Israel declara la guerra a Irán con un ataque sorpresa al corazón del régimen, que replica con decenas de misiles
INTERNACIONAL

El Ejército de Benjamín Netanyahu destruye instalaciones nucleares y decapita la cúpula militar del régimen de los ayatolás
14 jun 2025 . Actualizado a las 01:12 h.Benjamín Netanyahu y Donald Trump han puesto a Oriente Medio a las puertas de una guerra a gran escala con el lanzamiento de la operación Despertar del león contra Irán. El cielo de la república islámica rugió a las tres de la madrugada de este viernes con el comienzo de dos centenares de bombardeos dirigidos a la planta nuclear de Natanz, pero también a bases militares, aeropuertos y puertos. Israel descabezó asimismo a la cúpula militar iraní y asesinó a un grupo selecto de científicos. Al menos 70 personas murieron y más de 300 resultaron heridas, según datos no oficiales ofrecidos por la agencia Fars, en lo que Teherán calificó de «declaración de guerra».
Los iraníes clamaron venganza y en Israel tomaron las medidas necesarias para hacer frente a la respuesta, que podría repetir los dos ataques del 2024 con el lanzamiento de cientos de misiles. Irán no sufría un ataque de este tipo desde la guerra con Irak en los años ochenta. El líder supremo, Alí Jamenéi, advirtió a su rival hebreo que le espera un futuro «amargo y doloroso».
Las Fuerzas de Defensa avisaron que la guerra «durará días» y Teherán le dio la razón. Al atardecer de este viernes, el régimen inició la respuesta al ataque de la madrugada con al menos dos andanadas de misiles que las defensas israelíes intentaban neutralizar esta noche. Un cohete, al menos, cayó en Jerusalén. Al menos 22 personas resultaron heridas, dos de ellas en estado crítico, tras varios impactos en el área de Tel Aviv.
Israel permaneció en estado de máxima alerta, con los ciudadanos confinados en refugios y habitaciones seguras, al tiempo que su Gobierno planificaba una contrarréplica que puede generar una espiral inédita de violencia. Las Fuerzas de Defensa activaron las barreras antiaéreas mientras los ciudadanos se encerraban en los refugios.
Unas horas más tarde llegó una nueva oleada de misiles iraníes.
Mientras la república islámica negociaba desde hace dos meses un nuevo acuerdo nuclear con el equipo del presidente estadounidense, Israel preparaba a sus tropas dentro y fuera de Irán para este momento. Los iraníes se mantenían firmes en su intención de no aceptar la imposición de tener que dejar de enriquecer uranio y, cumplidos los 60 días de ultimátum que les dio Donald Trump, llegó el ataque a gran escala que el inquilino de la Casa Blanca calificó de «excelente».
Amirdaryoush Youhaei, estudiante de Política de Oriente Medio en Teherán, estaba despierto cuando comenzó el asalto y «en un primer momento no pensé que era un ataque, nadie lo podía imaginar porque estábamos en medio de una negociación con Estados Unidos». Youhaei, que vive en el barrio de Saadat Abad, alcanzado por las bombas, dice que el golpe que ha recibido el régimen es «como el que recibieron en EE.UU. el 11-S, un golpe sin precedentes al corazón del sistema. Han asesinado a dirigentes importantes en sus propias casas. No puedo imaginar lo que tendrá en la cabeza el líder supremo. Irán debe responder con toda la fuerza».
En esa lista de bajas figuran los generales Mohamed Bagheri, jefe del Estado Mayor; Hossein Salami, comandante en jefe del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica; Amir Alí Hajizadeh, comandante de la Fuerza Aérea de la Guardia Revolucionaria, y Gholamali Rashid, subcomandante en jefe de las Fuerzas Armadas. El ministro de Defensa, Israel Katz, declaró además que «la mayor parte de los líderes de la fuerza aérea de la Guardia Revolucionaria Islámica fueron eliminados» cuando se encontraban reunidos en una sala bajo tierra. Tras el asesinato de Salami, la Guardia Revolucionaria designó este viernes a Mohamed Pakpour como su sucesor y en su primer mensaje dijo que «pronto se abrirán las puertas del infierno para el régimen asesino de niños». El resto de altos cargos fallecidos también fueron sustituidos en pocas horas.
Cara a cara
Los dirigentes islámicos, que durante años plantearon un escenario de guerra indirecta con Israel a través de grupos como Hezbolá o Hamás, se ven de pronto solos y como actores principales de la contienda. Irán cara a cara frente a Israel.
La inteligencia hebrea, que en verano ya demostró su capacidad de penetración en la república al asesinar a Ismael Haniya en la residencia de la Guardia Revolucionaria en Teherán, señaló los objetivos y los ataques fueron precisos. Nada que ver con los bombardeos masivos que arrasan Gaza. Uno por uno, los proyectiles fueron impactando ante la inoperancia de la defensa antiaérea, fuera de juego gracias a otro golpe del Mossad en una operación de drones kamikaze similar a la que emplearon recientemente los ucranianos al este de Rusia.
La central nuclear de Natanz, punto clave para el enriquecimiento de uranio situado en el centro del país, quedó destruida. El Ejército reveló que «los ataques destruyeron la sección subterránea, que albergaba una sala de enriquecimiento de varios niveles con centrifugadoras, salas eléctricas y otra infraestructura de apoyo. También afectaron a infraestructura crítica» para desarrollar el «proyecto de armas nucleares». Durante el mediodía y la tarde de este viernes, el aeropuerto internacional Shahid Madani, en Tabri, una fábrica de misiles en Shiraz y el centro de enriquecimiento de Fordow también fueron alcanzados en nuevas incursiones aéreas. Los israelíes buscaron durante toda la jornada anular la capacidad defensiva y de respuesta balística del enemigo para tener el cielo libre y reducir el grado de amenaza en la respuesta.