La Feria Equina de la Ascensión volvió a reunir en las naves de Amio a casi un centenar de cabezas de ganado llegado de numerosos puntos de la geografía gallega. Mientras en el interior de las naves se realizaban las transacciones del ganado, la fiesta se vivía realmente en el exterior del recinto, donde las mejores caballerías gallegas se disputaban la primera prueba puntuable para la Copa Galicia de Pura Raza Galega. Desde primera hora de la mañana, los coches empezaron a ocupar las márgenes de la avenida de Asturias y los aparcamientos de Costa Vella. A media mañana fue necesario cerrar el acceso en coche al mercado, debido a la falta de sitios para aparcar. De acuerdo con los cálculos de los organizadores, al recinto acudieron unas 16.000 personas.
El campeonato fue seguido por numeroso público, que rodeaba las vallas de la pista habilitada en uno de los laterales de las naves de ganado. Como todos los años, el lugar volvió a ser incómodo para que el público pudiese seguir las pruebas y lograse apreciar la belleza de las exhibiciones. Por lo que se refiere a la Copa Galicia de Pura Raza Galega, los tres caballos primeros clasificados fueron: Balboa de la Asociación de Pura Raza Galega de Sergude; Leboreiro de Celena Novoa de Coles (Ourense); y Trisquel de Lino Freire de Betanzos. En las yeguas ganaron: Cereixa de Antonio Porla de Ferrol; Abril de Elena Novoa de Coles (Ourense); y Lúa VII de Fernando Groba de Ponteareas. El caballo Balboa fue distinguido además con el premio al mejor caballo de pura raza galega de la feria.
El concurso morfológico de caballos cruzados fue para Marismeño de Vilagarcía, Yanki de Ferrol y Galindo de Padrón. Las yeguas de este concurso ganadoras son: Limonera de Teo, Triana de Ferrol y Silkavizano de O Corgo.
En la prueba de Andadura (cuatro tiempos) resultó ganador Madrileño de Miguel Ángel López y en la Andadura (dos tiempos) ganó Salvaje de Iván Santiago. Los premios fueron entregados por los concejales Carlos Nieves (PSOE) y el popular Ángel Espadas junto a la gerente del mercado de Amio, Concepción Caneda, y Jacobo Pérez Paz, director del Salón del Caballo de Galicia.
Exhibición
Junto a los concursos, las exhibiciones fueron las que arrancaron los aplausos del público totalmente entregado. Uno de los espectáculos más llamativos y que causó más sorpresa entre los asistentes fue el de Manuel Iglesias junto a su caballo Rambo y su perro Chico, un pastor alemán. Fue el cierre del espectáculo, pero no defraudó. El adiestrador de ambos animales salió a la pista seguido de su perro, que sujetaba con su boca una cuerda que iba atada al caballo. Mientras el caballo realizaba sin montura una serie de números y de pasos, el perro permanecía inmóvil sobre una silla en el medio de la pista.
La sorpresa del espectáculo saltó cuanto el caballo se acercó a él y tras bajarse ligeramente recibió en su lomo al perro, que permaneció aguantando el equilibrio mientras el caballo siguió al trote más o menos ligero con su exhibición a lo largo de toda la pista.