La recogida en Silleda de los biorresiduos supondrá un coste anual de 48.331 euros
DEZA
La abstención del PP facilitó al gobierno socialista sacar adelante la modificación del contrato, con el voto contrario del BNG, que pide otro modelo de gestión
01 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.La modificación del contrato con la UTE Silleda Sostible para incluir la recogida de los biorresiduos desde el día 1 de enero, con la implantación del contenedor marrón que marca la ley, supondrá un coste anual adicional de 48.331 euros. La aprobación de ese acuerdo, así como de la adhesión del Concello al programa de reciclaje de las plantas de compostaje de Sogama, lograba sacarlo adelante el gobierno socialista gracias a la abstención del PP, puesto que el BNG votó en contra. Incluso a regañadientes hubo un agradecimiento del regidor, Manuel Cuíña, a los populares matizado con que ejercieron de forma responsable con los vecinos silledenses.
Antes de debatirse ese punto, el portavoz popular, Ignacio Maril, pidió a la letrada de la corporación que informase sobre una posible incompatibilidad por parte del alcalde por las relaciones comerciales que mantiene en sus actividades privadas con una de las empresas de esa UTE. La secretaria le hará llegar ese informe a posteriori, pero no lo hizo antes de debatirse ese asunto. La formación nacionalista se mostró crítica con la forma de gestionar el tema de los residuos sólidos urbanos el PSOE, achacando las medidas ya aprobadas ayer a una salida fácil que supondrá subida de tasas a los vecinos. Preguntó Erea Rey por los composteros comunitarios que posibilitaba Revitaliza o la maquinaria para tratar ese tipo de residuos que se preveía instalar en Área 33 pero se terminó renunciando a una subvención de más de 200.000 euros, lamentando que se pague a Sogama por una materia prima en lugar de que generase ingresos al Concello.
Pero el BNG puso el dedo en la llaga en otra cuestión relativa al contrato de la recogida de las basuras, al incidir en que no se ha cumplido el pliego respecto a la renovación de máquinas y se debería estar penalizando a la UTE con 6.000 euros mensuales, algo que no está ocurriendo.
Cuíña rebatió al BNG que si no se llegaron a instalar composteros comunitarios fue porque no se encontró ubicación idónea, tras el estudio efectuado por técnicas del plan Revitaliza. Sobre la renuncia a la ayuda para ese equipamiento de tratamiento de compost en el polígono, que hubiera sido el primero en Galicia, adujo que no se le iba a suministrar en plazo para poder certificar el dinero recibido. Y desveló las conversaciones mantenidas con el entonces vicepresidente de la Diputación durante el bipartito, César Mosquera, para que Silleda dejase de recoger basura en el rural en una experiencia piloto que finalmente declinaron activar.
Respecto a la falta de renovación de maquinaria por la concesionaria, el regidor argumentó que está justificándolo en la falta de suministro por los proveedores. A este respecto Maril insistió en que se cumpla el contrato sin mirar para otro lado, como también lo plantearon desde el BNG. Incluso tildando de escandaloso que a pesar de lo caro del contrato no se esté reclamando el cumplimiento del pliego y por tanto el regidor esté renunciando de forma voluntaria a 72.000 euros para las arcas municipales. Cuíña dijo que se podría volver a pedir la subvención para ese equipamiento de compostaje y que la UTE está justificando debidamente el retraso en renovar los camiones.
Con argumentos similares se pronunciaban los tres grupos en el punto de la adhesión a Sogama, insistiendo Cuíña en que era una solución que iban a adoptar todos los concellos gallegos.
Adjudicar obras en A Bandeira quedó para otra sesión
El grupo de gobierno socialista preveía incluir por vía de urgencia la adjudicación a Coviastec, en 948.259 euros, la humanización de la plaza de A Bandeira y su entorno al ser la mejor de las cinco ofertas presentadas a la licitación. La documentación a la oposición se entregaba durante la propia sesión tras fotocopiarse a la carrera. El regidor aducía lo ajustado de los plazos y evitar un nuevo pleno extraordinario para debatirlo ya, pero ni el PP ni el BNG estuvieron dispuestos a ello, dado el calado del proyecto y su coste. Querían estudiar antes con tiempo el expediente. Cuíña decidía retirar el punto no sin ironía sobre la capacidad de los silledenses para pagar otro pleno.