
El barrio de A Cacharela, en Lalín, cuenta desde el 2008 con uno de los entroidos más atractivos y que se está consolidando como una referencia. Por entonces surgía una nueva máscara, diseñada por Luchi Iglesias, y que tiene su inspiración en un cuadro de Laxeiro. Cuenta con la peculiaridad de su forma rectangular, inusual en Galicia, confeccionada con cartón, cuero, telas y cuernos reales. La concavidad de los ojos, de gran profundidad, ayuda en un mirar que a más de uno asusta, como su llegada al centro de la fiesta para con sus coloristas trajes bailar y mover las retamas para controlar al público.
Centenares de personas, muchas disfrazadas de mil formas diferentes, esperaron con paciencia la llegada de los Cacharelos, junto a la figura del Papamoscas y el Boi, animados con la música del incombustible Pachi, con 58 años ya de carrera a sus espaldas. La asociación vecinal de este barrio lalinense organizan la celebración, con degustación de postres típicos en una carpa que tuvo ambientación pirata. Este año fueron seis los nuevos Cacharelos que recibieron su bautismo, cuatro niños y dos adultos. Tampoco faltó la puja dirigida por el narrador oral Celso Fernández Sanmartín.