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La asociación Apacaf cumple 30 años con su centro de Berres como eje de un proyecto que busca dignificar y apoyar las vidas de familias y personas con autismo
10 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.El 17 de noviembre de 1993 nacía la Asociación de Pais de Persoas con Trastorno do Espectro Autista de Centros de Apoio Familiar (Apacaf). Una entidad sin ánimo de lucro que trabaja de forma incansable en mejorar la calidad de vida de las personas con autismo a través de un innovador proyecto y que tiene A Estrada como epicentro. En la aldea de Pereiro, en la parroquia de Berres, se encuentra el centro de A Braña, una residencia para adultos con Trastorno de Espectro Autista (TEA) en la que viven permanentemente un grupo de diez personas. Su vida es como la de cualquier familia, encargándose cada uno de sus tareas domésticas y participando siempre que pueden en la vida comunitaria.
Un sistema que permite desarrollar al máximo su autonomía, lo que repercute en su bienestar personal y profesional, dando pasos de gigante en su inclusión. Apacaf nace por la necesidad de gestionar de forma óptima este centro residencial que echó a andar en 1988 por el empeño de un grupo de familias en que sus hijos pudieran disfrutar de actividades de ocio y estancias lejos de su hogar, como hacen el resto de jóvenes. En definitiva: brindarles las mismas oportunidades.
Treinta años después han conseguido implantar un modelo exitoso. «Partimos de cero y ahora hay una red de servicios impresionante para apoyar a familias y personas con autismo. Cualquier persona que tenga ahora un hijo con autismo no tiene porque ver las cosas negras. Que sepa que tiene apoyo y una red de servicios para disponer de ellos», explica la presidenta de la asociación, María José Ferradáns. El centro ofrece prestaciones como el respiro familiar, acudiendo al centro en estancias de fines de semana o más largas como campamentos de verano o de Semana Santa. Actividades que también realizan en un su centro de día de Moraña.
También ofrecen un servicio esencial tanto de orientación como de diagnóstico y otro para la formación de profesionales que trabajen con TEA. «La gente que hace educación, psicología o cualquier carrera relacionada con este ámbito puede hacer aquí las prácticas. La formación la confeccionamos nosotros y eso es importantísimo. Tener un grupo de personas con experiencia y que sepan desenvolver su trabajo es muy importante para la comunidad», asegura.
Del mismo modo, la presidenta de Apacaf recuerda que están implementando un programa de empleo para personas con autismo. «Una empresa da trabajo a los que viven en la residencia. Nosotros nos encargamos con este sistema que se haga el trabajo a la perfección, siempre con un monitor especializado que lo conoce y que se preocupa de que desarrollen sus labores al 100 %», detalla.
¿Porqué en Berres?
Aunque este año se cumple el aniversario de la asociación, la puesta en marcha del centro de A Braña fue anterior. En 1988 este grupo pionero de padres crearon un espacio esencial para el desarrollo de sus hijos. «Una familia cedió la finca y una casa que había ahí para que pudiéramos empezar. Lo hicimos con una granja escuela para fines de semana o veranos. Hacíamos colonias, estancias, campamentos... Era para niños pequeños, pero luego fueron creciendo y las necesidades cambiaron y decidimos ampliar los servicios. Entonces pusimos en marcha la residencia y le dimos mucha atención con temas de orientación y diagnóstico», explica.
Tres décadas más tarde el proyecto es sólido y está plenamente consolidado, prestando ayuda a cada vez más familias. María José Ferradáns insiste en la necesidad de seguir formando a la sociedad para una inclusión optima. «Hay que estar alerta y aplicar una formación continua. Las cosas cambian año a año y no tiene nada que ver con cómo era hace 30 años».
«En una ciudad como Vigo las personas con autismo no tienen ninguna vivienda en la que puedan vivir»
A la hora de señalar cuales son los retos por cumplir María José no duda: la inclusión. «Lo que nos queda pendiente es casi tan importante como el reto que teníamos hace treinta años y ese es el de la inclusión», asegura. Demanda la puesta en marcha de proyectos de integración reales, escapando de espacios en los que únicamente se junten personas con este síndrome.
«Lo que no puede ser es que se creen residencias donde juntan a 50 o 60 autistas, eso no es inclusión. Esta diversidad funcional tiene que convivir con el resto de la sociedad en igualdad y en derechos. Por supuesto con los apoyos necesarios, pero no pueden estar todos aislados en no se sabe donde», declara. La presidenta de Apacaf considera necesario que compartan los espacios comunes que utilizamos todos. «Es muy incipiente, queda mucho por hacer. Debemos dejar de pensar en ladrillo y pensar en una inserción e inclusión real», apunta.
Por otra parte, lamenta que en Galicia no haya más residencias como la de Berres, especialmente en las ciudades, poniendo el ejemplo de Vigo. «En una ciudad como Vigo las personas con autismo no tienen ninguna vivienda en la que puedan vivir o acceder con apoyo. En Berres tenemos viviendo a cinco personas que son de allí», remarca María José Ferradáns.