San Martiño de febrero en Lalín

Olimpio Pelayo Arca Camba
o. p. arca LALÍN / LA VOZ

LALÍN

miguel souto

Centenares de vecinos siguieron el chamuscado y despiece de Kim, un ejemplar de 130 kilos

03 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Si los de Bilbao pueden nacer en cualquier parte, los de Lalín pueden variar el calendario en lo que al cerdo se refiere como les plazca, en torno a una fecha que sí es inalterable: la Feira do Cocido, el domingo anterior al de Entroido. Así que el San Martiño que llega a cada gorrino no es en la capital dezana en noviembre sino que se traslada a febrero.

Y ayer le llegó a Kim, un ejemplar rabelo alimentado con mimo por Lucita Rodríguez a base de berzas y harinas de maíz y centeno. Fue en la Matanza Tradicional que desde hace dos décadas se celebra en las semanas previas al Cocido, que tendrá su día grande el domingo 16. Centenares de vecinos y un par de peregrinos de la Vía da Prata ?uno de Ronda y otro estadounidense? acudieron a la casa de los Picheles, en la parroquia de Botos, para seguir de cerca el chamuscado a la antigua usanza, con paja, y el despiece o parta del animal, de unos 130 kilos en canal.

La vecindad de Botos no reparó en gastos: vestidos a la antigua usanza. Ellos, tocados con boina, lucían chalecos de pana conmemorativos, y ellas, cubiertas con pañuelos, estrenaban mandilones, también serigrafiados. Para todos, para quienes participaban en las tareas de la matanza y para quienes las seguían como espectadores, hubo desde rosquillas a pinchos de panceta y chorizo con pan, además de vino para acompañar.

Los chupitos de Sansón y aguardiente se reservaban para el matachín ?el exedil Manuel Gómez Estévez? y sus ayudantes: «Así mitigábase o cheiro a fresquío ao abrir o porco», relataba el escritor Juan Carlos García Porral que narraba todo el proceso junto al periodista Manuel Vilariño. Proseguían las explicaciones del uso de las tripas, de la retirada de las alegrías ?pulmones y corazón? y otras vísceras hasta colgar al marrano en una viga del alpendre de la casa, «que era das que mataban tres porcos, con caseiros» indicaba un vecino para explicar que era una casa fuerte en la aldea. Botos mostró también su potencia, con trabajos en vivo de elaboración del queso, la forja de un herrero y el proceso del lino, con Uxío Silva dando su versión del origen del topónimo Lalín: «Era pola la e o liño», expresaba con el mismo convencimiento que quienes lo atribuyen al colono Lalino.

Los vecinos seguían con interés un proceso que la mayoría conocen al dedillo, y solo los paraguas que regaló Abanca ?también repartió sombreros? robaron protagonismo puntual a los narradores. La música estuvo a cargo de las pandereteiras Ponte da Prata y A Carballeira de Cercio. Tras una degustación popular de productos del cerdo, el programa incluía de la charanga Ardores y la orquesta Principal.

El alcalde de Lalín, José Crespo, manifestó la intención de buscar la declaración de fiesta de interés turístico gallego para la matanza, al margen de la Feira do Cocido. No estaba ya para escucharlo el conselleiro del ramo, Román Rodríguez, que asistió a la matanza, al igual que ediles del gobierno y de la oposición ?Teresa Varela y Vilariño, de CxL; y María Jesús Sánchez, del PSOE?.