Esquivando excrementos en A Estrada

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

A ESTRADA

miguel souto

Las calles del centro estradense están sembradas de cacas de perros que las campañas cívicas no logran erradicar

21 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Comprobado. Patear el centro de A Estrada sin encontrarse cacas de perros en alguna acera es misión imposible. Con lluvia el problema se difumina y con buen tiempo se acentúa, pero no hay caminata que no incluya alguna sorpresa escatológica. Llevársela o no en el zapato depende solo de la pericia esquivando de cada uno. A fuerza de entrenamiento, los estradenses van librándose bastante bien, pero el problema sigue estando a pie de calle y no hay ningún indicio de que vaya a resolverse.

En los cafés reposados y en las redes sociales las deposiciones caninas generan encendidos debates sobre el incivismo de los propietarios de los canes que siembran A Estrada de cagadas o sobre cuáles son las calles más castigadas. Ahí nunca hay acuerdo. Hay quien dice que las que más sufren el problema son las menos céntricas. Algunos citan Fernando Conde, otros la Avenida de América y muchos las zonas de acceso a los colegios Pérez Viondi y Lourdes. En el atajo al primero de los centros está constatada la presencia habitual de deposiciones caninas que los niños a la carrera no siempre logran sortear.

Nueva ofensiva comercial

Sin embargo, el centro neurálgico de A Estrada tampoco está libre de mancha. Los comerciantes de la calle Justo Martínez y su entorno ya van por la segunda campaña de sensibilización ciudadana. Pero ni caso. Hace un año intentaron mover conciencias colocando en sus escaparates carteles con el lema «El faino por necesidade, ti recolle por obrigación». La campaña fue muy aplaudida por los ciudadanos de a pie, pero no logró arreglar gran cosa. La semana pasada, a la vista de que muchos comercios ya habían retirado los carteles viejos, se distribuyó una segunda remesa. Sin embargo, hasta ahora los responsables del problema no se han dado por aludidos. En estas zonas, la labor de limpieza diaria que se ven obligados a asumir los comerciantes mitiga el problema, pero en donde no hay negocios, los excrementos pueden permanecer en la acera varios días.

El propio gobierno local reconoce el problema y las continuas quejas que recibe el Concello por esta cuestión. Por esta razón, en noviembre se publicó un bando llamando al civismo y recordando que la normativa local establece sanciones de 90 euros por no recoger los excrementos de la vía pública. El bando tuvo el mismo efecto que los carteles de los comerciantes y que los contenedores con dispensadores de bolsas para la recogida de las heces que se habían instalado hace unos años en el casco urbano: ninguno.

Cierto es que, pese a las advertencias, desde la publicación del bando no ha trascendido la imposición de una sola multa.

«Teño que baldear cada día»

Cristina Diéguez es dependienta en una zapatería de la calle Justo Martínez. Pese a tratarse de una rúa muy céntrica, en la puerta del establecimiento aparecen orines y excrementos cada día. «É un desastre. Todos os días lle teño que botar lixivia á esquina», cuenta. «Aínda hoxe baldeei dous caldeiros para intentar botar fóra todo e aínda quedan aí restos porque non saen nada ben», lamenta. «Pásanos a todos os comercios da rúa», dice. La solución no la ve fácil. «A solución está nos donos dos cans, pero se é xente incívica... O único que poñan multas, pero pillalos in fraganti tamén é difícil. Habería que sacarlles unha foto, coma ós coches mal aparcados», reflexiona.

El parque canino aprobado en pleno hace dos años sigue esperando

Hace ahora dos años el pleno de A Estrada aprobó -a propuesta del BNG y con el apoyo unánime de todos los grupos- la creación de un parque para el esparcimiento canino. Los nacionalistas sugerían su emplazamiento en el entorno de la carballeira o la zona deportiva. El gobierno descartó esta ubicación y propuso un solar municipal en la calle Benito Vigo, frente al Juzgado Número 1. El parque no llegó a ver la luz, pero en noviembre el gobierno aseguró que en el 2018 se acondicionará la parcela y se creará el parque al fin. No es la solución al problema, ya que también allí la limpieza dependerá del civismo. Pero quizás pueda servir de ayuda.

La Policía llama a la colaboración ciudadana para pillar in fraganti a los infractores

La Policía Local ha hecho un llamamiento a la colaboración ciudadana para poder atajar el problema. A la vista de que los infractores han hecho caso omiso de las llamadas al civismo se impone la vía del apercibimiento y la sanción.

En este caso, para poder actuar es preciso pillar in fraganti a los dueños de los perros o bien disponer de algún vídeo en el que se evidencie la infracción y la identidad del autor.

La Policía Local pide a los vecinos que, de forma anónima, colaboren proporcionando información de los horarios y lugares donde suelen producirse las deposiciones -en muchos casos se trata de infracciones rutinarias- para poder controlar mejor esta problemática.

El reglamento local de Medio Ambiente, Limpeza Pública y Recollida de Lixo establece sanciones de 90 euros para quienes no recojan los excrementos de sus animales de compañía en la vía pública. La nueva ley gallega en la materia considera la no recogida inmediata de las cacas una infracción leve castigada con apercibimiento o sanción económica de 100 a 500 euros.

«Es una cuestión de educación»

María Sanmartín tiene dos perros bulldog francés llamados Moisés y Fiesta. Cuando está buen tiempo, suele coger el coche y llevarlos hasta la zona rural, donde se da buenas caminatas para que las mascotas puedan correr en libertad. Cuando llueve, les da un paseo más corto por el casco urbano. «No te queda otra», afirma. En esos casos siempre se lleva una mochila con bolsitas para las emergencias. «Es una cuestión de educación», constata. En una ocasión se olvidó las bolsas en casa. «Como mal menor llevé a los perros a una zona apartada del parque y luego fui al súper a por bolsas y volví para recoger», cuenta. Todo tiene remedio cuando la voluntad es buena.