Desde Unións Agrarias, Román Santalla, pide a la Xunta coordinación para actuar también en zonas donde estos animales salvajes campan a sus anchas
20 sep 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Los ganaderos y agricultores de la zona mantienen sus quejas por los daños que los jabalíes continúan haciendo a sus cultivos. En algunas zonas, las acciones de las cuadrillas de cazadores y las batidas, los mantienen a raya, pero quedan otras donde continúan campando a sus anchas.
Román Santalla, de Unións Agrarias, asegura que siguen recibiendo muchas quejas de ganaderos y agricultores, aunque reconoce que «a xente está cansa de denunciar e moitas veces xa non o fai, pero o xabarís segue a estar por todas partes». Para Santalla «esta época é cando máis dano fan» y considera que «hai unha sobre poboación que xa está a colonizar as cidades». Le preocupa que «en calquera momento poda saltar unha alerta sanitaria, de sanidade animal» que ponga en peligro, sobre todo el ganado en extensivo y que, cree, podría llegar a contagiarse de cualquier enfermedad que salte desde el jabalí y se contagie al ganado a través del agua o los pastos, tanto en el vacuno como en el porcino. Santalla recuerda el sacrificio «que fixeron os gandeiros matando miles de vacas no seu momento para ter unha cabana saneada».
Pide a la Xunta que se haga cargo de problemas en zonas como la de Santa Comba, en Agolada, donde «o xabarín campa ás súas anchas» y «non hai máis que desastres nas fincas» y que achaca a que en esta zona no se caza. El territorio formaba parte del coto de Santa Comba, que se deshizo hace unos años, y eso hace que estos animales salvajes hayan encontrado aquí, dice, un refugio seguro. Insta a la Administración autonómica a actuar y a coordinar las acciones «para que se cubra todo o territorio». «Senón hai cazadores alí terán que mandar patrullas ou que se coordinar cos cotos de caza para atallar o problema porque non se pode deixar á xente abandonada e que a coman os bichos», añade.
Pone el acento en Santa Comba donde cree que «van acabar indo todos os xabarís do Deza» pero señala que existen daños también en zonas. Un problema con el jabalí que, dice, se extiende todo el año «porque despois do millo van ás praderías, unha vez se sementen».
Los cuervos, otro enemigo a batir que crece en número
No es un problema nuevo, pero este año el crecimiento en la proliferación de cuervos en algunas zonas de la comarca, especialmente en la de O Corpiño, en Lalín, obligó a los cazadores a volver a actuar. En los meses de verano, autorizadas por la Xunta, desde la Sociedade de Caza de Lalín se realizaron batidas a petición de los agricultores y se abatieron en total 52 aves.
El presidente de la sociedad lalinense, José Manuel Montoto, explica que «había bandadas enormes nas que chegamos a conta 130 ou 140 paxaros». Llegaron a verlos «meterse un por un nos silos de millo a coller o cereal». Para el próximo año can a intentar pedir de nuevo estas batidas. Estas aves se dejaron ver también en otras zonas de la comarca causando daños en los cultivos pero en alguna estuvieron poco tiempo.
«Van ao millo, van ás patacas, ao final lles estamos dando de comer todo o ano»
Agricultores y ganaderos de zona alaban las actuaciones de los cotos de caza y su ayuda en la lucha contra los daños del jabalí. Es el caso de José Antonio Rodríguez Fernández, de Dozón, que apunta que está muy contento con la labor que se está haciendo desde la sociedad de caza. Tanto a él como a otro vecino de Dozón, Rafael Neira, en este caso de O Sixto, sendas batidas les libraron de los jabalíes que se habían quedado en sus fincas de maíz.
En la de Rafael cuando cerraron la finca con un pastor eléctrico para proteger el maíz, cuatro jabalíes: macho, hembra y dos crías, se habían quedado ya dentro y destrozaban la finca. José Antonio tuvo que sembrar hasta tres veces el maíz en una finca de cerca de una hectárea. En este caso tres jabalíes entraron pese al pastor y ya no pudieron salir siendo abatidos en la finca por los cazadores. Se quejan de que los jabalíes «van ao millo, as patacas, aos prados, lle dan a todo, entran nas viñas, nas hortas, ao final lle vamos dando de comer todo o ano».
Neira Sextos señala que los animales que se quedaron en su finca se quedaron atrapados con comida pero sin agua. Explica que «segue habendo cantidade de xabarín, con variedade de tamaños e variedade de danos. É unha peste». En esta época del año dice que pese a las batidas «segue habendo moito e en canto se acaba o millo empezan a fozar las terras botadas de herba. Nos aínda tiñamos un montón de millo ensilamos a 150 metros da casa e foron ata fozar aos silos de millo, alí xa o teñen picado e lle é máis fácil e os prados os levantan todos». En la finca de Rodríguez Fernández se quedaron atrapados tres jabalíes que tampoco pudieron salir a causa del pastor eléctrico. Cree que en Dozón «non debe haber unha finca a que non lle tocara o xabarín; hai un montón». Ve bien que se amplíe el período de emergencia cinegética para ampliar la caza para poder atajar el problema. A José Antonio le entraron en más fincas «unha a teño aplanada de todo», comenta.