Unas 120 personas participaron en esta reunión familiar a orillas del Ulla
18 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Como mandan los cánones, el tercer domingo de agosto los Pernas se reunieron en Pontevea para celebrar una fiesta con pedigrí: la primada. Un encuentro familiar que poco a poco fue evolucionando hasta convertirse en una tradición cuasi sagrada que cumplió ayer su 51 aniversario. En esta ocasión acudieron unas 120 personas provenientes de distintos puntos de Galicia, España y el extranjero.
Aunque no batió el récord de las bodas de oro, cuando se juntaron 170 Pernas, la primada de este año sigue demostrando que está en plena forma, con la familia implicada en este tesoro que cuidan con esmero. «Pensei que co coronavirus habería problemas para continuar coa tradición, pero foi ao revés, aínda ten moito tirón. Aos que máis lle gusta é aos rapaces», comenta Julián Pernas, uno de los organizadores de esta edición.
Y es que hasta la elección de la comisión de fiestas tiene su intríngulis. Para que esta tarea no recaiga siempre en los mismos, cada año se nombra a tres primos, uno de cada casa de la primera generación.
La cita comenzó sobre las dos de la tarde en Casa Pernas, germen de la familia y lugar idóneo para el reencuentro anual. Tras saludarse en esta breve sesión vermú, toca ir hasta A Burga, un paraje natural a orillas del río Ulla en el que se juntan a comer, bailar, jugar...
Los cerca de 120 asistentes disfrutaron de una tarde de actividades y mucha diversión en familia, todos ellos ataviados con sus mejores galas, predominando las sábanas a modo de túnicas, ya que este año eligieron una temática de la Antigua Roma.
El año pasado fue de estilo ibicenco y la anterior estuvo ambientada en la feria de ganado de Pontevea.
Bautizos
Acceder a la primada no coser y cantar. Aunque tengas el apellido Pernas, debes ser mayor de 14 años y una vez alcances la edad, ser bautizado con vino en un rito que este año han padecido dos jóvenes. Así, la primada, que comenzó con 47 primos hace más de medio siglo, supera con holgura el centenar de personas.