
Centra su trabajo en la armonía y bienestar del cuerpo físico, mental y emocional
13 sep 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Los primeros años de la infancia de María Jesús Coego García, Chus Coego, transcurrieron en la parroquia de Ventosa (Agolada), y aunque residió también en grandes ciudades, reconoce que la aldea la nutrió «de las experiencias más dulces y ricas de mi vida, y estas me llevaron posteriormente a conectar aún más con mi propio cuerpo y mente, y por lo tanto con prácticas como el Yoga». Con una vida profesional siempre dedicada a la enseñanza, centrada especialmente en las matemáticas, cuenta además desde el año 2015 con un estudio propio en el que imparte Pilates y yoga.
—Desde el año 1985 trabajó como profesora de matemáticas en distintos centros, y es actualmente directora de Academias Algoritmo pero, ¿en qué momento entra el yoga y el Pilates en su vida?
—Recuerdo que desde muy pequeña mi gran pasión era el deporte, siendo lo que más me ilusionaba. Después del estudio y la práctica del fitness durante muchos años, un día leí algo sobre Pilates en un periódico. Me pareció interesante, y a los dos días, ya empecé a investigar estudiando minuciosamente durante cuatro años todo lo que pude sobre ello. Al comprobar mi transformación física, empecé a compartir mi aprendizaje dando clases, siendo de las primeras en la enseñanza de esta técnica en Lalín. De ello hace más de 20 años. El yoga llegó más tarde. Sabía que necesitaría tiempo para estudiar. Intuía su complejidad, y no me refiero por supuesto a las asanas y posturas, que solo supone el 1 % del yoga, sino a su parte más profunda. Fue cuando mis hijos comenzaron sus estudios universitarios, disponía de más tiempo extra y comenzó la fase de estudio y práctica. Se cumplen ahora 8 años impartiendo clases.
—¿Ahí fue cuando pensó en dedicarse profesionalmente a ello?
—Siempre intuí que la vida me estaba formando poco a poco para lo que verdaderamente me hacía ilusión, incluyendo mis 30 años como profesora de matemáticas que tanto me aportó, pero sentí que tenía que abrir mi propio estudio y así lo hice en 2017.
—Nos referimos al Pilates y al yoga de manera habitual, pero quizás exista un gran desconocimiento sobre dichas prácticas.
—Posiblemente. Lo primero es decir que no son un deporte. Joseph Pilates, un alemán nacido en 1883, dedicó su vida a crear un sistema de trabajo denominado La Contrología, que se conoce como Pilates. Básicamente es un sistema de control desde la mente, que fortalece más eficazmente nuestro cuerpo físico, lo alinea, flexibiliza y aporta un más que notable bienestar en nuestros sistemas físicos. El yoga va más allá. Fortalece, desbloquea cualquier articulación, y mejora todos nuestros sistemas a un nivel muy elevado que te enseña a descubrir el motivo por el que enferma tu cuerpo físico, desde lo mental, lo emocional y lo energético, pero también cómo puedes auto curarte. A lo largo de estos años vinieron muchas personas con distintas enfermedades, y se han recuperado en su mayoría, expresando sus propios médicos sorpresa por la gran mejora en pocos meses. Este es un centro de terapias alternativas que convive perfectamente con otras terapias científicas existentes, desde la medicina convencional donde no rivaliza, si no que suma.
—¿Qué enfermedades mejoran o incluso remiten?
—Durante estos 7 años que llevo pasando también consulta de alimentación de terapias alternativas pasaron cientos de personas, con resultados difíciles de creer, incluso para la medicina convencional. Un cambio en la alimentación hace remitir muchas enfermedades tales como el acné, migrañas, candidiasis, psoriasis, dolores articulares, helicobacter pylori, reflujo, colesterol,... Los síntomas remiten a los 30 días de los cambios de la alimentación.
«Los retiros para personas adultas son de las grandes novedades para este curso»
La práctica del yoga requiere, a juicio de Chus Coego, de una atmósfera especial para su realización además de una predisposición personal para querer hacerlo, «de otro modo no funciona. No debe de ser forzado, tiene que salir de la persona, querer iniciarse en ello». Hay que tener en cuenta también la edad de la persona interesada en su práctica; en el yoga no antes de los 7 años, y en Pilates a partir de los 10 comenta la profesional lalinense. En cuanto a la edad máxima, «no existe una específica o tope, habría que atender minuciosamente al estado de la persona en concreto», explica. Lo que encontramos a menudo son cursos de Pilates y yoga impartidos desde distintas asociaciones pero, ¿logran los beneficios deseados?, preguntamos. «Cada persona es responsable de lo que elige, y de la persona que escoge para fines de su propia salud. Solo unos datos. Pilates falleció en 1967 y no existían pelotas o balones de goma que hoy apodan con su nombre. Formaba a grupos mayoritarios desde su técnica de origen de suelo, para personas y fines específicos. Y el yoga no es retorcimiento ni posturas bonitas sin control, que conllevan en ocasiones lesiones en profesores y alumnos. Justamente es todo lo contrario».
Todo ello en un inicio de nuevo curso en el centro de enseñanza y aprendizaje Chus Coego, en el que se imparte fitness, Pilates, yoga y consultas de alimentación alternativa, con la gran novedad de los retiros para personas adultas. «Serán para aquellos con inquietudes de un autoconocimiento más profundo, que nos lleve a descubrir nuestro verdadero propósito de vida, huida del desasosiego más patente que nunca en esta humanidad, dando luz a una nueva forma de vivir desde la calma y la esperanza», profesa Chus Coego.