El retablo de Aciveiro está considerado una de las grandes obras del barroco gallego. Sobre la autoría y la datación del conjunto artístico se sabe poco, ya que los sucesivos incendios que asolaron el monasterio de Aciveiro destruyeron la documentación. Sin embargo, el escritor Antonio Rodríguez Fraiz, cronista de Terra de Montes, ofrece algunas pistas, en su libro El monasterio de Aciveiro . Rodríguez Fraiz atribuye la obra al tracista y entallador Miguel Romay, uno de los retablistas más extraordinarios del momento, nacido en Dosiglesias e hijo, según parece, de Antonio Pereira de Romay, rector de la feligresía desde 1632 hasta el último tercio del siglo. Por otro lado, las imágenes son atribuidas a José Ferreiro, escultor formado en el taller de José Gambino. El retablo está presidido por la imagen de la Virgen, patrona del templo, que aparece flanqueada por San Pedro y San Pablo. En el piso superior se representa un Calvario arropado por San Benito y San Bernardo y en la cabecera hay una imagen de Santo Tomás a tamaño real.