Los Blanco de A Estrada repiten primada para «sentir el clan»

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

A ESTRADA

cedida

La «Blancada» ha quedado oficializada, con carácter anual

10 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

A veces llega un momento en el que las familias se dispersan, los encuentros se espacian y las coincidencias acaban siendo más en las tanatorios que en las verbenas. A la familia Blanco Torres le venía pasando últimamente. Pero eso fue hasta que sus integrantes tomaron conciencia y decidieron ponerle remedio. Sucedió el verano pasado, cuando la saga organizó un encuentro en la playa fluvial de Liñares. Y fue tan reconfortante compartir anécdotas y vivencias que la familia se propuso repetir la primada todos los veranos.

El compromiso se ha materializado este fin de semana, con mayor asistencia todavía que en el 2024. Cuarenta Blancos se dieron ayer un baño de familia a orillas del río Liñares, repasando anécdotas y poniéndose al día en una animada reunión que han bautizado como «Blancada».

Los participantes en el evento son los descendientes de Mario Blanco Torres, un vecino de Cuntis que en 1910 llegó a A Estrada para ejercer de secretario del juzgado, y de Edelmira Fuentes, conocida popularmente como Miritas do Café, que fue una billarista cuntiense de armas tomar. «En nuestra casa familiar se conservaban bolas de billar de marfil que mi madre y mi abuela usaron después para zurcir calcetines», recuerda Juan Blanco Valdés, que ayer ejerció de portavoz de la familia.

Hermano del periodista, político y escritor Roberto Blanco Torres —paseado en octubre del 36 y homenajeado el Día das Letras Galegas de 1999—, Mario Blanco Torres y Miritas Fuentes, tuvieron seis hijos: Segismundo, Mario, Carmiña, Felisa, Rosa, Pedro y Pepe. La familia tuvo un papel fundamental en el desarrollo estradense y uno de los hermanos, Mario Blanco Fuentes, llegó a ser alcalde de A Estrada.

Orgullosos de sus raíces, los Blanco exaltaron ayer el valor de la tribu. «Conviene no olvidar de donde venimos y valorarlo», constata Juan Blanco.