Leo Bassi: «No he renunciado a ninguna de mis provocaciones con la edad»

Alfredo López Penide
lópez penide A ESTRADA / LA VOZ

A ESTRADA

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El cómico presentará este viernes en el Teatro Principal de A Estrada su espectáculo «70+», con entradas a la venta

04 oct 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Es uno de los platos fuertes de la programación cultural de otoño en A Estrada. Leo Bassi llega este viernes al Teatro Principal con su último espectáculo, 70+. Las entradas ya están a la venta en el departamento municipal de Cultura. «El año pasado entré en mi década de los setenta y quería compartir con el público la sorpresa de haber llegado a 71 años. No me lo imaginaba hace treinta años. Por el ritmo de mi trabajo, por las cosas que hacía, para mí era imposible que Leo Bassi llegará, incluso, a los 60 años... Y ahora me encuentro con 71 años. No solo estoy con vida, sino que lo estoy disfrutando como nunca. Quizás es el momento mejor que he vivido en mi vida. Esto es una sorpresa».

—¿Es una manera de desterrar los tópicos de la edad?

—Pensaba que la vejez era una mierda, más que nada porque no me iba a tocar porque iba a acabar todo mucho antes. Pues, no. Estoy aquí y de puta madre. Se trata de compartir esto con el público y aprovechar también hace algún repaso de las cosas sobresalientes, pero muy particulares de mi vida. 70+ es un pelín autobiográfico... Más que autobiográfico, autocelebrativo. Parece que para nuestra sociedad lo importante es la juventud y los viejos son un problema que están ahí y hay que cuidarles. Esto es una mierda. No es verdad. Al contrario. Me encuentro con una sabiduría que nunca he tenido. Me encuentro también con una calma interior en la que no tengo las angustias de la juventud. Es una autocelebración de estos 71 años y trasladarle al público que quizás nos estamos equivocando y la vejez es mucho mejor y puede tener un punto de sabiduría.

—¿Y con las mismas ganas de molestar al poder?

—Sí, sí. Evidentemente. No he renunciado a ninguna de mis provocaciones con la edad. Las cosas que yo he hecho en mi vida y mis opiniones políticas se ha visto que, tristemente, tenía razón. El mundo está gobernado por imbéciles. Pero quizás este espectáculo entre menos en la política que muchos otros. El argumento esencial es que este mundo que glorifica la juventud a lo mejor está equivocado y habría que repensar las cosas. Se trata de poner en duda en nuestro sistema por el hecho de que da demasía.

—¿El público se sigue sorprendiendo fácilmente o cada vez es más complicado?

—No, siempre es más fácil sorprenderle. Lo veo de un conformismo que da miedo. Y también en mi propio gremio. Veo a monologuistas y pienso: «Vaya conservador». Es un mundo muy pequeño con sus pequeños intereses y muy conservador, vendido al poder. No veo que sea un mundo con hospitalidad desbordante y es bastante conformista con todo, bastante tranquilo y no veo muy difícil provocar y sorprender.

—Habla de que su gremio es bastante conformista, ¿pero se ha autocensurado alguna vez?

—No, pero también porque tenía muy claro mis límites. El famoso discurso de hasta dónde puede llegar la comicidad es algo superficial y ridículo. Tengo claro, como también lo tenía mi padre y mi abuelo, porque vengo de una tradición de payasos de circo, que había que joder al poder y proteger al débil. Y esto vale para todo. No te vas a mofar de una persona que ya es una víctima de la sociedad, tú te mofas de las personas que tienen el poder de la sociedad. El poder en todas las dimensiones, poder económico, poder político, poder espiritual... Poniendo esto como regla no es complicado decir hasta donde pueda hacer o si tengo que censurarme. Si siento que el argumento de mi chiste es de una realidad frágil, no voy a mofarme de él. Y, al contrario, si siento que responde al poder, a una realidad fuerte, no tengo ningún problema y ningún límite. No voy a reírme de las personas que se enfrentan en su propia vida a los problemas de la sociedad.