Los trabajos de restauración en el templo prerrománico lalinense ya finalizaron, y se programó una jornada de puertas abiertas para el día 10
07 sep 2020 . Actualizado a las 20:51 h.El pasado junio comenzaba la segunda fase de restauración de la iglesia prerrománica de Santa Baia de Palio, en la parroquia lalinense de Cercio, simultaneándose esa actuación con la recuperación de las pinturas murales descubiertas en varios puntos del interior de la nave. Destacó la aparición de la escena completa de la Anunciación encima del arco, con el ángel y la Virgen, además del Pantocrátor en el muro del retablo. La firma Crea Restauración ya concluyó los trabajos para sacar a la luz esas escenas, principalmente datadas en el siglo XVI aunque también de finales del XV. Para darlas a conocer programó una jornada de puertas abiertas prevista el día 10, la segunda tras la efectuada el 12 de marzo, justo antes del confinamiento por el estado de alarma.
La restauración recién concluida afectó a las pinturas murales del presbiterio, al arco triunfal -en los muros este y oeste así como el intradós y las columnas adosadas- y a los fragmentos encontrados en la nave principal de este pequeño templo lalinense. La jornada de puertas del día 10 se prolongará de 17.00 a 20.00 horas. Para cumplir la normativa obligatoria por la crisis sanitaria derivada del coronavirus las responsables de Crea Restauración expondrán a los visitantes el balance de su labor en el exterior de la iglesia, para después visitarse el interior en grupos muy reducidos y con todas las medidas de seguridad. Además de comentar los pormenores de su labor, las restauradoras responderán a las dudas y consultas en torno al desafío que les supuso devolver a la luz las pinturas.
La intervención realizada en Santa Baia de Palio supuso una inversión de 45.010 euros, contratada por la Consellería de Cultura e Turismo y cofinanciada con fondos del programa europeo Feder. Su principal objetivo fue reparar los daños causados tanto por factores como el efecto ambiental causado por la acción del hombre como por las graves deficiencias arquitectónicas detectadas en el templo antes de que se afrontase su restauración en fases. Las labores comenzaron el pasado enero, con un parón a consecuencia de la pandemia, y terminaron en estos últimos días.
Reintegración cromática
El proceso emprendido comenzó con la retirada de las camadas de cal así como la consolidación de los estratos pictóricos, para limpiar después los fragmentos de las pinturas encontrados y culminar con la reintegración matérica y cromática. En el presbiterio y el arco se encontraron pinturas murales del siglo XVI -con un fragmento donde aparecía la fecha 1585, en el muro norte y junto a la imagen de Santa Olalla-, mientras que las halladas en la nave están datadas a finales del XV.
La génesis de estas labores para revivir esas pinturas murales está en la retirada de los retablos dentro de los trabajos de consolidación y puesta en valor de esta iglesia prerrománica, con unas características muy singulares y que durante décadas estuvo abandonada, con riesgo incluso de perder esta joya patrimonial. Entonces se descubrían vestigios de policromía que motivaron la decisión de sacar a contratación la restauración de esas pinturas. Además se constató su proliferación a pesar de las escuetas dimensiones de la nave. Ahora ya se pueden admirar esos restos de hace siglos que demuestran la relevancia que tuvo.