Las dos personas heridas en Lalín por el derrumbe de parte del techo de la cocina fueron dadas de alta tras ingresar en el hospital Clínico de Santiago el domingo
28 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Dos personas resultaron heridas en Lalín el domingo tras desprenderse una chimenea a causa del fuerte viento. Parte del tejado se vino a abajo cayendo sobre la cocina. La peor parte se la llevó Daniel Meneses, de 47 años, que ayer regresó del hospital Clínico de Santiago con diversas heridas que le obligaran a estar un tiempo de baja. El suceso ocurrió en torno a las 20.00 horas en el domicilio en el que este lalinense reside con su familia. «Levamos un susto tremendo», indica.
Padre de dos hijas pequeñas apunta que en ese momento, «estabamos tomando un café cunha amiga e xusto acababan de sair as dúas pequenas e a miña muller». Gracias a esa casualidad, las niñas salieron ilesas, al igual que su esposa.
Comenta que «estaba a chica na cociña e nos caeu aos dous». Lo primero que oyeron fue una fuerte ráfaga de viento que ocasionó la caída de la chimenea de latón situada en el tejado y que, cuenta, estaba sin uso. Se trataba de una antigua chimenea de la casa que ahora no se utiliza, ya que la edificación, una casa unifamiliar de planta baja situada en la avenida de Monserrat en la parroquia lalinense de Donramiro, tiene otra que da servicio a una estufa situada en una sala y que no sufrió ningún daño.
Primeiro, dice, «caeu un pouquiño» y ante ese desprendimiento de algunos escombros y trozos del falso techo de la cocina, Daniel explica que su reacción fue «empuxala un pouco» con lo que al apartarla hacia un lado consiguió que no se viera tan afectada señalando que estaba bien. La mujer, de 39 años, estaba de visita. Daniel se quedó debajo y recibió de lleno el impacto de los escombros, los trozos de escayola y todo el material que cayó de golpe sobre la encimera y el suelo de la cocina.
El desprendimiento provocó un gran boquete que dejó un agujero considerable desde donde se veía el cielo y que ya fue tapado.
Ya esa misma noche del domingo, Urgencias Sanitarias del 061 desplazó hasta el domicilio una ambulancia de soporte vital básico y a un equipo del PAC de Lalín que atendieron a los heridos que ayer recibieron el alta.
Esa noche del domingo se desplazaron también hasta el domicilio miembros de Emerxencias de Lalín que se encargaron de apuntalar el tejado para evitar que siguieran cayendo los escombros y acudieron además varios efectivos de la Guardia Civil.
Ayer, las hijas de Daniel se mostraban sorprendidas por la presencia en la casa a lo largo del día de distintos medios de comunicación y no entendían a qué venía tanta atención. Su padre les explicaba que había pasado algo, pero que afortunadamente todos estaban bien.
El domingo el temporal se dejó sentir con mucha fuerza en Lalín, dejando una lluvia muy intensa a lo largo de toda la jornada y un fuerte viento. Por la tarde, Daniel cuenta que sentían que soplaba mucho viento y que fue una fuerte ráfaga la que partió la chimenea por la mitad. Ayer por la mañana ya taparon el agujero dejado por la base que se desprendió.
La chimenea cayó hacia dentro y quedó, explica, apoyada en una viga. Después de las primeras reparaciones, quedó en el patio delantero de la vivienda. La familia se reponía ayer aún del susto.
Una luxación en el hombro, una costilla astillada y golpes y cortes por todo el cuerpo
Ya en casa, Daniel Meneses, sufría el dolor de las heridas causadas por los golpes que le dejaron la caída a plomo de los escombros sobre su cuerpo. Explicaba que padece una luxación en el hombro, tiene una costilla astillada y magulladuras en distintas partes del cuerpo. Recibió un golpe en la rodilla, en la espalda y tiene diferentes cortes en distintas partes del cuerpo.
Comentaba que, afortunadamente, los TAC que le realizaron en el hospital de Santiago de Compostela salieron bien y no había ningún daño más. Su trabajo en una fábrica de puertas y molduras requiere esfuerzo físico, así que le queda ahora un tiempo de baja para recuperarse. Ayer estaba mejor sentado porque tumbado sentía más dolor.