Trichet, candidato a la presidencia del BCE, será juzgado por fraude

Domingos Sampedro
DOMINGOS SAMPEDRO BRUSELAS. CORRESPONSAL

ECONOMÍA

16 jul 2002 . Actualizado a las 07:00 h.

Jean-Claude Trichet era el favorito de Francia. Y también Alemania lo veía acomodado en el sillón de la presidencia del Banco Central Europeo (BCE), que Wim Duisenberg dejará libre en julio del 2003. Pero la carrera sucesoria de Trichet puede haber llegado a su fin. El actual gobernador del Banco de Francia será juzgado por un tribunal por su supuesta implicación en el escándalo del Crédit Lyonnais, la banca pública que ocultó un agujero financiero de 15.000 millones de euros (2,5 billones de pesetas). Maquillaje de resultados Jean-Claude Trichet era director del Tesoro Público cuando en 1993 tuvo lugar el maquillaje de los resultados del Crédit Lyonnais, y por eso es una de las seis personas que serán procesadas en el Tribunal Correccional de París en relación. Trichet fue incluido en el sumario del caso Lyonnais en abril del año 2000, dos años después de que Duisenberg ocupase su cargo como presidente del BCE. En mayo de este año, la Fiscalía de París, a cargo de Jean-Pierre Dintilhac, recomendó que se archivase su procesamiento, lo que dejaba vía libre a su nombramiento. Pero el juez instructor del caso, Philippe Courroye, cree que Trichet fue cómplice en la presentación de cuentas inexactas y en la difusión de informaciones falsas o engañosas, informó ayer Le Parisien. Crédit Lyonnais presentó en su balance de 1993 unas pérdidas de 270 millones de euros (casi 45.000 millones de pesetas). Pero las cifras estaban retocadas. Un año después, las pérdidas crecían hasta los 1.037 millones de euros (más de 172.000 millones de pesetas) para acabar convirtiéndose en un escandaloso agujero de 15.244 millones. Además, todo indica que Trichet estaba al corriente de esta operación de maquillaje, como se desprende de una carta remitida al entonces ministro de Economía, Michel Sapin, en la que el actual gobernador del Banco de Francia justificaba la presentación de unas pérdidas de sólo 270 millones de euros, porque una cifra mayor «habría llevado a no respetar la relación de solvencia mínima del 8% y suscitar interrogantes sobre la solidez financiera de la primera entidad europea». Con este proceso judicial en curso, Trichet no parece ya un aspirante presentable para dirigir el Banco Central Europeo y para encarnar al euro. Postura gala Pero Francia no renunciará a sus derechos, que incluso le ha reconocido Alemania, de decidir el sustituto de Duisenberg. Y por eso ahora todos los ojos están puestos Christian Noyer, que ya conoce el BCE por dentro, pues fue uno de sus vicepresidentes hasta el pasado mes de abril, cuando el consejo de Economía y Finanzas de Unión Europea (Ecofin) decidió su sustitución por el griego Lucas Papademos, en detrimento del belga Paul Grawe.