El museo pop-up de Modas Pepiña

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

DEZA

Miguel souto

El antiguo taller estradense de los años 50 fue recreado en su sede de la calle Pérez Viondi para darle una sorpresa a la modista al cumplir 98 años

08 jun 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Mucho antes de que Roberto Verino se hiciese un nombre, Modas Pepiña ya hacía historia en A Estrada confeccionando trajes, abrigos y vestidos a la altura de cualquier pasarela.

Detrás de aquellos patrones estaba Josefa Camba Gómez, la mayor de seis hermanos que se criaron en la casa de aires coloniales que sus padres construyeron en la carretera de Codeseda (hoy calle Pérez Viondi). Allí, en el número 38, montó su taller Josefa en los años 50. Su abuelo materno, Andrés, había sido sastre y algo debió de dejarle en sus genes, porque a Josefa siempre le gustó la moda y siempre tuvo buena maña para ella.

Decenas de clientas pasaron por el taller de Josefa, aunque nadie le llamaba así. La estradense, que se hace querer, es Pepiña para todos menos para su familia más allegada que, con más cariño todavía, le llama Pepi.

Pepiña Camba aprendió corte y confección en A Estrada con Matilde Varela. Luego se fue a Madrid a perfeccionar en la academia El Corte Moderno, en la que estudió varios meses en compañía de jóvenes modistas llegadas hasta del extranjero. Fue la número 1 de su promoción y, al acabar sus estudios, regresó a casa para montar un taller y una academia que marcaron una época.

Del taller de Modas Pepiña salieron muchos vestidos de novia, trajes de chaqueta y abrigos a la última con los que presumían las estradenses los días de fiesta. Cuanto más grande era el reto, más mérito le tenía a Pepiña la prenda.

La modista, que también tuvo su propia academia, tuvo la oportunidad de emprender en Brasil, donde un primo suyo tenía una fábrica de calzado. «Abres alá un taller de alta costura e fórraste», le decía él. Pero ella nunca quiso irse de A Estrada. «A súa nai tiña a saúde delicada e ela sempre quixo estar cos pais para axudalos», cuenta su sobrina Maka Arca Camba.

Maka Arca ha sido precisamente la artífice de la recreación del taller de Modas Pepiña preparada durante semanas para darle a Pepi la sorpresa de su vida el día de su 98 cumpleaños.

La generosidad de Pepi

Maka conserva muchas prendas que su tía le cosió hace años para ella o para sus hijos. «Pepi non só era moi boa costureira. Tamén é unha persoa moi xenerosa. Fíxonos o vestido de voda a todas as sobriñas e aos meus fillos facíalles sempre para o Entroido disfraces a xogo. Eran feitos coa mesma precisión ca se fosen traxes de verdade. Eu téñoos todos gardados nas súas caixas como se foran xoias», explica Maka.

La sobrina solo le contó la sorpresa que estaba preparando a su hermana Ana, que también revisó sus armarios para ampliar la recreación del taller de Pepi.

Al final, la familia tuvo que habilitar dos salas para albergar esta especie de museo pop-up en el que cohabitan el maniquí que Pepiña compró en Madrid por 400 pesetas en el año 1953, una caja con botones que son casi broches o las etiquetas de seda natural que encargaba a Valencia con la inscripción «Modas Pepiña. La Estrada». Revistas de alta costura llegadas desde el París de los años 50 y un almanaque de 1953 de la Mercería y Paquetería Hermanas Camba completan el túnel del tiempo.

«Foi o mellor agasallo que me puidestes dar»

Pepiña Camba ha cumplido este martes 98 años con toda su lucidez. Acaba de recuperarse de una rotura de cadera y de una neumonía bilateral y tiene unas ganas tremendas de seguir disfrutando de su familia y de sus vecinos y amigos. La sorpresa preparada por su familia durante semanas le ha tocado la fibra. Al cruzar la puerta con el cartel de Modas Pepiña, Pepi se quedó boquiabierta. «Sabía que vos fixera moitas cousas, pero non me imaxinaba que tiñades todo gardado. Foi o mellor agasallo que me puidestes dar», les dijo a sus sobrinas. Solo le han devuelto una pequeña parte del cariño que merece.