Cien años para mirar las estrellas

LALÍN

CONCELLO DE LALÍN

El 31 de agosto se cumplió el centenario del final de las obras del Observatorio Astronómico de Lalín, legado del ilustre Ramón María Aller Ulloa, quien puso en marcha la primera construcción de este tipo en Galicia en el jardín de su casa

20 sep 2024 . Actualizado a las 12:56 h.

Lalín bien podría considerarse la cuna de la astronomía en Galicia. De hecho, probablemente así sea, ya que de la mano de Ramón María Aller Ulloa, fue la sede del primer observatorio astronómico en tierras gallegas. Centro de referencia que este verano cumplió cien años de existencia. Un centenario en el que esta edificación pionera fue vaciada para ser trasladada a Santiago y que, tras una restauración hace poco más de una década, volvió a acoger trabajos de investigación y jornadas de divulgación científica haciendo del complejo un punto cultural de relevancia en la comarca al estar acompañado por el museo municipal, que también lleva el nombre de este ilustre lalinense desde 1986.

Concretamente, el 31 de agosto de 1924 finalizaba la construcción de este tercer y definitivo intento de observatorio en el jardín de la casa de Ramón Aller. El astrónomo y matemático dejó escrito con enorme satisfacción que después de varios años de trabajo por fin se hacía realidad uno de sus sueños: instalar en Lalín un lugar destinado a la investigación y contemplación del espacio. Un observatorio que el mismo diseñó y en el que instaló el necesario telescopio para sus observaciones, estrenando el primero de estas características en Galicia.

Antes de alcanzar este hito, el Fillo Ilustre de Lalín empezó a contemplar los astros desde la galería de la casa. Ya en 1911, cuando era una referencia en la materia, fue invitado por el empresario y mecenas Luis de Ocharán Mazas a trasladarse a su observatorio de Castro Urdiales. Este viaje motivó a Aller para imitar la instalación en Lalín, construyendo entre 1912 y 1917 dos casetas de madera en el jardín, donde albergaría el instrumental. La cúpula que domina el museo en la actualidad fue levantada hace cien años para acoger un telescopio refractor de la marca Steinhel.

El nuevo emplazamiento estuvo activo hasta 1943, cuando los instrumentos fueron trasladados al observatorio de la Universidade de Santiago, siendo nombrado director del nuevo centro.

Nueva vida

La actual edificación fue restaurada en el 2010 con el objetivo de mantener el mismo revestimiento interno de madera de la cúpula inicial, pero dotándola de un sistema de apertura y giros automáticos. Asimismo, se equipó con un moderno telescopio Planeware de 0,51 metros de apertura. A día de hoy acoge actividades periódicas de divulgación.