
Convocó a los presidentes de las sociedades de Lalín, Agolada y Rodeiro
25 sep 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Con la recogida de maíz en marcha pero aún no finalizada, los ataques de los jabalíes a las plantaciones traen en jaque a los ganaderos de la zona. El presidente Xuncoga, Manuel Fernández López, se puso en contacto con los presidentes de las sociedades de caza de Lalín, Rodeiro y Dozón para analizar los daños causados a las plantaciones por estos animales salvajes.
El objetivo es mantener una reunión, a la mayor brevedad posible, para abordar de forma conjunta entre cooperativas y sociedades de cazas los daños causados por la presencia de la fauna salvaje y que, en la actualidad, ya son cuantiosos. Fernández agradecía ayer a todos los presidentes la buena voluntad mostrada.
Este año, las lluvias intensas de primavera atrasaron el sembrado del maíz y provocaron cierto retraso en la finalización de la recogida de las cosechas. Esta ya comenzó en algunas zonas pero no terminará hasta, apuntaba ayer algún ganadero, después de un mes.
En las últimas semanas, los ganaderos de la zona llevan cursando denuncias. El presidente de la cooperativa O Rodo, en Rodeiro, Jesús Montes, explicaba ayer que los daños están siendo muy cuantiosos.
En Lalín, el presidente de la Sociedade de Caza, José Luis Montoto, citaba como zonas con denuncias las de Goiás, Maceira, Froxán, Alemparte, castro de Cabras y Parada. Zonas a las que sumaba otras como la de parroquias de Mouriscade, A Xesta y Soutolongo donde también se produjeron denuncias.
Cada año estas se vienen produciendo casi en las mismas zonas, que reciben campaña tras campaña, la visita de estos animales. Los ataques, apunta Montoto, son muchas veces de cercas con crías que «cando entran nas fincas fan moito dano».
En algún caso «saltaron o pastor eléctrico, entraron na finca e incluso acamparon alí uns días», apunta. El presidente de la sociedad de caza ve con muy buenos ojos la iniciativa de Xuncoga y considera «unha boa idea este tipo de reunións» considerando que se debían mantener de forma periódica para aunar fuerzas.
Las espigas maduras del maíz constituyen un manjar para los jabalíes en busca de alimento. De ahí su entrada en las fincas y el destrozo de las plantaciones con la irrupción de la manada, o en la mayoría de los casos, de cerdas con sus crías.
Unos daños que acaban en muchas fincas con las cosechas dejando las plantas rotas y en el suelo. Este año, las espigas salieron algo más tarde dado que las plantaciones también se llevaron a cabo con algo de retraso respecto a lo habitual otros años. En los maizales de la zona, los jabalíes también buscaron refugio en algunos casos esta fauna salvaje para huir de las altas temperaturas veraniegas.