
El piloto de Lalín acaba de revalidar su título del nacional de montaña con su Toyota Starlet, en su tercer año tan solo de carreras
05 oct 2025 . Actualizado a las 19:52 h.Galicia atesora un buen número de pilotos de primer nivel, con grandes resultados en pruebas incluso mundialistas. Y Lalín, que presume ser centro geográfico de la comunidad, también lo puede hacer de deportistas vinculados al mundo del motor. Entre ellos figura ya con letras de oro Juan José Recimil Taboada, que acaba de revalidar su título de campeón de España de Montaña, en la categoría 5B al volante de un Toyota Starlet. Lo refrendaba el pasado 28 de septiembre en la Subida Internacional de Onil, en tierras alicantinas, donde llegaba como líder.
Juan José Recimil recuerda estar desde niño entre tuercas y motores en el taller abierto por su abuelo, ahora en manos de su padre y donde él sigue pasando muchas horas. Allí comenzó a montar su coche en el 2021, completando el proceso para su estreno dos años después en la prueba de casa, el Rali do Cocido de Lalín. Un Toyota Starlet que ya era de competición pero que deshizo al completo, partiendo casi de cero excepto el chasis.
El piloto lalinense, enrolado en la Escudería Estradense, recuerda con cariño aquella primera carrera a pesar «do día de cans e con moita choiva, pero moi ben porque acabamos e o pasamos en grande». También los nervios matinales antes de iniciar los primeros tramos, a pesar de jugar en terreno conocido, con José Lázara como copiloto. Pero era su debut con el coche y no sabía cómo iba a responder. El gusanillo ya estaba en el cuerpo y quedó refrendado con las buenas sensaciones en ese rali del 2023. Un primer año donde ya corrió el Rías Baixas o el Rías Altas, así como la Subida á Estrada, hasta media docena, incluso una prueba en tierras canarias invitados porque querían ver cómo había quedado el coche, su lugar de origen.
El pasado año incrementó el número de carreras a sus espaldas, con el Campionato Galego de Montaña entero y también el nacional. En total una docena de carreras donde destacaba el título de campeón de España en la categoría 5B, ahora revalidado, además del gallego en la seis de históricos. Mientras, en el 2025 se centró exclusivamente en el nacional, con cinco carreras disputadas en Estepona, Asturias, Andorra, Chantada y la reciente en Onil, en Alicante.
Un coche de 1979
El Toyota Starlet de Recimil data de 1979, acercándose al medio siglo de vida. Este año no participó en el gallego al no haber en esta ocasión la categoría de históricos. En el nacional no existe tampoco, compite con coches modernos en la 5B en función de los parámetros a cumplir y que marcan los jueces.
Aunque debutó en un rali de asfalto se decantó enseguida casi tan solo por pruebas de montaña. En primer lugar, apunta, porque solo va el piloto en el coche. Además, en el primer caso la competición dura todo la jornada mientras en las subidas son solo tres pasadas a un único tramo los dos días de competición, además de ser más cortos, entre cuatro y siete kilómetros. «En rali vas máis tempo a un ritmo un pouco máis baixo e en montaña a un ritmo case a tope todo o tempo, en sitios que coñeces moi ben porque xa adestraches», explica. En algún rali suelto que disputa tiene a José Luis Conde como copiloto, que ya estaba en el taller de su padre cuando él era pequeño.
Si los títulos refuerzan esa pasión por la competición, en el otro lado de la balanza está el apartado económico. Participar en el nacional supone un alto coste sin que disponga de ayudas oficiales para afrontarlo. Familiares y amigos se convierten no solo en sostén anímico, de apoyo constante, sino también en el aspecto monetario.
Un desgaste que ejemplifica Recimil con los centenares de kilómetros a recorrer para disputar una carrera, como ocurría en la de Estepona que regresaron en la madrugada del domingo al lunes casi con el tiempo justo para ducharse y comenzar a trabajar. Tanto él como su padre o Fernando, que le acompañan casi siempre, junto con otros familiares, su madre o su mujer entre ellos. En Onil hasta doce personas estuvieron arropándole.
Cifra en torno a 5.000 o 6.000 euros el coste por prueba saliendo todo bien, sin averías o imprevistos. Reconoce que se trata de una afición cara, pasión en su caso, porque el coche hay que mantenerlo y tener todo al dedillo. Aspectos económicos que le hacen dudar de la continuidad en el 2026, aunque aún resta tiempo para tomar la decisión final. El Toyota Starlet está ahí, resalta, así que alguna prueba próxima sí está en mente pero el campeonato al completo «é moi complicado, toca botar contas e ver se aparece algún apoio institucional».
Recimil reconoce sin dudar que la Subida Internacional al Fito, en Asturias, es su prueba preferida, valedera para el Campeonato de Europa, donde quedaron segundos. Mientras el resto discurren por carreteras de montaña anchas, esa «é como de rali, ratoneira». A pesar de disputarla tres veces dice aún no conocer bien sus 5,3 kilómetros. Y la Subida a Chantada en Galicia, o la de A Estrada, pero requeriría en esta un coche más potente.
Con Carlos Sainz o Sébastien Loeb, junto a Christian Merli, a quien conoce personalmente, como pilotos admirados, Juan José Recimil quiso agradecer a toda su familia —padres, mujer, abuelos, niñas, primos,...—, amigos, a Fernando y a Salvador, de Recambios, Deza, que nos dejó este año, su apoyo constante, incondicional y desinteresado.