuve en Vigo fui el tercero. Pero este tren también pasa solo una vez en la vida, y para la gente que nos apasiona el fútbol y el arbitraje es una ocasión que no podía dejar escapar. Yo confío en mi capacidad y eso me hace ser valiente», razona.

—No ha perdido el tiempo, cambiando temas, impulsando otros...

—Queremos abrir el arbitraje al mundo del fútbol. Tenemos unos principios que no queremos abandonar, como meritocracia y transparencia, y buscamos también la unificación de criterios, algo básico, pero difícil. Polémica va a haber siempre, y errores, y jugadas grises, pero vamos a tratar de minimizar el error, y normalizarlo. También fallan los jugadores y no pasa nada.

—¿A qué nivel ve el arbitraje español a nivel internacional?

—A un nivel muy bueno. Lo digo convencido. El nivel de nuestros árbitros en competiciones internacionales, y en el resto, es alto. En la última ventana de selecciones los diez árbitros internacionales tuvieron partido. Vamos en buen camino y tenemos que seguir. Tuve que hacer las designaciones para la Supercopa de Arabia y me ha costado, porque cualquier árbitro tiene la capacidad de pitar cualquier partido hoy. El problema es que se magnifican los errores, y algunos no lo son, sino jugadas controvertidas. Y luego la difusión de los errores es tan grande que parece que nos estamos equivocando más de lo que en realidad nos equivocamos.

—Está haciendo una revolución.

—Sí, tratamos de hacer cambios, como por ejemplo el Tiempo de revisión. Es histórico e insólito, y muy positivo, que públicamente expliquemos las jugadas y admitamos errores. También eliminamos la territorialidad y árbitros están pitando a equipos de sus comunidades en todas las categorías, como el derbi Sevilla-Betis con un árbitro andaluz. Y hemos abierto el VAR para explicar el trabajo de su grupo específico de árbitros. Intentamos hacer cosas nuevas que den un valor añadido importante al arbitraje.

—El VAR de bajo coste en Primera F y Primera Federación, que no tenían videoarbitraje, permite que los equipos pidan revisiones. ¿Cree que es el camino a seguir en el VAR tradicional?

—Puede que lleguemos a un sistema híbrido. La herramienta es el FVS [apoyo de vídeo al fútbol, en inglés], que la FIFA ha permitido probar, solo a algunos países, con carácter experimental. El feedback que tenemos es muy bueno. La FIFA nos ha felicitado por cómo lo estamos implantando. En el futuro, el VAR actual podría complementarse con alguna selección de las jugadas por parte de cada entrenador. No lo descarto, pero aún es pronto.

—El FVS tiene menos cámaras, ¿no traslada una imagen cutre?

—El tema económico es muy relevante. Ojalá todos los campos tuviesen, como el Elche-Madrid, 19 cámaras, y no las 6 de algunas veces el FVS. Cuantas más cámaras haya, más tecnología, y más precisión, mejor para todos.

—Tras los primeros cambios, ¿tiene algún otro en mente?

—Seguir innovando y mejorando. Queremos hacer un gran congreso internacional de arbitraje, y que España sea referencia mundial, y habría que hacer un curso unificado de inicio arbitral, para tener los mismos requisitos en toda España. Y otro tema clave es minimizar las agresiones en el fútbol base. Eso a mí me tocó muy de cerca; lo he visto en Vigo. Siendo delegado, hubo agresiones allí, y en toda España las está habiendo. Tenemos que ponerle coto; es algo inadmisible. Queremos que el árbitro sea considerado agente de autoridad. Están saliendo normas, con los médicos y otros sectores. Pelearemos para que cuando un árbitro cuando salga a un campo se sienta protegido y tranquilo para tomar decisiones con total libertad.

—Es un tema cultural y de educación, ¿también de sanciones más duras?

—Sin duda. Hay un pre, que es la educación, la concienciación, la humanización del árbitro... Y luego hay un post... El que incluso con eso se pasa de la línea... Las sanciones ejemplares tienen además un efecto llamada potente.

«El caso Negreira es algo totalmente reprobable, que ya está siendo judicializado»

Desde que asumió el cargo, Soto ha dicho que el caso Negreira perjudica a un colectivo ajeno a ese comportamiento. «Nos está haciendo mucho daño. Es algo totalmente reprobable, que ya está siendo judicializado. Los jueces tienen que decidir y yo, como abogado, confío en la justicia. Confío en que la sentencia salga cuanto antes. Y podamos pasar página, con las consecuencias jurídicas que se deriven».

Para el Barcelona no ha habido mucha consecuencia tampoco a nivel deportivo. Algo que llama la atención hasta en otros países.

—Yo las consecuencias para un club concreto no las puedo valorar; dependerán de la sentencia. ¿De qué otra cosa puede depender algún tipo de sanción? ¿De instituciones como UEFA o FIFA? Mi opinión no tiene sentido porque es algo ajeno al CTA. Los directivos del CTA que tuvieron algún tipo de implicación ya no están.

—Hace unos días en la asamblea del Madrid, Florentino Pérez insistió en un supuesto maltrato arbitral. ¿Le molesta?

—Cada uno defiende su posición como cree oportuno. Yo respeto todas las opiniones: no me gusta hablar de clubes concretos. Nosotros tenemos que construir, ver hacia adelante. Los clubes o personas, llamémosle díscolos, y no me refiero solo a ningún club concreto, estoy convencido de que con nuestra actuación y profesionalidad, entenderán los posibles errores que podamos cometer; y comprenderán nuestra figura.

Abierto a las innovaciones que aporten valor

Soto, que ya se ha visto con dirigentes de hasta 22 clubes Primera y Segunda —«me gustaría tener una conversación pausada con todos para tener una relación fluida, diálogo y la máxima empatía»—, ha emprendido un cambio en el arbitraje español que no se para aquí, pero quiere también ser cauto con medidas futuras. A priori, no cree que se difundan en directo las conversaciones de los árbitros por megafonía —«no creo que aporte mucho»—, no descarta que los árbitros lleven una cámara en el pinganillo —«estamos abiertos a cualquier medida que sirva para la producción televisiva, el espectáculo, siempre que los árbitros se sientan protegidos»— e indica que depende de la Liga que se emita la señal del VAR en los estadios mientras se revisan las jugadas, aunque no lo ve necesario.

—Ha estado en varios estadios, y ha comido con presidentes. ¿Ha hablado con el Madrid o con el del Barcelona para intentar que baje el suflé.

—De momento no hablé expresamente con los clubes a nivel institucional. No lo descarto. Poco a poco estoy hablando con diferentes clubes; muchos ya vienen al CTA, intercambiamos impresiones y demás. A medio plazo me gustaría tener una conversación pausada con todos los equipos. Ya lo he hecho con 22 de Primera y Segunda. Para tener una relación fluida, diálogo y la máxima empatía. Vamos a ver si entre todos logramos pacificar esto. Sé que es complicado. A veces pienso que soy un ingenuo.

—Habla de transparencia y evolución. ¿Veremos árbitros con micro para que el público sepa lo que le dice en directo?

—Pudiera ser. No estamos cerrados a nada, pero a día de hoy lo veo lejano. A título particular, no lo veo necesario ni que aporte mucho. Estamos avanzando en muchas medidas. En algunas ligas, los árbitros tienen cámara en el pinganillo en algún partido. Estamos analizándolo para que se pueda introducir en España. Transparencia siempre salvaguardando nuestra independencia, sin presiones externas. Estamos abiertos a cualquier medida que sirva para la producción televisiva, el espectáculo, siempre que los árbitros se sientan protegidos.

—En algunos estadios se está emitiendo la señal de televisión durante las revisiones del VAR, pero otros clubes creen que no se puede. ¿Lo van a permitir?

—Depende más de la Liga. Si ya desde el VAR publicamos las explicaciones al día siguiente, no veo muy recomendable añadir eso. Sí veo sentido a que en los videomarcadores se indique qué está revisando el VAR, como hace la UEFA.

—¿Qué utilidad ve a la inteligencia artificial?

—En la evaluación arbitral, aspectos objetivos que puede medir. Tenemos un comité de expertos, de exárbitros y gente del CTA para analizarlo. Un ejemplo, es medir la distancia media de cada árbitro al balón, algo que puede tener un peso en la evaluación. Lo lógico es que, cuanto más cerca estés, más fácil será de ver lo que está pasando para tomar una decisión acertada. 

«Mi ídolo era Mostovoi, y ahora Aspas también es diferencial»

Soto recuerda con naturalidad su pasión por el Celta y también su trabajo como abogado para el Deportivo

Con transparencia y cercanía, Fran Soto habla de sus gustos futbolísticos, de equipos, jugadores y de su trabajo como abogado para algunos clubes. El Celta y el Dépor pasan por la conversación, y por encima de todo, la honestidad.

—Ha dicho algo tan normal como que siendo de Vigo es del Celta.

—Es que decir lo contrario me quitaría credibilidad. Pues sí. Soy de Vigo. Nací en Vigo. Me gusta muchísimo el fútbol. Soy un apasionado del fútbol desde pequeño. Y yo creo que es algo lógico.

—Más joven habrá disfrutado de Mostovoi, Karpin... ¿Cuál era su ídolo de chaval?

—Mi ídolo era Mostovoi. Era la persona para mí diferencial. Ahora en el Celta está Iago Aspas, que también es diferencial. Pero como se ve el fútbol con 18 o 20 años es diferente a cómo se ve ahora. Uno se siente un poquito más frío en sus sentimientos hacia el fútbol. Igual con los mismos sentimientos, pero un poquito más racionales. Y sí, en aquella época aquel Celta con Mazinho, Makelele, Karpin, Mostovoi, Revivo...

—¿Era de ir al campo? ¿Era socio?

—Yo siempre fui de ir al campo. Toda mi vida. Soy un apasionado del fútbol. Fui a Balaídos, y fui muchas veces a Riazor a ver al Deportivo. Me acuerdo con 20 años estar de viaje en Holanda e ir a ver un partido del PSV; a Londres trato de ir cada equis tiempo para ver partidos. Es una ciudad que me llama mucha atención. Como hay tantos equipos, y es tan caro ir a la Premier, de joven podía ir a ver al Millwall, al Crystal Palace, al Fulham cuando no estaba en la Premier, porque me gusta mucho el fútbol.

—Se va normalizando que usted pueda decir que disfrutaba con el Celta porque la honestidad está por encima de las simpatías. Como abogado, experto en fiscalidad, ha trabajado para el Deportivo.

—También. El Deportivo era un cliente del despacho, he hecho cosas con él y tengo muy buena relación con la gente del Deportivo. Creo que es normal que una persona pueda ser seguidor de un club, y no quita, y eso lo tengo muy metido por la filosofía de Garrigues, que hay que separar mucho la parte profesional. Quien quiera confundir las cosas está fuera de este mundo. Yo puedo ser del Celta pero si el Celta baja, lo primero es lo primero, sin duda. Sobra decirlo, pero prefiero reafirmarlo.

—¿Esa época de trabajo para el Deportivo fue bonita? ¿La disfrutó?

—Sí, la disfruté porque me sentí muy cómodo. Estuve mucho sobre todo con Santiago Liste [director del departamento jurídico del club], y con Paulo [Dinis, director financiero]. Estuve muy cómodo y fue muy agradable toda la etapa de ese asesoramiento fiscal, ahora con las nuevas instalaciones en Abegondo. Justo analicé todo eso un mes antes de cambiar. Muy contento porque además esto es normal, los grandes despachos trabajan con grandes empresas y el Deportivo no deja de ser una gran empresa, un gran club y la verdad es que estuve muy cómodo.

—Además de arbitrar en el fútbol modesto, Y habrá jugado también algo al fútbol.

—Sí, en el colegio, y muy poco tiempo en el Casablanca, en Vigo. Entrené también durante una pretemporada con el Rápido de Bouzas, siendo muy pequeño. Y con los amigos jugué en equipos de fútbol 7 y en fútbol sala en una liga que se llamaba Vigo en Xogo.

—¿Cómo era como jugador, en qué zona jugaba?

—Era bastante respetuoso. Y solía jugar en el centro del campo, pero muy pronto empecé a arbitrar, salvo jugar alguna pachanga sin una posición muy clara. De hecho, antes de ser árbitro de fútbol fui árbitro de fútbol sala, en las ligas universitarias en el Cuvi; y de ahí surgió la oportunidad de pasarme al fútbol 11.

Sus sustos en el fútbol modesto y su hija ya con silbato

Soto es un enamorado del arbitraje, y enfoca todas sus aristas como un aprendizaje. Por eso también ve satisfecho el reciente debut de su hija de 12 años con el silbato. «Ella da sus primeros pasos y está cautelosa porque es relativamente pequeña, tiene 12 años... Yo no le forcé, le dije ‘‘si quieres esta vía, yo creo que puede ser muy interesante'', como decía cuando era delegado en Vigo: el arbitraje de base tiene muchísimas cosas positivas, y casi ninguna negativa. Ganas un dinero, madurez al gestionar situaciones estando prácticamente solo, haces deporte, te alejas del mundo de la noche, haces amigos. Y la parte negativa, ¿cuál es? Que te critiquen un poco».

—Pero usted también pasó situaciones delicadas como árbitro.

—A veces, sí. Pero yo digo que las situaciones malas te refuerzan.

—Dígame alguna.

—Yo tuve en mi carrera arbitral tres situaciones relativamente delicadas en tercera regional. Dos de ellas, en las que iba solo, de tener que correr hacia el vestuario y cerrar la puerta en el medio de un partido. Una en As Neves y otra en A Guarda, de decir, mejor me escapo de aquí. Y otra situación en Preferente, en Padrón, sobre el 2008. Yo era muy tarjetero, algo que creo que hacía mal, ahora que lo veo desde otro punto de vista, más frío. Había sacado tres rojas directas al Flavia en la primera parte, y el recorte del periódico que guardo ponía que había amonestado al resto del equipo excepto al portero (ríe), y a solo uno del Laracha. En el descanso decían que no querían salir a jugar la segunda parte, y yo tampoco quise, mientras no viniera la guardia civil. Fue complicado, estaba todo muy caliente, pero no pasé miedo, acompañado de los asistentes. Sí lo pasé algo peor en las otras dos situaciones, siendo más joven, al estar ahí solo. Pero yo soy muy optimista y todo eso me ayudó a ser más fuerte.

—Su caso, sin haber pitado a nivel profesional, representa la meritocracia que quiere fomentar: promocionar a los mejores y usar la nevera para los fallos.

—Sí, esa expresión no me gusta, sino ser más positivo, optimista. Los que estén en mejor forma, que sigan arbitrando partidos buenos. Lo mismo que los jugadores. Y en la meritocracia quiero profundizar, y en el tema territorial, si tienen que subir tres murcianos, porque son los mejores, pues que suban tres murcianos y no subirán de otras comunidades. Todos empezamos de cero para conseguir los objetivos que cada uno se imponga.

—¿Y el arbitraje gallego?

—Creo que el nivel del arbitraje gallego, y el global de las territoriales, es bueno. Ahora en Galicia hay dos árbitros internacionales, Alejandro Muñiz y Diego Sánchez Rojo. Y en el fútbol femenino Eugenia [Gil Soriano] es top-3, con muchas opciones de seguir avanzando en el fútbol profesional. El arbitraje gallego está bien.