La pinza entre PP y BNG tumbó las dedicaciones exclusivas en Silleda

Javier Benito
javier benito LALÍN / LA VOZ

SILLEDA

Miguel souto

La última rebaja propuesta por el PSOE tampoco convenció a los nacionalistas

12 jul 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

El río político en Silleda baja tumultuoso y promete anegar la gestión municipal a corto plazo. Ni la tercera rebaja planteada por el PSOE en el coste de las dedicaciones exclusivas convencía al BNG, enrocado en un tope de gasto, además de poner nombre y apellidos al reparto aunque no esté en el gobierno tras descartar un pacto y limitarse a facilitar la investidura socialista. En un tenso por momentos pleno la pinza PP-BNG impidió aprobar los salarios, el puesto de personal de confianza o las retribuciones a los grupos políticos. En muchos momentos del debate desde la oposición se aludía a la falta de consenso y negociación previa.

Pero las tres dedicaciones exclusivas planteadas centraron sin duda la confrontación verbal. El regidor, Manuel Cuíña, daba cuenta de la propuesta económica de 108.000 euros distribuidos en 52.851 brutos anuales para él, 30.380 para la primera teniente de alcalde y 26.040 para la concejala de Benestar. En su primera intervención, el portavoz del PP, Ignacio Maril, ya avanzaba el voto contrario por la subida de las retribuciones y con el desempeño de quien lo percibió en algún caso en el pasado mandato.

Maril criticó falta de talante del alcalde para negociar y solo aplicar el ordeno y mando pese a lo ocurrido en las urnas, con la pérdida de la mayoría absoluta socialista. Por su parte, la nacionalista Erea Rey planteó votar las propuestas por separado porque podrían estar de acuerdo con alguno de los salarios, lo que no se produjo. Cuestionó que no se negociase para aludir a la subida del salario del regidor un 8,5 % y decir que los 108.000 globales no son el 0,8 % de los ingresos corrientes del presupuesto, sino el 2 % incluyendo Seguridad Social, o el 2,5 % sumando el puesto de confianza. Fue más lejos y acusó a Cuíña de ser demagógico con el ahorro, al subir la masa salarial un 20 % y no tenerse en cuenta la propuesta del BNG «cun salarios bastante dignos». Desde el BNG insistieron en estar abiertos al diálogo, pero pidiendo respeto al gobierno.

Cuíña decidió sacar la artillería pesada, primero ante el PP y los parcos resultados en las elecciones conseguidos por Maril en las tres últimas convocatorias, «na terra do pai do presídente dea Xunta e baixa votos». Y al BNG le acusó de «facer trampas ao solitario» y sin querer negociar arguyendo que siempre se parte de máximos y mínimos por las dos partes en busca del consenso. Lo que no ocurrió con los salarios. Apuntó que la opción inicial socialista eran 156.000 frente a los 90.000 euros del BNG; después a 125.000 y siguieron sin cambiar; y a 108.000 pero tampoco movió ficha la formación nacionalista, insistiendo en la cuantía conjunta y la propia distribución, algo inaudito para el regidor.

El alcalde defendió la buena voluntad de negociar que tuvieron pese al posicionamiento del BNG en redes sociales «no que os rides de nós». «Teño dúbidas de que queredes chegar a un acordo», dijo, para aludir a un wasap a las nueve de la mañana del lunes que envió a Erea Rey para abordar el tema de los salarios y la respuesta fue que no hubo respuesta. Lamentó que no se produjese un acuerdo, porque no hay otra opción salvo una moción de censura de PP y BNG, acusando a este último partido de recurrir al chantaje e insistir que los trece miembros de la corporación tienen responsabilidades con los vecinos de Silleda.

La réplica de Maril insistió en que deberían asumir los socialistas que ya no tienen mayoría absoluta y se preguntó cómo habían conseguido los votos, achacándoles uso partidista de los recursos de todos los vecinos. Para el PP, el chantaje estuvo en traer a pleno una propuesta unilateral y sin negociación, tras intentar meter presión que se volvió en su contra al decir que solo acudiría en los ratos libres si no tenía sueldo.

Rey criticó que les buscase un día antes para negociar y que también pudo hacerlo con el PP, achacándole al regidor mentir a los silledenses. También se preguntaba dónde estaba el ahorro defendido por el PSOE. Y ahí enervó a Cuíña quien tiró de datos económicos para instar al BNG a decir si era «unha pregunta retórica, que teño que explicar, como os profes de Matemáticas aos rapaces de tres anos». Recordó que si para el anterior mandato se rondaba en dedicaciones los 150.000 euros y ahora son 108.000 era fácil saber el ahorro. Y aludió a los 42.000 euros que ya cobraba Paula Fernández en el primera mandato que sí aprobó el BNG, con 3,8 millones de presupuesto, y ahora no aceptan la propuesta planteada cuando se gestionaron 12,7 millones en el 2022. Y citó los 43.700 euros que cobraba en el 2007 el último alcalde del PP «e agora o BNG quere que cobre 42.000» cuando en el 2011 sí dio luz verde a todas las dedicaciones exclusivas permitidas por ley. Y fue más allá al considerar que con su actitud estaban «poñendo nas mans do PP o goberno deste Concello na próxima lexislatura».

Defendió el regidor el bajo impacto de la masa salarial para insistir en que el BNG quiere que el regidor cobre menos que en el 2007, cuando en concellos próximos de menos población y una cuarta parte de presupuesto sí lo permiten. Pero al final PP y BNG votaron contra la propuesta.

Rechazo al cargo de confianza y rifirrafe sobre otras retribuciones

La propuesta de un cargo de personal de confianza, con un coste anual de 26.265 euros brutos anuales, tampoco prosperó. El PP insistió en argumentos ya sabidos de enchufismo a la mujer de un empresario afín al regidor y como pago de favores, mientras el BNG no creen necesario ese puesto y en todo caso convocar un concurso público para cubrir alguna plaza de funcionario. Cuíña recordó que el PP tuvo dos cargos de confianza en su día y defendió el trabajo realizado durante el pasado mandato por esa secretaria de alcaldía. Y con Erea Rey protagonizó un rifirrafe sobre si hubo o no consenso entre ambos para las retribuciones por asistencia a órganos colegiados.