Análisis | Los protagonistas del asalto al BBVA Luis del Rivero, Juan Abelló, Demetrio Carceller y Vicente Benedito son las cabezas visibles de la operación dirigida a adquirir el 3,6% del segundo gran banco nacional
04 dic 2004 . Actualizado a las 06:00 h.Los socios que integran el grupo aspirante a convertirse en el primer accionista no institucional del BBVA se han ido a pasar el largo fin de semana de la Constitución sin aclarar las razones que les mueven. Luis del Rivero, Demetrio Carceller, Vicente Benedito y Juan Abelló, cabezas visibles de la compra del 3,6% del segundo gran banco español, han abierto un compás de espera antes de decidir su próximo movimiento. La personalidad de los protagonistas de este pretendido desembarco deja más de una incógnita sobre sus propósitos. Cierto que Abelló y Del Rivero son vicepresidentes del Real Madrid, con intereses en los proyectos inmobiliarios de desarrollo al norte de la capital, y que también se les puede enmarcar en una órbita financiera, la del grupo Santander, que les presta dinero, les ha vendido activos y, en algunos casos, les ha ofrecido asientos en los consejos de la entidad financiera o sus participadas. Pero de ahí no se puede deducir la inspiración de sus pretensiones. El más conocido de los cuatro es Abelló que, siempre en una discreta segunda fila, ha sido capaz de sacar la máxima rentabilidad en cada una de las operaciones emprendidas, sin cosechar fracasos. Y eso que ha participado en más de una treintena de sociedades. Abelló empezó vendiendo el laboratorio familiar, previamente engordado con la compra de Antibióticos, a la italiana Montedison. Por entonces, Mario Conde y él eran dos treintañeros a los que se citaba como ejemplo en las escuelas de negocio. Los dos invirtieron su dinero en comprar el 4% de Banesto, que atravesaba una etapa de inestabilidad accionarial. Ese paquete -no muy superior al que ahora pretenden comprar en el BBVA Sacyr y sus socios- llevó a Conde a la presidencia de Banesto y a Abelló a la vicepresidencia. Puesto del que se retiró a tiempo, logrando rescatar la práctica totalidad del capital aportado. Hoy Conde está en la cárcel y Abelló quiere volver a invertir en un banco las ganancias obtenidas. Las más jugosas salieron de la telefonía móvil. Airtel, en la que participaba junto al Santander, se quedó con una licencia que, unos cuantos años después, fue vendida a Vodafone. A las manos de Abelló llegaron 650 millones de euros. Entonces compró el 15% Sacyr, en cuyo capital estaban quienes ahora son sus socios en la adquisición del BBVA. Luis del Rivero, Manuel Manrique y José Manuel Loureda eran un grupo de ingenieros de caminos que en 1986 se habían independizado de Ferrovial y, con una aportación conjunta de 250.000 euros, constituyeron una constructora de tamaño mediano. Sacyr arrancó con algún contrato de los socialistas. Con Loureda y del Rivero, actual presidente, la constructora emprendió una trayectoria de fuerte crecimiento. Sin que le preocuparan algunos empeños fallidos (desde Transmediterránea a FCC, pasando por Metrovacesa), culminó en el plazo de un año tres operaciones de enorme calado: compraron al Santander del 24,55% de Vallehermoso; se adjudicaron la Empresa Nacional de Autopistas y adquirieron Somague, la primera constructora lusa. La colaboración con el grupo que preside Botín fue estrecha en todo momento. Hace pocas semanas que el Santander se desprendió de su participación en Sacyr. Otros protagonistas Demetrio Carceller, consejero de la constructora, ocupa un asiento en el consejo de Cepsa (participada por el SCH), está presente en la cervecera Damm y es propietario de la firma Disa de estaciones de servicio. Al igual que Abelló, procura pasar desapercibido en sus actuaciones, pero sus últimas operaciones le han colocado bajo los focos. Vicente Benedito salió de BBVA poco tiempo después de producirse la integración del antiguo BBV con Argentaria. Había sido consejero delegado de Banco de Comercio y llegó a presidir el Excel Económico de Brasil. Pero cuando la fusión lo relegó al área de seguros del banco, fichó por Sacyr, donde ocupa la dirección general corporativa. Ha sido un agente activo en los contactos de la constructora con el poder político socialista, previos al anuncio de la operación.