Cuando un minuto por las víctimas no es suficiente

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

A ESTRADA

rober amado

Quince mujeres de la zona se unen en un colectivo feminista para hacer algo más que lamentar la desigualdad

24 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Un «nenaza» es un varón afeminado y cobarde y un «coñazo» es algo latoso e insoportable. «Individua» no es exactamente el femenino de «individuo». El sexismo está ahí. En el diccionario de la Real Academia Española y en la calle. La violencia de género no cesa, el mito del amor romántico pervive y las encuestas juveniles demuestran que las relaciones posesivas e insanas son pura tendencia.

Ante este panorama hay tres vías: ignorar el problema, lamentarse o intentar hacer algo. Esto último es lo que pretenden un puñado de mujeres de Deza y Tabeirós cansadas de leer en los periódicos malas noticias para la igualdad de género. Han sacado tiempo de donde han podido y han cogido el timón para intentar cambiar un rumbo fijo que no les convence.

El Colectivo Feminista Deza-Tabeirós acaba de firmar su acta de constitución en A Estrada con 15 mujeres dispuestas a ser el germen de un movimiento comarcal lo más numeroso posible. Al frente de la directiva está Yolanda Paz, con Xosefina Pereira como vicepresidenta, Raquel López como secretaria y María Balo como tesorera. Neves Soutelo, María Gaiteiro y Aranza Barreiro son las vocales que completan el equipo. Pero los cargos son lo de menos. El colectivo funcionará de forma colegiada y asamblearia, sin más jerarquía que la que exige la burocracia.

¿Y como se da el paso a la militancia feminista? Pues con convencimiento. «Todas temos unha conciencia de que a desigualdade pervive na sociedade. Cambiar iso require un traballo. Queremos conseguir ir dándolle a volta ás cousas», explica Raquel López.

«O linguaxe é sexista -o inclusivo apenas se usa-, a presenza de mulleres en calquera ámbito non é paritaria e a violencia contra a muller segue a perpetuarse mentres se fai pouco máis que gardar uns minutos de silencio cando o caso é moi brutal, sen cambiar o fundamental para que deixe de existir», lamenta la portavoz del colectivo.

La asociación feminista se presentó en público ayer con una charla-coloquio sobre la prostitución a cargo de la asociación Faraxa. Según explica desde este colectivo Alba Sousa, es necesario desmitificar la prostitución para reconocer su verdadera cara. «Es un tipo de violencia de género invisibilizada por los falsos mitos que lleva asociados, como el de que es un trabajo fácil en el que se gana mucho dinero, el de que es ejercido en libertad por mujeres sexualmente liberadas o el de que evita agresiones sexuales por atajar la necesidad imperiosa de algunos hombres de satisfacer su deseo sexual», comenta. «Las mujeres prostituidas lo hacen coaccionadas por diferentes tipos de vulnerabilidad -económica, social o consideración del sexo como forma de sumisión, por ejemplo-. El suyo es un consentimiento que es viciado», explican desde Faraxa.

87 casos de trata sexual

La asociación por la abolición de la prostitución atendió en el 2017 en su centro de día a 484 mujeres prostituidas y, en su unidad móvil desplazada a barrios chinos, zonas de clubes de alterne o pisos de contactos a 2.107. Tuvo conocimiento además de 87 casos de trata sexual. Los últimos informes policiales calculan que en Galicia hay entre 6.000 y 8.000 mujeres en prostitución.

La prostitución ha sido el primer debate abierto desde el colectivo feminista local, pero su objetivo es seguir formando e informando a la sociedad con charlas-coloquio cada dos o tres meses sobre temas que afectan a la mujer. Está previsto abordar la custodia compartida impuesta o el asunto de los vientres de alquiler. El colectivo considera deseable la corresponsabilidad parental, pero ve contraproducente la custodia compartida impuesta sin resolver previamente los problemas de desigualdad. En cuanto a los vientres de alquiler, las feministas locales consideran que la maternidad y la paternidad no son derechos humanos, por lo que no parece conveniente «converter unha muller en incubadora para que xente con máis recursos poida comprar bebés».

En el último trimestre del año se promoverá una charla sobre la violencia, tocando las relaciones posesivas o el mito del amor romántico. Eso de que el amor cuando no muere mata que decía sabina hay que revisarlo.