El hallazgo de gatos callejeros desborda las posibilidades de acogida de Patiñas da Estrada

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

DEZA

cedida

El colectivo necesitaría un local más amplio y más voluntarios

15 oct 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

La asociación Patiñas da Estrada se ha visto obligada a cerrar temporalmente la recogida de gatos callejeros por falta de medios. El boca a boca ha hecho que en sus apenas cuatro meses de vida el colectivo se haya convertido en referente local en la acogida de gatos y perros callejeros. Sin embargo, la gran cantidad de gatos vagabundos que hay en el municipio sin castrar está multiplicando el problema y el colectivo, en este momento, no da abasto.

«Hacemos lo que podemos y más», explica la presidenta de Patiñas da Estrada, Chus Carracedo. Según cuenta, el colectivo se está encargando en este momento de los cuidados de unos 16 gatos rescatados de la calle. Media docena están en casas temporales de acogida —a la espera de que aparezcan adoptantes— y una decena más se encuentran en el local de la asociación. «Es una casita que nos ha cedido una persona altruistamente. Está a la venta, pero mientras no aparece comprador podemos usarla y la hemos acondicionado para acoger debidamente a los animales», cuenta Carracedo.

Hacerse cargo de un gato callejero conlleva mucho más trabajo de lo que pudiera parecer. «El primer paso es llevarlos al veterinario para que les hagan un chequeo general. Ahí ya se desparasitan interna y externamente. Después hay que hacerles los test de leucemia e inmunodeficiencia felina y, mientras no haya resultados, hay que tenerlos en cuarentena. Los que tienen leucemia felina hay que ponerlos por separado, porque se contagia entre gatos, y los que tienen inmunodeficiencia felina lo ideal es que estén solos o con otros que la tengan; aunque el contagio a un gato sano en este caso es difícil, se daría solo si tienen una pelea fuerte», explica la presidenta de Patiñas da Estrada. «Después, si los gatitos se quedan más de dos meses con nosotros, hay que ponerles la primera vacuna», añade.

La castración es otro tema vital. «El Concello financia dos al mes en el casco urbano y una en el rural. Hacen lo que pueden. Estamos muy agradecidas, pero no llega a nada», dice Chus Carracedo.

Aparte de todos estos cuidados, es preciso que los gatos dispongan de un espacio suficiente, con arenero, comida y ventilación. «Y hay que pasar tiempo haciéndoles compañía, amansarlos, limpiar las instalaciones...», cuenta la presidenta.

El colectivo cuenta por el momento con una veintena de socios y una pequeña red de voluntarios, pero no puede hacerse cargo de todos los gatos que van apareciendo. «Necesitaríamos un local más grande para acogerlos. A ver si el Concello nos pudiera facilitar alguno. O algún particular», dice Chus Carracedo. No obstante, también se necesitarían más manos para ayudar, más apoyo económico y, sobre todo, más adoptantes para darles un hogar estable a los gatos.