Raquel Areal, primera gallega que logra una plaza fija en la Filarmónica de Berlín: «La música es una forma de vida»
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La joven y virtuosa violinista de Tui cumple el sueño de su vida al entrar en la prestigiosa orquesta
05 feb 2025 . Actualizado a las 12:32 h.«Papá: no sé cuándo, pero algún día me verás tocando ahí», le dijo una vez Raquel Areal Martínez a su padre. Esta joven de Tui que con 6 años empezó a estudiar violín siguiendo los pasos de su hermana Sara no recuerda la fecha exacta en la que hizo esa promesa mientras veía por la televisión un concierto de la Berliner con sus progenitores, que «también fueron siempre muy fans de esta institución». La que no olvidará ninguno de ellos es la del 31 de enero del 2025, porque ese día Raquel conquistó su sueño y se convirtió, con tan solo 25 años, en la primera gallega en conseguir una plaza fija en la Orquesta Filarmónica de Berlín. «Es tan alucinante, aún no me lo puedo creer porque mi sueño siempre fue llegar a tocar en la mejor orquesta filarmónica del mundo y lo he conseguido», explica emocionada a La Voz desde la capital alemana.
La joven violinista, que desde septiembre forma parte de la Karajan Academy de la Berliner Philharmoniker, donde ya han estado otros gallegos, como académicos o colaboradores confirma que es la primera en conseguir una plaza fija. Aún tocando el cielo, Raquel mantiene los pies en la tierra y, fiel a sus principios de humildad y constancia, sostiene que el veredicto fue una auténtica sorpresa para ella. «Estaba en la cafetería del propio auditorio esperando los resultados y muy ilusionada porque estaba satisfecha de mi trabajo, pero no me lo esperaba porque normalmente nadie consigue una de estas plazas a la primera», dice. Parte del jurado, que eran miembros de la orquesta, le confirmaron la noticia en cuanto acabó la deliberación y «sigo aún sin poder creerlo».
Solo 80 músicos de distintas nacionalidades consiguieron llegar a la preselección que hizo la institución para cubrir dos vacantes. Nueve pasaron a la siguiente fase, cuatro a la siguiente y Raquel consiguió la suya. La criba fue durísima. Curiosamente, hace poco más de tres años conquistó la plaza en la Orquesta Nacional de España después de un largo proceso de selección en el que también eran 80 los candidatos que se disputaban otros dos puestos. Uno quedó desierto y el otro fue para ella.
«Me siento muy afortunada porque tengo otros compañeros que también trabajan muchísimo y son muy válidos, pero se tienen que dar las circunstancias idóneas para ir avanzando pasito a pasito», considera. Sobre qué se necesita para llegar a tocar en la Filarmónica de Berlín, Raquel habla de actitud y perseverancia:
«Hace falta un poco de talento, pero sobre todo constancia a la hora de trabajar para desarrollar capacidades y estar rodeada de mucho apoyo. Yo jamás lo habría conseguido sin el de mi familia».
Tiene una mención especial para sus padres y para su hermana Sara, que trabaja en la Sinfónica de Galicia. «Ella fue siempre una inspiración para mí y un gran apoyo. También me ayudó mucho a confiar en mí misma para estas pruebas concretamente», indica.
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Raquel defiende que «sin trabajo no hay talento, hacen falta muchas horas y constancia». Además, advierte: «Es una carrera muy larga y exigente, muy dura a nivel psicológico».
«Tocar con los mejores músicos y directores del mundo y con tres conciertos llenos por semana es un privilegio», desvela esta mujer desde el escenario en el que siempre se soñó. «¡Es tan alucinante! Son tres días de ensayos y tras el último ya es el primer concierto. Tres días seguidos en los que todo se llena y al público solo le falta tirarse también al escenario porque lo que ocurre en los conciertos en realmente mágico», explica entusiasmada la joven tudense. «Hay quien disfruta con el fútbol u otros deportes.
Para mí, la música es una forma de vida y sobre todo de compartir. Además, estoy en el mejor equipo del mundo», dice de nuevo agradecida igualmente a sus compañeros de trabajo.
Formada en la Escuela Superior de Música Reina Sofía de Madrid y en la Hochschule für Musik Hanns Eisler de Berlín, Raquel Areal Martínez ha trabajado incansablemente.
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«La música ha sido mi vida desde pequeña, y todo lo que he logrado es gracias al apoyo de quienes me han acompañado. Este camino exige sacrificio, pero también saber disfrutar cada momento», sostiene la violinista que crea escuela.