El autor defiende la mayor eficacia del nuevo sistema satelitario europeo El autor del artículo, que ayer explicaba que la aprobación del sistema europeo de satélites Galileo da a la UE la posibilidad de ocupar un puesto de liderazgo en el desarrollo tecnológico futuro, señala hoy su mayor eficiencia, especialmente frente a su principal competidor, el sistema norteamericano GPS. Cal Pardo también recuerda que, aunque la inversión en Galileo pueda ser elevada, reportará más beneficios que cualquier otra infraestructura europea.
27 mar 2002 . Actualizado a las 06:00 h.Galileo presenta ciertas ventajas respecto al GPS. Ha sido concebido con fines civiles, por lo que puede adaptarse mejor a las exigencias de naturaleza civil, sin que esto quiera decir que no pueda utilizarse para aplicaciones militares. Aun basándose en la misma tecnología que el GPS, puede proporcionar un mayor grado de precisión, gracias a una constelación de un mayor número de satélites y a las instalaciones de control terrestres previstas. Mientras quecon el GPS se puede determinar la calle donde hemos aparcado el coche, con Galileo se podrá localizar un coche en un sitio específico de un aparcamiento. A diferencia del GPS, la señal de Galileo se podrá recibir en lugares de latitudes extremas, con indicación de su integridad y continuidad, razón por la cual puede ser más fiable que el GPS. Por otra parte, el uso conjunto de los dos sistemas ofrece muchas ventajas, especialmente si falla uno, y se pueden recibir las dos señales con el mismo receptor. Actualmente, varios países de la UE, entre los cuales España desempeña un papel de liderazgo, están desarrollando el sistema Egnos, que debe entrar en servicio entre 2004 y 2005, para dar más fiabilidad a la señal proporcionada por GPS en Europa. Este mismo sistema Egnos sería utilizable con Galileo, para garantizar la integridad de la señal. Algunas voces se han elevado tratando de poner de manifiesto que, aunque GPS no era superior técnicamente a Galileo, al menos ofrecía servicios gratuitos. Esto es cierto, pero también Galileo va a ser gratuito para los usuarios básicos. Sólo determinadas prestaciones de alta precisión requerirán el pago de un precio. Éstas requieren un nivel muy alto de servicio, especialmente en materia de integridad y continuidad de la señal, que el GPS, en sus actuales prestaciones, es incapaz de proporcionar. Es posible que una nueva versión del GPS las ofrezca, lo cual exigirá también elevadas inversiones, cuyo retorno podría exigir la Administración norteamericana, especialmente si es el único proveedor, y, por lo tanto, tiene monopolio de hecho. ¿Es Galileo viable económicamente? Una de las mayores dificultades planteadas por los opositores a Galileo era su elevado coste económico, que podía hacer inviable el desarrollo del mismo. Hay una cierta discrepancia entre las cifras proporcionadas por la Agencia Europea del Espacio, la Unión Europea y PricewaterhouseCoopers. Dejando a un lado las cifras de la Agencia, las más bajas de todas, la UE estima el coste del proyecto en 3,2 millardos de euros (medio billón de pesetas), alrededor de lo que cuestan 150 kilómetros de autopista semiurbana. Para PricewaterhouseCoopers, el coste asciende a 3,4 millardos, como consecuencia de asignaciones extraordinarias para riesgos y satélites de reserva. Sin embargo, el mismo estudio estima que la relación coste beneficio en un período de veinte años será 4,6, superior a la de cualquier otro proyecto de infrestructura en Europa. Sólo los beneficios que pueden lograrse en la reducción de los retrasos en el transporte aéreo en Europa, en combinación con el Cielo Único Europeo, contribuyen decisivamente a este proyecto, vital para el desarrollo tecnológico de la Europa del siglo XXI. Corresponde a los Gobiernos convencer a la iniciativa privada de las potencialidades futuras, tecnológicas y económicas de este proyecto y desarrollar un programa de financiación público-privado. En España son varias las empresas tecnológicas y de servicios comprometidas con el proyecto. Sólo falta involucrar a las entidades financieras y grandes firmas. FRANCISCO CAL PARDO fue director general de Navegación Aérea y presidente de Aena